El club XXI

Nuevo episodio de la saga. Duro.

Nos informaron de que tendríamos que acudir, todos y cada uno de los socios, a una reunión extraordinaria del club. Si alguien no acudía, debería pagar una multa del 10% de su patrimonio o bien entregar a una de sus hembras al club como penalización. Sobra decir que no faltó un solo socio, a excepción de dos personas que estaban, por negocios, fuera del país y que obtuvieron un permiso expreso por parte de los altos comisionados. Era la primera vez que yo vivía, como miembro del club, esta situación tan inf...

El club XX

Chus ha vuelto, y Cris está contra las cuerdas.

Desde ese lunes sucedieron muchas cosas, la mayoría favorables a mis intereses. Intentaré poner todo en orden y explicarme con la mayor claridad posible y sin dejarme nada por el camino.

En primer lugar, os diré que en mi trabajo lo único que hice fue estudiar una y otra vez el reglamento del club, pese a que me lo sabía ya de memoria. Varias veces uno de mis jefes me dedicó miradas acusatorias, pues sin duda se preguntaba por qué no tecleaba una sola palabra en el ordenador ni recibía a ningún client...

El club XIX

La buena de Chus nunca decepciona.

Tocaron a la puerta con insistencia. Apenas podía creerlo, ¿quién podría ser a las seis de la mañana? No hacía ni cuarenta minutos que me había acostado, y la resaca asomaba según se iba retirando la borrachera. Finalmente, me puse el albornoz y fui a abrir. Nada más verla por la mirilla me estremecí. A continuación abrí la puerta y ella cayó a mis pies.

-¿Chus, estás bien? -Era evidente que no.

-Por favor, Juan...

-Venga, ponte de pie. Vamos, entra.

Sabía que me metería en un buen l...

El club XVIII -El torneo Parte Final

Última entrega del evento de puercas más esperado en el club.

Cenamos, y huelga decir que nuevos manjares acariciaron los manteles del castillo de B. En todo caso, yo empezaba a sentir que a estas alturas me habría resultado sencillo conformarme con algo más ligero, tal vez un simple sándwich -¡oh, qué ignominia la mía!-, pero, cómo no, acabé por hacer el esfuerzo de engullir parte de lo que se me presentaba en el plato (los platos). Por supuesto, tampoco en esta ocasión faltó el vino, y yo bebí quizá más que la noche anterior.

Bebía y bebía, aquel caldo de cien...

El club XVII - El torneo P2

Segunda parte del torneo de puercas más esperado. Conviene releer el primero para disfrutarlo al máximo.

En la categoría de mamadas participaban sesenta hembras. Tras la primera ronda, igual que ocurriera en anal, dos de ellas avanzarían hasta los octavos merced a la suerte. Eso significaba que, si mi rubia lograba la heroicidad y eliminaba a la presentadora, tal vez con un golpe de suerte se plantase en cobro y me proporcionase otros 6 mil euritos. Pero eso no eran más que castillos en el aire, y lo supe bien cuando vi a la buenorra de la presentadora empezar a comerse el rabo del juez. La muy zorra lo hacía...

El club XVI - El torneo P1

Primera parte del torneo de puercas más esperado.

Y llegó el gran día. El antiguo Castillo de B., en una localidad de las afueras de la urbe, albergaba la gran cita. El lujo del entorno era únicamente equiparable al morbo de lo que estábamos a punto de vivir allí dentro. Yo, en bóxer, tirantes y pajarita, con la inútil de Lupe de un brazo y la podenca de mi rubia del otro, recorría extasiado los pasillos, camino de la ceremonia inaugural.

Tras una hora y media de presentación, exposición de normativas y discursos interminables a cargo de los siete al...

El club XV

La pobre Chus continúa su descenso a los infiernos.

Las jornadas previas al torneo, Chus sufrió todo tipo de vejaciones. Hasta el punto en que acabó siendo una simple atracción de feria, completamente destruida como ser humano que un día había sido. De entre las mil y una constantes perrerías que hubo de soportar, dos de ellas fueron particularmente crueles. En la primera, uno de los miembros del club, un reputado criador de dogos, trajo al club a uno de sus animales, previo permiso de las altas instancias. Era un ejemplar enorme, un animal de más de cuarent...

El club XIV

Nueva entrega.

Cuando entraron los de seguridad, yo la montaba como un salvaje, agarrándola del pelo y embisiténdola frenéticamente. Ni siquiera había sido consciente de sus gritos, ni de dónde nos encontrábamos. Tan solo la veía a ella, con ese culo, esos leggins que me enfermaban y esa chulería, sublevándose ante mí. Me redujeron y me llevaron a otra estancia, bien sujeto y con la polla aún tiesa. De lejos, como en un sueño, oía a Cris hablarles atropelladamente. Les decía que Fidel no me había concedido su culo, que yo...

El club XIII

Seguimos con las aventuras de Juan y las furcias del club.

Chus me miró a los ojos, sin atreverse a dirigirme la palabra. ¿Qué era ahora? Había sido la profesora de mi sobrina, después mi fantasía, más tarde mi puta. Ahora no era más que un medio para humillar a un rival; era, más que nunca, un objeto.

Su mirada indefensa me hería, por lo que, absolutamente falto de escrúpulos, pedí que la cubriesen con una capucha negra. A veces se humillaba a las hembras de ese modo, despersonalizándolas por completo. Después, la incliné sobre una butaca y le retiré el tang...

El club XII

Nueva entrega de las aventuras de Juan. Imprescindible ponerse en antecedentes con los anteriores.

Faltaba una semana para el torneo y yo albergaba esperanzas de que Paula pudiese lograr algo en paja o incluso en anal. En mamada, con la competencia que había, estaba difícil posicionarse entre las mejores por el momento, pese a sus buenas dotes, y tetas apenas si tenía. De la niñata de Lupe mejor ni hablar. La puse a tomar por el culo con un par de no-propietarios a ver si así espabilaba, pero tenía poca madera. No había sido mi mejor adquisición, eso estaba claro.

El torneo se disputaría en un case...