El club XI

Recomiendo leer los anteriores para comprender la trama al completo.

-¡Esto es inadmisible! –vociferé, consciente de que estábamos en una sala concurrida y que, probablemente, alguno de los presentes había presenciado la escena y las posteriores amenazas por parte del brasileño-. ¡No pienso consentir esto! –grité de nuevo. De reojo pude ver cómo dos miembros de seguridad y un comisionado se acercaban a nosotros. Continué-: ¡Pienso ir ahora mismo a denunciar sus amenazas!

Y así lo hice. Tal y como suponía, varios miembros habían asistido a la escena al completo y no tuv...

El club X

El ojete de Juan, en el alambre...

No, de ninguna manera. Nadie me iba a dar por el culo. Ese hijo de puta era maricón, bisexual o simplemente un fetichista de los ojetes, pero el mío no lo cataría. Ni él ni nadie. No permitiría que me ofreciesen en tanga a ningún macho que me montase. Si todo se redujese a pagar 20.000 euros, o incluso el doble, y que measen a Lupe, hasta me plantearía decir la verdad. Al fin y al cabo, pensaba, yo nunca había servido para mentir. Pero no, esto no iba a consentirlo. Entonces, ¿qué hacer? ¿Huir? ¿Largarme a...

El club IX

La situación se enreda un poco más. O bastante.

Intenté hacer bien las cosas y enhebrar la jugada de manera correcta. Para empezar, aunque todos los propietarios sueñan con hacerse con una mamona de lujo, la realidad era que por menos de 400 no podría pagar a una con opciones en el campeonato. Había muchas y muy buenas felatrices en el club, por lo que situarse entre las dieciséis mejores era mucho más complicado que, por ejemplo, en la categoría de cubanas. La de pajas, por su parte, pese a tener unos premios del 50% podía ser más asequible para dar la...

El club VIII

Y pasó lo que tenía que pasar.

Roberto me la pidió en sostén y tanga. El sujetador se lo quitó él mismo ante el corrillo de morbosos que se había formado en torno a él, como era habitual cuando iba a estrenar una hembra. Se lo quitó y lo lanzó hacia un grupito de no-propietarios, dos de los cuales tuvieron un amago de discusión –algo que habría resultado un escándalo en el club, donde el ambiente de cordialidad entre socios era innegociable y nadie podía siquiera pensar en alzar la voz a otro miembro-, quedándose el más grueso finalmente...

El club VII

Juan tiene que decidirse de una vez, pues se acerca uno de los eventos del año.

Los días se sucedían y yo no era capaz de tomar una decisión sobre la venta de Chus. Ella, por su parte, y aunque le tenía prohibido volver a pronunciarse de manera directa al respecto, continuaba haciendo todo lo posible por conseguir que me la quedase. La mamaba de ensueño, siempre dispuesta a arrodillarse y trabajar mi polla con esmero; me regalaba unas cubanas sensacionales; me follaba, según pidiese el momento, con miradas cómplices y movimientos lentos o salvajemente, cabalgando mi polla; me sacaba le...

El club VI

La cosa se enreda y Juan ha de tomar una decisión. Recomiendo leer los anteriores.

“Quiero que me compres”, me espetó Cris, apenas un cuarto de hora después de haberme follado su increíble culo, mientras tomábamos una copa de cava y recobrábamos resuello. Darle por el culo había resultado una experiencia indescriptible, aunque, a decir verdad, no había permitido que ella ejecutase grandes maniobras con su ojete. Me había limitado a empotrarla, de pie ambos y ella apoyada contra el respaldo de una butaca, empujando una y otra vez mi rabo entre las paredes de su ano. Me la había follado com...

El club V

Nueva entrega de las aventuras de Juan en el club. Recomiendo leer los anteriores para comprender bien la trama.

Transcurrieron algunas semanas, y mi relación con Chus se fue definiendo. Era, obviamente, una relación asimétrica: yo era su dueño y podía disponer de ella a mi antojo –y lo hacía-, pero en cierto modo, de entre los diferentes modelos de propietario que había en el club, yo me sentía próximo al estilo de Fidel. Aquel hombre podía tener largas conversaciones con un par de sus hembras mientras, por ejemplo, una tercera se la chupaba. Además, uno podía, como me había sucedido ya en un par de ocasiones, topars...

El club IV

Juan se hace con su primera hembra.

La negociación por Chus fue mucho más compleja -como todo en el club- de lo que yo esperaba. Podía probarla, sí, pero en público -¿de dónde iba a sacar yo la pasta para permitirme un reservado?- y sin catar sus tetazas. Su macho se había mostrado inflexible en este punto, "las tetas ya se las estás viendo", me dijo mientras la exhibía ante mí, con la pobre Chus avergonzada al reconocerme y mirando al suelo, "y nadie aquí te va a dejar que te folles a su hembra antes de pagarla", continuó su dueño, "por lo q...

El club III

Juan se plantea pedir un crédito para comprar su primera hembra.

La mamada, y posterior lefada, de Cristina me había dejado marcado. Aquella mujer me había pertenecido durante unos minutos, aunque en este caso no fuese mía en rigor, sino merced a la buena disposición de Fidel, su afortunado dueño. En los siguientes días pensé mucho en aquello, en lo que supondría ser dueño -joder, sí, dueño- de una mujer así. Una hembra que no podría negarse a nada que le pidiese las dos veces por semana que pisase el club, una hembra que no podría poner siquiera mala cara si me corría e...

El club II

Juan es aceptado de manera oficial en el club.

Y, pocos días después, llegó el gran día. A Hugo le notificaron que yo había sido aceptado y, en consecuencia, se me esperaba de nuevo en la sede principal para mi "puesta de largo". Yo me encontraba bastante nervioso, pero mi amigo me tranquilizó al respecto.

-No te preocupes -me dijo-, todo será más o menos como el otro día, solo que a las nueve en punto se oficializará tu entrada y se te dará la bienvenida. Pero no esperes demasiado protagonismo, la mayoría seguirá a lo suyo y como mucho te dedicar...