Historias del abuelo calentón (24)

Kristy, hija de kaira, era una joven que tenía unos atributos dignos de atacar.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (24)

Mi amistad con Kaira estaba siendo entrañable, pasábamos momentos afables y nuestra relación había tenido unos encuentros de satisfacción y goce sexual, que nos habían servido para vivir intensamente esas sensaciones que el cuerpo humano despliega, cuando se avivan ciertos estímulos sensoriales.

Ella había vuelto a sentir el gusto que se experimenta al llegar a un orgasmo, como también la percepción de la sensibilidad en el campo del sexo. Todo ello le había co...

Historias del abuelo calentón (23)

Mi pretensión era introducir a Kaira en un mundo más excitante y abrasador sexualmente.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (23)

Los días transcurrían y el desarrollo del devenir diario ocupaba mi vida. Mis actividades y hobbies eran tareas que llenaban las horas de mi vital existencia. Tras mi encuentro con Kaira, la siguiente pretensión que ocupaba mi mente era introducir a aquella hembra en un mundo más excitante y abrasador sexualmente. Nuestra primera andanza había sido gratificante, pero con un estilo muy clásico, la falta de hábito en esta materia por parte de Kaira exigió un comportami...

Historias del abuelo calentón (22)

Kaira, tenía rasgos que me atraía,la tentación invadía mi cerebro y mi mente cochina empezaba a elucubrar pensamientos impuros.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (22)

El ciclo vivido con Aitana había sido muy intenso y gratificante, había experimentado la intensidad y la locura del sexo en todo su apogeo. La juventud de la criatura así lo había demandado y la experiencia me sirvió para probar y percibir sensaciones fuera de lo común. En lo sexual fue un cúmulo de pasiones y percepciones que habían satisfecho mis sentidos y en lo cotidiano me valió para recordar mis vivencias docentes, todo permitió llenar gratamente otro fascículo...

Historias del abuelo calentón (21)

Aitana, me volvió a sorprender, venía con una amiga para divertirse y gozar con el madurito.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (21)

Próximo a llegar el siguiente día de clase con Aitana, me preparaba con expectación para recibir una nueva sorpresa que esta joven pudiera darme. Este vendaval de mujer, era tan extremadamente imprevisible y disparatada que todo aquello que pudiese ocurrir siempre sería, naturalmente, una excentricidad; eso sí, grata y estimulante, porque estaría relacionado con el sexo. Esta criatura no había aprendido a refinar la sexualidad, como se hace con otros gustos humanos,...

Historias del abuelo calentón (20)

Aitana, mi alumna,la seducía provocarme y la privaba poder follar con un maduro.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (20)

Pasó el fin de semana y pronto llegó el martes, día de clase con Aitana. Yo, estaba expectante, pues quería imaginar que haría la criatura para sorprenderme y jugar conmigo. Su frase, como de costumbre, me había dado que cavilar, pero pensando en la misma, ni me consideraba tonto, ni santo, solo aproveché aquellas situaciones placenteras y gratificantes que me proporcionó la vida.

Si de algo estaba orgulloso, era de dar a mi cuerpo todo aquel beneplácito que me...

Historias del abuelo calentón (19)

Aitana, nieta de un amigo,se convirtió en mi alumna, era una joven provocadora y desafiante, que me excitó con sus armas de mujer.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (19)

Habían pasado unas semanas del atracón con mi nuera y su amiga, deambulaba por el día a día y llevaba mi vida con orden y sosiego. Cuando uno llega a cierta edad lo que busca es tranquilidad y tomarse las cosas con calma. El problema en mi interior había sido siempre ese furor y esa actividad sexual que me han mantenido en constante acción; mis pensamientos y mis calenturas han sido un hábito que he tenido que moldear y adaptar a mi conducta formal y sensata, sin emb...

Historias del abuelo calentón (18)

Nueva experiencia con mi nuera Nuria, pero acompañada de su amiga Joana, que disfrute, que placer con estas dos leonas.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (18)

Tras una temporada de descanso y relax en la playa, de vuelta a mis deberes cotidianos en la singladura de mi vida, volvía a centrarme en mis hobbies y en la labor de ayuda y tareas que realizaba alrededor de los cercanos a mi entorno. Así fue como mi hijo, que se marchaba de viaje unos días, me insinuó que echase un vistazo a unas varillas de una persiana de su casa, que se habían deteriorado.

Como tenía llave de su casa y la libertad de él y su mujer de mover...

Historias del abuelo calentón (17)

Monique, mi amiga francesa, me deslumbraba e infundía en mí un instinto animal y salvaje, le encantaba que la penetrasen por el culo.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (17)

Después de los encuentros con la maciza vecina de mi hijo, necesitaba un descanso para poner mis ideas en orden. Mi vida estaba desarrollándose de un modo apoteósico; era cierto que había tenido una época fastidiada con el golpe de la perdida de mi querida esposa, pero una vez repuesto y de vuelta a la realidad cotidiana, mi día a día volvía a ser gratificante y mis escarceos sexuales llenaban de satisfacción mi corriente existencia.

Dada mi capacidad sexual y...

Historias del abuelo calentón (16)

Roxana, la vecina maciza de mi hijo, merecía otro repaso por los buenos momentos pasados con ella.

HISTORIA DEL ABUELO CALENTÓN (16)

El encuentro con la jamona vecina de mi hijo y los buenos momentos pasados con ella, me hicieron pensar que tenía que dar otro repaso a aquella monumental mujer. Nuestra vivencia había sido placentera y gozosa; y se notaba que la maciza necesitaba incentivos en su vida que la fomentasen ilusión y que la hiciesen tratar su existencia de una manera más alegre y animada.

Pasaron unas semanas y decidí ir a visitar a mi leona; la excusa de mi visiteo sería terminar c...

Historias del abuelo calentón (15)

Roxana, la maciza vecina de mi hijo, era una buena candidata para mi próximo sueño erótico.

HISTORIAS DEL ABUELO CALENTÓN (15)

Tras un recorrido por mis primeras aventuras y mi introducción en el mundo de la sexualidad, vuelvo a retomar el sendero de la actualidad y os cuento el desarrollo de mi vida presente. Mi actividad libidinosa había sido intensa pero excitante; me permitió conocer a algunas de mis vecinas y el tiempo que dediqué a atender y complacer a estas mujeres fue gratificante. Ahora seguía contemplando el día a día y me encargaba de las cuestiones que iban surgiendo, y así fue...