Las nuevas vecinas me ponen la polla fina

Las tres eran unas jacas deseables y apetecibles, y yo, don Juan empedernido y empotrador por hobby y afición, se me presentaba una difícil asignatura que aprobar.

De vuelta a mi morada y tras un descanso campestre fenomenal, donde había tenido una actividad lujuriosa que me produjo unas sensaciones placidas y sugestivas, normalicé mi vida y seguí con mi rutina.

Me llamó la atención gente nueva que vi en el edificio, en particular observé la presencia de desconocidas jóvenes, que estaban de muy buen ver, al coincidir con ellas en el portal y en la escalera del inmueble.

Hablando con algunos vecinos me confirmaron que durante mi ausencia habían alquilado ju...

Historias del abuelo calentón (53)

Fany era una criatura que explotaba intensamente las vivencias insólitas que la surgían y las transformaba en ocio y disfrute para dar alegría a su cuerpo.

Que vacaciones tan agradables y excitantes estaba pasando en mi tierra natal, jamás hubiera pensado que mi reencuentro con mis orígenes iba a ser tan gratificante y vibrante, claro que la culpable de este bienestar afrodisiaco y sensual era Fany.

La criatura explotaba intensamente las vivencias insólitas que la surgían y las transformaba en ocio y disfrute para dar alegría a su cuerpo, cómo aprovechaba los acontecimientos novedosos que sucedían alrededor de ella, que facilidad de improvisación poseía...

Historias del abuelo calentón (52)

Mi afán de poseer a esta indómita zagala y no poner freno a mis tentaciones obscenas ocupaban mi pensamiento.

Mi primer asalto con la fierecilla había sido abrasador, rápido y enérgico, con una satisfacción plena, quizá demasiado apresurado y falta de control, me había dejado llevar por el ímpetu y las enormes ganas de gozar que tenía aquella fogosa indomable, no obstante, he de confesar que tanta vigorosidad e iniciativa por parte de una joven cuyo conocimiento de la vida era muy limitado por el lugar donde residía, me había gustado. Me sorprendió cómo se desenvolvió en este particular mundo impúdico y libidinoso,...

Historias del abuelo calentón (51)

Fany, la hija pequeña de mi prima Ana María, era una chica especial, con ganas de saber, conocer y experimentar, y aprovechó mi visita para jugar conmigo.

Me encontraba en un periodo de tranquilidad y decidí, por cambiar de aires, hacer un viaje. Hacía ya tiempo que no iba de visita por mi tierra y como tenía todo el tiempo del mundo, mi estado de jubilado y viudo me lo permitía, elegí la opción de presentarme a dar un garbeo por mis orígenes.

Aproveché la invitación que en varias ocasiones me había hecho una de mis primas para utilizar su caserío como posada. En cuestión de alojamiento, en los pueblos no suele haber problemas pues las casas que los hab...

Historias del abuelo calentón (50)

Merche me había tentado de nuevo y no dejaba de pensar que me estaba pidiendo guerra, y yo potrillo indomable tenía que satisfacer a aquella deliciosa tigresa.

Todas las experiencias y situaciones compartidas con la señora Mercedes habían sido apoteósicas, habían colmado y llenado la mochila de mi satisfacción y mi gozo, me sentía orgulloso de mis éxitos. Los momentos habían sido variopintos y su desarrollo se había llevado a cabo por un cúmulo de circunstancias, bien es cierto que alguna vez hubo que planificar ciertos detalles que debían considerarse para que la escenificación se realizase de manera provechosa y eficaz; de todas formas, siempre se dieron las con...

Historias del abuelo calentón (49)

La señora Mercedes me atendía con cariño y naturalidad, pero mirarla, observarla y no disfrutarla era un suplicio para mi persona, por ello aproveche otra oportunidad para empitonarla de nuevo.

Mi amistad con Angelito seguía su cauce, pasábamos buenos momentos de juventud, iba a su casa cuando era necesario y el trato con su madre siguió correcto. La señora Mercedes me atendía con cariño y naturalidad, actuaba como lo había hecho siempre con el afecto y la amabilidad que la personificaban, no quitaba que algunas miradas cruzadas entre nosotros se caracterizasen por cierto magnetismo y una deseosa tentación, que también se plasmaban en los abrazos y achuchones del saludeo; en esos minutos de confia...

Historias del abuelo calentón (48)

El primer roce con la señora Mercedes había sido ligero para mis pretensiones, pero había servido para abrir camino y ahora se trataba que aquella sugestiva hembra se relacionase conmigo de una manera más íntima.

Después de haber tenido un primer contacto con la señora Mercedes, madre de mi amigo Angelito, en el anterior relato, paso a contaros la evolución de los siguientes acontecimientos.

Ese primer roce había sido ligero para mis pretensiones, pero había servido para abrir camino y tener una toma de contacto con aquella hembra tan sugestiva. Había conseguido lo más difícil, que consistía en que se relacionase conmigo de una manera más íntima, y además que se abriese a mis pretensiones, que no eran otras qu...

Historias del abuelo calentón (47)

La señora Mercedes, madre de mi amigo Angelito, tenía mi afecto y admiración, pero sus encantos eran llamativos y provocativos y provocó la excitación de mi juguetona cachiporra.

Mi vida social ha sido bastante cautivadora y por ello he procurado tener siempre buenas relaciones, en todos los círculos que he tratado, ya fueran más próximos y personales como otros de índole externa, tanto a nivel estudiantil, como laboral, familiar o incluso de vecindad. He de reconocer que la sociabilidad en este mundo globalizado que vivimos es un don, y aquellos que la poseen y que tienen la habilidad de saber emplearla, tienen mucho ganado para conseguir el éxito. Esta virtud en el trato y la cord...

Historias del abuelo calentón (46)

La fiesta fin de temporada me proporcionó acercarme a la Señora Lidia y su propio marido me dio la oportunidad de volverme a empotrar a aquella viciosa.

Mi vida cotidiana continuó, asistía a mis clases, acudía a mis entrenamientos, traté de llevar una vida ordenada y organizada, no exenta de algún contratiempo que alteró mi armonía, éstos a veces eran positivos y otros negativos. En el plan sexual, utilizaba cualquier ocasión para atormentar plácidamente a mi body.

Reflexionando alguna vez, analizaba que los encuentros con la señora Lidia me habían aportado experiencia y disfrute, cuestiones que siempre perseguía, sobre todo cuando estas escaramuzas e...

Historias del abuelo calentón (45)

Nueva experiencia con mi vecina la señora Lidia, recordar el polvazo que había disfrutado con aquella jabata, me alentó a fomentar nuevas aventuras y disfrutes con ella.

Mi experiencia con la señora Lidia había sido fuerte y gratificante, pero había campo para sembrar más momentos impetuosos y picantes, así lo entendía mi cabecita que reflexionó sobre lo acontecido y aseveró que había caldo de cultivo para pasar más ratos de lujuria con aquella hembra tan ardiente y descarada.

Una mujer que se deja llevar por el estímulo y que adora la sexualidad que lleva en su interior, es presa fácil y candidata a volver a pecar y caer en las tentaciones y flaquezas que relacionada...