El asiento trasero del carro
Yo podía escuchar el golpe de mis huevos en su trasero y como de repente comencé a sentir una corriente que desde mis huevos comenzaba a inundar mi verga, una sensación muchas veces percibida y sumamente deseada.
EL ASIENTO TRASERO DEL CARRO
Andaba en carro con un amigo, paseábamos por la entrada del boulevard que en Tegucigalpa se denomina “Boulevard Juan Pablo II” por ser en recorrido que realizó el Santo Pontífice.
Mi amigo que estaba como gato arañando las paredes del deseo de un buen macho me decía que necesitaba una purrunga pero de caballo.
Le urgía que le metieran un buen trozo de carne bien dura y sentirla que le llegaba hasta la garganta de larga.
Yo reía de las burradas que decí...