Las cinco amigas (10)
En mi vida anterior, ir a la peluquería era un trámite que tenía que cumplir cada dos meses más o menos. Entraba en el local de Luis, un señor mayor y calvo...
***Décima parte*****
En mi vida anterior, ir a la peluquería era un trámite que tenía que cumplir cada dos meses más o menos. Entraba en el local de Luis, un señor mayor y calvo (como casi todos los peluqueros, curiosa paradoja) y le preguntaba si tenía un rato para cogerme. Me sentaba en la una butaca que parecía tener cien años y a los veinte minutos salía con la cantidad de pelo imprescindible para peinarme. Y eso era todo. Mi conocimiento de lo que representaba para una muje...