La chica del doctor 3

3.- una cena en casa de un millonario.

3.- UNA CENA EN CASA DE UN MILLONARIO.

La siguiente cita ya fue otra cosa. Quedamos de noche, en su casa, en la que me invitó a cenar.

—Coge un taxi —me pidió y, ante mi intento de protesta, continuó—: yo te lo pago.

No es que no quisiera aflojar la mosca, es que no tenía con qué, dada mi maltrecha economía de parada.

El señor Salcedo vivía en un chalet de tres plantas situado en una urbanización vallada y vigilada, en una de las zonas más elitistas de la ciudad. Al llegar, la me...

La chica del doctor 2

Un hombre directo

2.- UN HOMBRE DIRECTO.

Pensé mucho cómo debía vestir para mi cita con el buen doctor. Por un lado, él me había conocido luciendo tantos encantos como podía, por otro, resultaba obvio que no se fijaba en lo físico. Si se había parado para hablar conmigo era, porque le había gustado mi actitud entre tímida y torpe, un punto descolocada. En una palabra: le había gustado mi verdadero yo.

Al final me decidí por un vestido blanco y negro, discreto, con falda a medio muslo, tacones negros, no muy a...

La chica del doctor

Historia de sumisión forzada y modificación corporal. No es para los más delicados.

Después de dejar a medias la publicación de "Una Diosa llamada Venus", por motivos editoriales (como lo van a publicar no quieren que esté disponible para todo el mundo) me lanzo a otra aventura, que creo que va a ser más corta: entre 30 y 50 páginas. En este caso no hay transexuales por ningún sitio: solo hombres y mujeres que (al menos al principio) son más o menos normales.

**Con este relato quiero celebrar que mi otra novela "Las cinco amigas: renacida", que sí que tenéis entera en esta página,...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 19

"rostros y cuerpos"

19.- ROSTROS Y CUERPOS.

Me había quedado dormido. Con el poco descanso que había tenido por la noche, la quietud y la horizontalidad me habían llevado al reino de Morfeo. La dulce voz de Venus me trajo de nuevo al reino de los vivos.

—¿Cómo te encuentras, Pajarito?

Intenté responderle pero no pude. Seguía inmovilizado y mudo. La máscara permanecía sobre mi rostro. No tenía ni idea de si habían pasado dos horas o dos días. A juzgar por el hambre que empezaba a sentir, probablemente lo s...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 18

"Arcilla y plastilina"

18.- ARCILLA Y PLASTILINA

Coletas salió, pero no estuve solo mucho rato. Al poco llegó Kwanza, con su carencia de pelo en todo el cuerpo, sus tetas marcadas bajo la camisola blanca, su gruesa trenza anal negra azabache (aunque parecía un simple adorno ante lo de la recién marchada rubia) y su cara de pocos amigos habitual. Me recorrió con la vista de arriba a abajo y pareció complacida ante lo apretado que parecía mi corsé debajo de la camisa.

—Hoy tienes mucho que hacer, Pajarito, así que s...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 17

Un nuevo día y nuevas amigas... o conocidas, al menos.

17.- PRIMER AMANECER EN LA ISLA.

Me despertó una sensación extraña en mis labios. Me sacó de un sueño dulce en el que Venus y yo éramos iguales y no me trataba como al esclavo que, de hecho, era. Paseaba de su mano por un campo de nubes violeta, al final del cual nos esperaba una mesa de picnic… pero nunca llegamos. Antes, esa cosa dura seguía empujando en la entrada de mi boca. Abrí los ojos. Era de noche y solo una tenue penumbra se filtraba por la ventana. Encima de mí tenía a Venus. Delante de...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 15

"Cintura de Avispa".

16.- CINTURA DE AVISPA.

Me desperté incómodo y desorientado. No sabía dónde me encontraba ni, por supuesto, cuánto tiempo había pasado. Seguía tumbado de lado y, al girarme boca arriba, la parte rígida de la trenza empujó el tapón anal más adentro todavía, lo que me hizo gemir de dolor y volver a mi posición lateral. Poco a poco me acudieron todos los recuerdos a la cabeza: mi degradación, voluntariamente aceptada, mi nuevo estatus de esclavo, la de veces que había comido ya una polla, mucho más g...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 15

Carlos se arrepiente de lo que acaba de hacer... y más cosas que va a tener para arrepentirse.

15.- ARREPENTIMIENTO.

Poseído de un intenso deseo sexual, quizá más intenso que nunca, comprimido en el interior del cinturón de castidad, con el culo relleno del tapón anal, me empecé a sentir inmediatamente mal. Necesitaba desahogarme, necesitaba llenarlo todo de leche, gritar como un poseso mientras me corría… y en lugar de eso, no habían pasado ni cinco minutos desde que le había rogado a mi esposa que me follara la boca con su pollón gigantesco… un rabo que amenazaba con llevar hasta mi garga...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 14

Carlos sigue en la silla de tortura. ¿Qué nuevas indignidades le esperan?

14.- CAMBIOS EN EL ESPEJO.

Por fin, cuando yo pensaba que iba a perder el conocimiento por los esfuerzos y padecimientos, Yuan volvió a entrar, con sus pasos imposiblemente tenues sobre sus altos tacones. Su presencia era como la de un fantasma. Uno especialmente sensual. Pensé por primera vez en ella (¿o era “él”?) con deseo. Desde luego, estaba loco de amor por Venus pero eso no cambiaba el hecho de la asiática era, a su modo, atractiva y yo era un hombre que había pasado mucho tiempo sin tener...

Una diosa llamada Venus. Capítulo 13

Tirado en una habitación fría. ¿Qué le espera a nuestro protagonista?

13.- CAMBIOS COSMÉTICOS.

No estaba cómodo. Desnudo, con tan solo la especie de sandalias que me habían dado, el cinturón de castidad que me evitaba cualquier sensación en mi polla y la trenza que salía de mi culo, veía el sillón de metal como un ominoso instrumento de tortura. Aproveché esos breves momentos para intentar tocar, aunque fuera un poquito, mi miembro, ansioso de caso. Era una especie de pequeña rebelión interna. Aunque delante de Venus la obedecería (no tanto por no tener más remedio...