¿Aceptarías como sumisa a mi amiga? me rogó Susana
Mi relación con Susana se intensifica cuando una de sus amigas se ve seducida por el mundo de la dominación. Tímida y recién llegada a Madrid, una canaria no puede evitar pedir a mi sumisa que le enseñe a ser una buena esclava.
Tal y como era lógico, la noticia que Susana y yo éramos pareja corrió como la pólvora entre nuestros amigos porque tanto Manel como María se encargaron de que así fuera. Como podréis comprender, se nos hizo el vacío aunque realmente nadie se llegó a creer el tema de la sumisión.
“¿Debido a qué?”, os preguntareis.
Fuera de la seguridad de nuestra casa, mi sumisa se comportó como una mujer libre y si no estaba de acuerdo conmigo, discutía abiertamente aunque eso le supusiera que al llegar a nuest...