Secretaria y amante (2)
Cuando Rodrigo creyó que ya estaba preparada, se situó sobre mí, separó mis nalgas y guió su erecta verga hasta mi ano.
SECRETARIA Y AMANTE 2.
Despertarme allí, sobre mi cama, atada, me produjo cierta impotencia, pero a la vez, saber que Rodrigo estaba allí me tranquilizaba.
Buenos días, zorrita. Me saludó.
¿Por qué me has atado? Le pregunté.
¡Oh, no te preocupes querida, es sólo un juego, un divertido juego! Dijo Rodrigo con total tranquilidad, lo que hizo desaparecer todos mis temores, pues encontrarme atada en aquella cama me había producido también cierta desazón.
Rodrigo esta...