La hormiga
La noche me confunde, ¿o será mi mente ?
Bajas del autobús nocturno. Agarras con fuerza el bolso y, tragando saliva, miras la soledad que lo invade todo. Te calmaría ver algún coche rodando por cualquiera de los ocho carriles, algún anciano paseando el perro, pero sabes que son las cinco de la madrugada y mejor no encontrarse a nadie; cambiar el taxi por copas ahora te parece una estupidez y más en tu primera salida desde… pero no, aquello pasó hace meses y no eran ni las ocho de la tarde.
Aceleras el paso, no quieres correr, porque sabes...