Ximena y el amante perfecto

Además de tener la potencia de un toro, lava y plancha. ¡Es el amante perfecto¡

Se dieron las diez de la noche y Ximena seguía en medio de una junta, aburrida y absorta en sus pensamientos. Luego de dos años en la empresa, había conseguido escalar hasta la cima. Ser una alta ejecutiva, en uno de los corporativos transnacionales más poderosos, siempre fue su sueño. Desde que terminara sus estudios de pos grado, algunos años atrás, se transformó en una eficiente e incansable máquina. Varias noches sin dormir, encuentros sexuales con hombres y mujeres por igual, y hasta un asesinato...

Inexplicablemente

Sigo sin entender porque la vida me premio contigo.

Finalmente estoy a las afueras de mi casa, luego de un largo y cansado día. Abro la puerta y eres lo primero que veo, como todas y cada una de las noches, desde hace quince años que me diste el sí. Caminas hacia mí, envuelta, más que en ese provocador conjunto de encaje negro, en una nube de sensualidad y sexo que borra de mi pensamiento, cualquier pena y preocupación. Después de quitarme el saco que ocultaba un poco mi barriga, los zapatos y los calcetines, me pides que me siente en el sofá y espere...

Entrevistándome

Ya que no me siento capaz, de entrevistar a alguien más.

Entrevistándome.

Cuando leí "Entrevista conmigo mismo" de Trazada30, hace aproximadamente tres meses, se me metió en la cabeza la idea de hacer lo mismo que él. Para los que no la hayan leído, él comentaba que algunos autores se habían propuesto, publicar al menos un relato de cada categoría. Decía que con esa entrevista, era el primero en conseguirlo. Antes de eso, nunca se me había ocurrido siquiera intentarlo, pero sus palabras me motivaron a hacerlo. En una de sus respuestas decía que alguie...

Recuerdos de una perra vida (4)

Intenté abrir la puerta, pero Isabel se abalanzó contra mí. Me dio media vuelta, me pegó a la pared, y me besó en la boca. Aquel beso, hasta ese momento, era lo mejor que había sentido en mi vida.

Recuerdos de una perra vida. Parte 4.

Capítulo 4.

"El abogado mentiroso".

Luego de haberse "defendido" del ataque de Daniela, quitándole la vida con una lluvia de plomo, los policías subieron a la habitación donde se encontraba la maltrecha Isabel. De una patada derribaron la puerta. Entraron y la encontraron sentada a un lado del retrete. La apuntaron con sus armas y le pidieron se pusiera manos arriba, cuando era más que evidente, no podía levantar un solo dedo. Todas esas pistolas...

Recuerdos de una perra vida (3)

Isabel, que había estado en otro lugar todo ese tiempo, al sentir las fuertes embestidas de su progenitor, no pudo mantener más su indiferencia. Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a quejarse por el dolor que, causado por el monstruo que tenía dentro de su vagina, sentía la estaba matando.

Recuerdos de una perra vida. Parte 3.

Capítulo 2.

"Perseguida por la infancia".

Isabel levantó la mirada y a unos cuantos pasos de ella, con las manos manchadas del rojo de la sangre de Paulina, se encontraba su padre. La enorme tristeza, provocada al ver el cuerpo sin vida de su amada, que le quitaba el aire, se transformó de inmediato en un terror que la paralizó.

Sus labios temblaban, como en un intento de gritar y pedir ayuda, pero la voz no le salía. Quiso levantarse, pero s...

Recuerdos de una perra vida (2)

Tantas noches de auto satisfacción, no habían podido calmar su sed de caricias. Una vez estando juntas, no podían darse el lujo de tomarlo con calma. Sus lenguas y manos recorrían desesperadamente sus cuerpos.

Recuerdos de una perra vida. Parte 2.

Capítulo 1.

"Castillos en el aire".

Apenas cruzaron la puerta, se sintió nerviosa. Por primera vez, en sus poco menos de veinte años de vida, había dejado la casa de su progenitor. El motivo era Paulina, el amor de su vida. Cuando su familia se enteró de su homosexualidad, todos, en particular su padre, la tacharon de loca y depravada. Ninguno de ellos aceptaba las tendencias de la chica y, mucho menos, la relación que ésta mantenía, desde hacía y...

Recuerdos de una perra vida (1)

Una vez silenciada su víctima, le mostró como usaría la segunda jerga. La levantó por encima de sus hombros, para dejarla caer, con lujo de violencia, sobre el rostro de la morena.

Recuerdos de una perra vida. Parte 1.

Capítulo 3.

"Atada de pies y manos".

Era el mes de junio. En aquel cuarto de hotel, falto de aire acondicionado, el calor era cada vez más sofocante. A pesar de la poca ropa que llevaba encima, Isabel sudaba a chorros. Caminaba en círculos por la habitación, con su sostén negro y sus bragas blancas. Las gotas de sudor resbalaban por sus mejillas, provenientes de su frente. Recorrían su cuello y finalmente se perdían entre sus senos. Su sujetador s...

Zonas erógenas

No todo es pene y vagina.

De seguro les ha pasado, en caso de que sean mujeres, que la penetración es tan dolorosa que impide el más mínimo disfrute. O siendo hombres, en más de una ocasión han de haber eyaculado sin sentir en verdad algo especial, como si fuera una simple escupidita. A mi me ha pasado. Es algo muy común que sucede en las relaciones, más cuando no se tiene experiencia. Cuando se es primerizo.

Son varios los factores, que causan esa poca satisfacción a la hora del sexo. La mala o poca estimulación es uno...

Frente al altar

Y a punto de dar el sí, recuerdo la primera vez que te vi.

Hoy, aquí, frente al altar y a punto de dar el sí, recuerdo la primera vez que te vi. Tengo grabadas en la mente las prendas que vestías. Esa camisa blanca que contrastaba con lo oscuro de tu piel, pero resaltaba el color de tu alma, la que me mostraste con tu limpia y bella sonrisa. Los pantalones un poco rotos que me hicieron pensar eras algo rebelde, y no es que no lo fueses, eso fue tal vez lo que más me atrajo, sino que además también te faltaba dinero.

Hoy sigues teniendo una posición econ...

Ojos rosas

Tan bellos como para pasar casi quinientos años buscándolos.

Eran las once de la noche y a Carolina, como ya era costumbre, la habían dejado plantada. Su novio, ese con quien estaba para, supuestamente no salir sola los fines de semana, se había quedado trabajando hasta tarde, por séptima vez en la semana. Resignada a otra velada sin compañía, pidió otra cerveza. De pronto, se percató de que un atractivo hombre la observaba, desde la mesa de al lado, de manera casi atemorizante. Luego de mantenerle la mirada unos cuantos segundos, la clavó en el vaso porque sus...