Buenos días, señor Jameson

J.J. Jameson se divierte con su secretaria bajo el agua, jugando a abusar de ella.

-Buenos días, señor Jameson. – Eso era lo que siempre decía, con su voz sensual que recordaba en cierta forma las voces femeninas de los gps… o de las líneas eróticas. Todos los días, J. Jonah Jameson oía esa frase segundos antes de entrar en su despacho. Con su costumbre de llegar antes que nadie y marcharse después que todos, era lo primero que oía, y también el "Buenas noches, señor Jameson" era lo último que escuchaba. Rita Hesse, su secretaria, tenía un particular tono de voz que hacía pensar a c...

Cambio de suerte (2)

Delicioso sexo improvisado en el baño; es una suerte tener para uno una chica que vive sus orgasmos con tanta intensidad y dulzura... aunque sea un poco gafe.

-¡Santiago, a lo que has hecho, se le llama "cabronada"!

-Lo sé, y lo siento, tío…. Bueno, la verdad es que no. Me supo mal llevármela, pero no lo siento, porque ha sido

Serían como las ocho de la mañana cuando la musiquita del teléfono móvil había despertado a Santi, y un muy poco amistoso Nacho estaba al otro lado del hilo, reprochándole su comportamiento de la noche anterior… Nacho, su mejor amigo, había quedado a ciegas con una chica del chat que robó el corazón de Santiago. Tina, que a...

Cambio de suerte

Él no tiene una pizca de suerte; ella es un poco gafe... pero para él, ella es una suerte.

“Entre lo calvo y lo gordo, cada día me parezco más a Homer Simpson, joer…” Pensó Santiago mientras se enjabonaba el pecho en la ducha. No estaba de muy buen humor aquélla tarde… el día había ido bien, muy bien, a decir verdad, si se tenía en cuenta que había conseguido, casi en el último minuto, tener libre el puente de mayo que comenzaba esa misma tarde… cinco días de holganza en puertas, pero no los empezaba muy bien. Nacho había venido a fastidiarle la fiesta con la suya. Le había invitado a ir d...

Celos

Los celos de una esposa se convertirán en la mejor sesión de sexo de sus vidas, y hasta su acercamiento a la dominación.

  • Bueeeeno…. Me voy a echar la partidiña de dominó. Hasta luego, chatita.

Eso había sido lo que había dicho Heliodoro al salir de casa después de la comida y de reposar cinco minutitos, como tenía por costumbre. Amelia, su mujer, "Mielita", como la llamaba de cariño su marido, había sonreído y asentido y se había puesto a retirar la mesa y fregar los cacharros con el jabón líquido, mientras cantaba aquello de "los chicos con las chicas, deben estar…", aparentemente muy animada… pero apenas Helio...

¿Qué me ha pasado?

Ella resume a su amo qué le sucedió.

-¿Qué...qué me ha pasado? -¿Por orden, amo? Primero os pusísteis rojo, luego rompísteis a sudar, después gemísteis, enseguida gritásteis, estallásteis en carcajadas mientras os agarrábais la cabeza con ambas manos, y luego pareció como si expiráseis, con la cara anegada de lágrimas... y me parece que os habéis desmayado de alegría, amo. ¿Os gustó...? Su amo se pasó las manos por el rostro sudoroso, intentando pensar... finalmente, logró encontrar la palabra que definía exactamente el grado de placer...

Ditanieves y los siete mariconchitos (1)

La dulce Ditanieves será instruída en los placeres del sexo por el Espejo mágico de su Madrastra... ¿pero qué pasará cuando ella ya no sea la mejoooor?

Érase una vez y media por lo menos, que en un país muy lejano, vivía una bonita niña. Se llamaba Ditanieves porque su madre era así de caprichosa ella, y el año en que nació se puso de moda el nombre de Jennifer María, pero como le gustaba ir contra corriente… pues eso. Y además de eso, contemos la verdad… en la noche de bodas, el rey padre de Ditanieves estaba jugando a hacer que su joven esposa se mirase el chirri con un espejito, y en medio de la excitación, la joven reina dijo "oh… me gustaría ten...

Un encuentro sin nombres

Una camarera de bar nos cuenta cómo mantuvo una maravillosa noche de sexo con un hombre del que ni siquiera sabía su nombre.

  • No tengo tiempo para andar con monsergas: eres guapa, eres amable y me gustas. Necesito hacerte el amor. Y te prevengo que he sido fino... ahora puedes abofetearme o mandarme a la mierda... o bien, hacer frente a lo que tú también deseas y venir a pasar un rato agradable conmigo.

Nunca olvidaré aquellas palabras...apenas había hablado conmigo diez minutos cuando me soltó aquello, y me dejó sin respiración. Yo era sólo una camarera de un bar pequeño, me tocaba estar en la barra aquélla noche mi...

CaperuDita Roja

CaperuDita va a casa de su abuelita, y el lobo la acecha... pero a su vez, el Oso, los acecha a ambos, ¿quién conseguirá el amor de CaperuDitaaa...?

Un delicioso aroma a frescor y flores entraba por la ventana... el aire cálido y el sol brillante anunciaban que la primavera le estaba ganando la batalla al invierno, y las flores rosas que adornaban la repisa en sus graciosas macetas rojas con dibujos verdes, perfumaban suave y agradablemente el coqueto cuarto de Dita... La llamaban CaperuDita Roja, porque acostumbraba a vestir con una preciosa caperuza roja que cubría sus hermosos cabellos rojizos (...teñidos) y cobijaba sus hombros en caso de que...

El circo nocturno (1)

Una joven con una educación severamente estricta, se debate entre el pecado y el placer, tras ver a un hombre que la cautiva.

Rojo... de un intenso color escarlata, el cielo parecía envolverla en ése color. El mismo sol parecía ensangrentado, tiñendo no sólo el cielo, sino todo lo que alcanzaba la vista de un rojizo intenso... y eso la incluía también a ella, a Azahar. Su uniforme negro contrastaba con su rostro, muy pálido, sus ojos, verde claro, y sus cabellos, demasiado rojizos.... pero en aquél atardecer, todo eso desaparecía bajo el torrente de rojo que se derramaba sobre ella... aunque en el colegio sí se habían dado c...

Quizá un poco demasiado...

Improvisado y delicioso sexo casero... quizá un poco demasiado fogoso.

¿Se puede saber qué demonios haces ahí día y noche? Deja el ordenata y ven aquí... anda, ven...

Me mira. Veo su cabello castaño rojizo, caer en un mechón revoltoso sobre sus ojos, castaños y traviesos. Su boca, de dientes quizá un poquito demasiado grandes, me sonríe... conozco esa sonrisa como si la hubiera dibujado yo, como si yo se la hubiera hecho. Es una sonrisa traviesa. La usa cuando va a hacer algo "malo", o cuando ya lo ha hecho y espera resultados.

  • Espera un poquito más... ya...