Buenos días, señor Jameson
J.J. Jameson se divierte con su secretaria bajo el agua, jugando a abusar de ella.
-Buenos días, señor Jameson. Eso era lo que siempre decía, con su voz sensual que recordaba en cierta forma las voces femeninas de los gps o de las líneas eróticas. Todos los días, J. Jonah Jameson oía esa frase segundos antes de entrar en su despacho. Con su costumbre de llegar antes que nadie y marcharse después que todos, era lo primero que oía, y también el "Buenas noches, señor Jameson" era lo último que escuchaba. Rita Hesse, su secretaria, tenía un particular tono de voz que hacía pensar a c...