Buenos días, sr. Jameson

La secretaria de J. Jonah Jameson (el jefe de Peter Parker, alias Spiderman) está loca por él, pero éste no quiere entrar a por uvas. ¿Cómo conseguirá obtener su interés y sus favores...?

-Buenos días, señor Jameson. – Eso era lo que siempre decía, con su voz sensual que recordaba en cierta forma las voces femeninas de los gps,... o de las líneas eróticas. Todos los días, J. Jonah Jameson oía esa frase segundos antes de entrar en su despacho. Con su costumbre de llegar antes que nadie y marcharse después que todos, era lo primero que oía, y también el "Buenas noches, señor Jameson" era lo último que escuchab...

Vacaciones en familia, ¡qué asco!

Oli e Irina parten en vacaciones con sus primos Beto y Dulce; todo podría ser perfecto de no ser porque la madre de Beto no quiere consentir que él y Dulce duerman juntos al no estar casados, ¿cómo la esquivarán?

-¿¡Que vienen QUÉ?!

Debí haberlo supuesto. Tenía que habérmelo imaginado y prevenir a Irina que esto podía suceder, pero palabra de honor que no se me ocurrió ni por un instante. Mi hermana y yo nacimos solitos, pero mi padre y mi tío, son gemelos y esas cosas, se heredan… Dos por el precio de uno, que dijo el médico. Irina estaba embarazada de gemelos. Yo no sabía ni cómo tomármelo, pero mi mujer estalló en risas, encantada con la idea.

-Ya no hace falta que discutamos por el nombre, ahora tú pones...

De cama en cama

Tolo se agarraba a las sábanas con los puños cerrados y apretando los dientes, intentando soportar el placer, intentando por todos los medios no correrse todavía, aguantar aún un poquito más, ¡era tan bueno, quería seguir sintiéndolo! El insoportable cosquilleo le recorría el glande y todo el tronco

Tolo se agarraba a las sábanas con los puños cerrados y apretando los dientes, intentando soportar el placer, intentando por todos los medios no correrse todavía, aguantar aún un poquito más, ¡era tan bueno, quería seguir sintiéndolo! El insoportable cosquilleo le recorría el glande y todo el tronco, le zumbaba en las pelotas y se cebaba en su columna. Cada pocos segundos le sobrevenía una fuerte convulsión que le hacía temblar de las rodillas a los hombros y encoger los dedos de los pies. Iana se reía con...

Tensos secretos

-¡Aaaaaaaaaaaah….! – a Magda se le escapó un gemido y se puso colorada. El cabo la besó y subió con su dedo hacia el clítoris, ¡ahí estaba, por fin podía tocarlo directamente, no sólo acariciar la vulva…!

El cabo Fontalta entró en su casa, cerró la puerta y echó el pestillo. Era el único en el bloque que hacía tal cosa; en la casa sólo vivían policías, de modo que ninguno de ellos ponía el cerrojo a las puertas y éstas sólo se cerraban a partir de cierta hora o cuando por algún motivo se necesitaba intimidad. NADIE estaría tan loco de entrar a robar o a hacer el gamberro en la casa cuartel de la Policía, aunque fuese la policía de un pueblo tan pequeño que el Cuerpo quedaba reducido a cuatro efectivos.

U...

Repóker de ases en la manga

A Iana le gustaba saborear el deseo. Al perder su capacidad para gozar, sentir la superioridad de controlar a una persona a través de su placer, era lo único que le había quedado para disfrutar, y lo disfrutaba al máximo.

Blanquecino y en caprichosas formas enredadas, así subía el humo por la habitación. Iana jamás había fumado. Hasta esa noche. Tolo roncaba a su lado, tirado panza arriba, los mechones rojizos que le rodeaban la calva estaban sudados y también ellos, largos como las volutas de humo, seguían las mismas caprichosas formas, a pesar de su finura y escasez. La tripa pálida y salpicada de pelillos rojos le subía y bajaba al compás de los ronquidos, y estaba manchada de esperma y también de los flujos de Iana. La j...

Mi experimento. Mi creación

Mis pezones estaban duros como piedras y parecía que quisieran romper la tela. Mi amo fue a dejar el vaso de agua sobre la mesa y lo tiró sin querer. De inmediato, me levanté para recoger el agua con servilletas de papel y que no cayera al suelo ni mojase el pan de molde. Mi amo, sentado en su silla perfectamente derecho, respiraba con la boca abierta y la mirada fija en el frente. Miraba por el ancho cuello de mi prenda, hacia mis pechos que se bamboleaban por efecto del movimiento de mis brazos, derecha, izquierda, derecha, izquierda

Aún hay cosas que me resultan difíciles, a pesar de los meses que han pasado. Cosas tontas, como detenerme a la segunda cucharada de azúcar, o retirar el cazo del fuego en lugar de mirar estúpidamente cómo la leche se derrama. He de estar atenta a lo que hago y recordármelo a cada momento, pero al menos ahora puedo hacerlo, antes no era capaz, me limitaba a quedarme en un rincón y mecerme... pero eso fue hace mucho, cuando ni siquiera era capaz de recordar cómo se hablaba.

Con mucho cuidado, retiro la...

La golfa y el vagabundo

La mujer ignoró la boca suplicante del bandido y empezó a besarle el cuello y el pecho, sin dejar de acariciarle por abajo, por la base del miembro y la cara interior de los muslos, muy cerca, pero sin tocarle “ahí”...

Cuando el viento dejaba de soplar, apretaba el calor, pero mientras lo hacía, no sólo hacía fresco, sino que la arena que arrastraba golpeaba el vehículo, que se desplazaba a través de la llanura levantando nubes de polvo. Los viajeros se alegraban de desplazarse dentro de la diligencia; en no disponiendo de ferrocarril, era el medio de transporte más cómodo. El mejicano, de rostro adusto y quemado por el sol, apenas hablaba y no dejaba de mirar a la mujer. El hombre vestido de negro, estirado y de aspecto...

Especial Halloween II

Nastia gritó de gustó y tembló; Zato gimió como si expirara y sintió que había rozado el Cielo, ¡estaba dentro de su mujer, por primera vez en cinco largos años...! Era tan bueno como recordaba, estrecho, dulce, ardiente...

-¿Qué quieres decir con... “se lo ha quedado”?

-Me temo que exactamente eso, Tolo. Dice que de momento, se queda con él, que cuando termine de usarlo, nos lo devolverá.

-Pero... ¿pero le has dicho que...?

-¡Lo he intentado, ¿vale?! ¡Lo he intentado! ¡Era dejárselo, o matarle, con su secretario ahí! ¿Qué iba a hacer yo, matarles a ambos?

-Joder, no, pero... ¡No puede quedárselo, morirá de todos modos!

-Eso lo sabemos tú y yo, pero él no quiere saberlo. El medallón le ha seducido, no nos l...

Especial Halloween I

Ana, con la cabeza inclinada sobre su escritorio, jadeaba… ¿pero qué le sucedía? ¡No podía controlar su cuerpo! Recordó vagamente una vez en que Zato probó con ella un gel caliente afrodisíaco, que le produjo un efecto muy parecido, pero no tan rápido ni tan potente

Hola… ¡qué alegría verte de nuevo por aquí! Parece que nunca te cansas de leer nuevas historias, y eso es bueno, porque yo no me canso de escribirlas. Pasa, por favor, y deja los abrigos donde quieras, Igor se ocupará de ellos. ¿Igor…? Es el sirviente de nuestro anfitrión. No, no lo ves. No quieres verlo. Sí, he dicho verlo, no “verle”. Sígueme, por favor. No te separes de mí, el castillo es amplio y podrías perderte… Estamos en el Castillo de la Desesperación, en las Montañas Oscuras. Aquí siempre es de no...

Belén viviente.

Nazario pretende montar un Belén viviente en tiempo récord, ¿lo conseguirá, mientras Irina tiene que decirle algo a Oli, Rino y Arnela se pelean y el resto de profesores preferiría unas fiestas más cariñosas....?

-Mmmh… sí… así, así… más… ¡ah! Más fuerte… - Cristóbal temblaba de gusto, las manos aferradas a los lados de la silla, intentando aguantar el impulso de lanzarse a por Viola, que, levantada frente a él y vestida sólo con un tanga navideño y un gorrito de Papá Noel, le masturbaba con el pie. La maestra sonreía viendo las caras de gusto que ponía cada vez que le frotaba o le daba un apretón. "Está tan guapo así… con la cara sudada, el pelo pegado a la frente, y esos ojos de vicioso… mmmmh, me lo comería vivo"...