Travesuras en el coche

Arturo se ve abordado por una mujer a quien en principio no reconoce, y que insistirá en hacerle pasar un delicioso rato en su coche.

-Como verá, señor Decano, la subida que pedimos no es excesiva. Como personal de Archivos y Bibliotecas, los nuevos presupuestos que se aprobaron a principio de curso, eran quizá demasiado ajustados… se han cambiado los planes de estudio, y tenemos pocos libros de consulta al respecto de los nuevos planes, y algunas ediciones antiguas se encuentran en estado poco menos que deplorable, es imprescindible sustituirlas… incluso estamos pensando en la posibilidad de ir pasando a formato electrónico algunas de la...

Amar es todo un arte.

Arturo busca compañía femenina profesional para paliar su soledad, pero va a encontrar mucho más que eso, y se va a meter en el lío de su vida.

-Con exactitud… ¿Qué es lo que usted está buscando, señor Lizarra?

-Con exactitud… supongo que… un poco de cariño. Un poco de comprensión. Sentirme escuchado… - el hombre, sentado frente a la “gestora en relaciones privadas” de la agencia, algo encorvado en la silla, con las manos entrelazadas y ocultas entre las rodillas, intentó resumir su deseo – Quiero volver a sentir que le importo un poco a alguien.

La gestora sonrió con amabilidad.

-Por favor, no se sienta violento. Lo que está haciendo...

Un día en la piscina

Los niños ya son bastante mayores para ir a la piscina solos, y gracia a eso, Oli e Irina, y Beto y Dulce, disponen de un ratito para ellos solos.

-…Y ponle el protector solar en cuantito salga del agua, y no dejes que esté mucho rato al sol, sentaos en la sombra, y no se te ocurra dejar de vigilarla, ni dejes que se acerque a la piscina de los mayores, ni que se quite la gorrita, y cuida que beba mucha agua, y si os compráis un helado, el suyo que sea de crema, no de hielo, y cuida que se tome el yogur, y que no esté demasiado rato en el agua, mójale la cabeza, y no la vayas a perder de vista, y….

-¡Mamá, que vamos a una piscina cerrada, no a la...

Mamá llega mañana.

Oli se queda solo con los tres niños, ¿va a poder hacer carrera de tres adolescentes? ¿Y qué pasará cuando vuelva Irina?

-¿Que me quedo cómo?

-Tú solo con los niños, Oli.... sí, has oído bien. No me queda otra, cariño, tengo que ir...

Sabía que Irina tenía razón, pero el quedarme una semana yo solo con los tres niños, no es que no me gustase, pero admito que me daba algo de miedo. Eso de imponer disciplina, digamos que no se me acaba de dar demasiado bien, en casa es Irina quien lleva la autoridad con nuestros tres hijos, y yo sé que son formales y buenos... pero Román y Kostia tienen trece años, y Tercero, nuest...

Un jefe pervertido

Zacarías recibe un vídeo muy interesante, y empieza a darse placer mientras su secretaria le oye por el interfono. Ella ya debería estar acostumbrada, sabe que trabaja para un pervertido.

La antesala del despacho olía muy fuerte a tabaco y al ambientador de fresas que usaba la pobre Trudy (bautizada Gertrudis) para intentar paliar el pestazo. No sólo no lo conseguía, sino que el ambiente era aún más irrespirable por la mezcla de los dos olores, pero Alvarito tenía un sistema; nada más entrar, cogía mucho aire respirando fuerte. A pesar de que él también fumaba, el olor casi le hacía lagrimear los ojos, pero mientras estaba allí, ya no olía nada. Soportarlo por soportarlo, mejor pasarlo lo má...

Leche con café.

Carlota sabe que Ricardo y ella no tienen nada en común, es mejor dejarlo. Pero una carcajada, un delantal de la abuelita y una pillada, pueden cambiar las cosas más de lo que ella cree.

“Bien, ahora cuando vuelva, le diré que no es buena idea.” pensó Lota, poniéndose las bragas y la camiseta sin destaparse, por miedo a que Cardo volviera y la pescara a medio vestir. Había cometido el error, horrible y maldito error, de ceder con él. La noche anterior había bebido, y se habían juntado muchas cosas. Culpa, estúpidos celos, la pesadez de Cardo, todo había ido a combinarse y a medida que su cabeza se aclaraba, los recuerdos se hacían más vergonzosos. “Le va a destrozar el corazón y lo sé, pero...

Juegos nocturnos

Burlando al futuro marido, el mayordomo se cuela en la cama de su joven señorita por primera vez y juntos aprenden a darse placer.

Sobre todo, no vayas a ensuciar nada”.

Le había repetido su madre mil veces. “Y en cuanto termine la película, a la cama, no se te ocurra ponerte a fisgonear por ahí”, dijo su padre. Era normal que estuvieran preocupados, pero caray, no era ningún niño, tenía ya cerca de doce años, sabía comportarse. Los señores de la casa no estaban, habían salido a uno de sus frecuentes viajes, y en ausencia de ellos, nadie iba a enterarse si él veía una película en la sala de cine. A sus padres no dejaba de resu...

Clases de piano

Una aburrida clase de piano puede ser muy divertida jugando a "premio y castigo". Y eso, mientras tu madre se divierte en la otra parte de la casa.

-¡No sé porqué tengo que aprender una cosa tan tonta! - protestó la joven.

-¡Aprender piano, no es ninguna cosa tonta; es un instrumento precioso y un ejercicio difícil que te viene estupendamente!

-¡Pero mamá… ¿qué sentido tiene tocar el piano, cuando ya existen los programas de creación musical?! ¿No ves que es como si pretendieras que aprendiera a hacer ropa?

-También existe el escaneo de voz, y aún así se aprende a leer y escribir, ¿verdad? ¡Estoy harta de que sólo sepas pensar en térm...

Un sabueso y un felino

En un futuro postapocalíptico, la humanidad vive clandestinamente en la Tierra. En uno de los asentamientos vive Zaijov, un Justicia, que vuelve a su casa tras un duro trabajo. Allí le espera su compañera, pero no precisamente con los brazos abiertos.

Las tres cabezas chocaban entre sí al bambolearse con el paso del caballo, bocas abiertas y ojos vacíos, a la grupa del animal, produciendo un sonido sordo, casi gracioso si uno no pensaba qué lo causaba, como de entrechocar de cocos. Zaijov estaba tan acostumbrado a él que ni siquiera le prestaba atención; muy atrás quedaban los tiempos en que aquéllas cabezas que colgaban del caballo del Justicia le fascinaban y horrorizaban por igual, y escondía la cara tras el grueso cuerpo de su madre, hasta que un día...

El Cardo y la Carlo.

Una broma a un espinoso compañero de trabajo termina en un salón de tatuajes, y la tatuadora resulta conocerle... y no tenerle especial aprecio, así que, ¿por qué no continuar la broma haciéndole creer que ha sucedido "algo más" que un tatuaje?

-Ya lo sé, ya sé que me vais a llamar pesado y padrecito, pero es sólo que quiero que todos disfrutemos de la fiesta sin que nadie se ponga patoso, ni haga nada de lo que se pueda arrepentir. – sonrió con cierta superioridad – Todos sabemos que el año pasado, alguno, bueno… ¡no volvió a casa muy bien! – Cuando dijo aquello, se rio mirando a Benjamín, y el resto de compañeros esbozó apenas una sonrisa por puro compromiso. En la anterior cena de empresa, Benjamín, el niño guapísimo de la oficina, por quien su...