Introduciéndome por el culo el habano del taberner
Que, cuanto tiempo sin venir por aquí, ¿eh? Me decía echando su mano a mi entrepierna, empezando a palparme la polla y genitales, a la vez que me preguntaba si ya no me gustaba fumar puritos.
Hacía ya al menos 3 años o algo más, que no había tenido ningún encuentro con el dueño de la taberna Bernardino, Ahora al no ir al instituto, iba menos por aquella ruta, además que el tabaco lo solía comprar en el estanco o lo compraba en el bar donde paraba, y los encuentros sexuales, aunque no muy abundantes, o bien solía ir a los aseos públicos, o los tenía con mi vecino de puerta con el que solía mantener relaciones sexuales, después de haberlo iniciado entre sus primos y yo.
Aquel sábado cuando s...