Confesiones de una jovencita viciosa (6)

Sexo en una pastelería puede ser algo realmente excitante.

A estas alturas ya me conocéis todos y sabéis qué clase de jovencita soy: pervertida, provocadora y totalmente loca por el sexo. Sabéis que voy a la universidad, que trabajo en una pastelería y que vivo con mi padrastro y mi madre. Uy, siempre olvido contaros qué hay entre mi padrastro y yo. Bueno, en otra ocasión, hoy quiero confesaros otra experiencia.

Ocurrió hace muy pocos días. Había salido de clase y me dirigía directamente a la pastelería para trabajar allí el resto de la tarde. Hacía bue...

La puta de mi propio hijo (7)

La perversión y la sumisión hacia mi propio hijo no conoce límites.

Una tarde mi hijo me propuso ir al cine. Yo estaba un poco aburrida, mi marido estaba en casa trabajando en unos informes para su empresa, y en la tele no había nada interesante, así que acepté encantada. Fui a mi habitación para cambiarme y al poco entró mi hijo. Me empezó a acariciar el culo y me susurró que me pusiera algo provocativo, algún vestido corto con mucho escote, y que no me pusiera ropa interior, porque el cine era un lugar ideal para meterse mano, y él tenía la intención de pasarse toda...

La puta de mi propio hijo (6)

Mi hijo me lleva a un club de intercambios y nos acostamos con otra pareja.

Algunas veces salía con mi hijo por la noche e íbamos a alguna discoteca; mi marido no veía extraño que saliera con mi hijo a dar un paseo. Me vestía muy sexi para él y nos comportábamos como si fuéramos una pareja: bailábamos, bebíamos, nos besábamos, nos metíamos mano. Me encantaban esos momentos. Luego nos amábamos en el coche, e incluso una vez me llevó a un motel.

Una tarde me propuso ir a un club nuevo que conocía. Acepté sin pensarlo dos veces. Me dijo que me vistiera provocativa pero ele...

La puta de mi propio hijo (5)

Mi sometimiento a mi hijo a aumenta cuando decide llamar a sus amigos para que me follen.

Las semanas siguientes fueron bastante tranquilas. Me enteré que desde el día que mi hijo se acostó conmigo y su tía, había estado yendo a su casa de forma bastante regular para follar con ella. Eso me excitó y también me hizo sentirme celosa de mi cuñada, que podía disfrutar de la polla de mi hijo siempre que quisiera, mientras que a mí me tenía que sobar y follar a escondidas. Quizá por esa razón durante un par de semanas no me acosó con tanta lujuria y riesgo como al principio, aunque por supuesto...

La puta de mi propio hijo (4)

La relación prohibida con mi hijo continua.

Un día recibí una llamada del instituto de mi hijo. Es bastante buen estudiante y nunca da problemas, por eso me sorprendió la llamada pero parece ser que hay un par de asignaturas que se le han atragantado, y su tutor quería hablar con sus padres para hablar del asunto. Como mi marido tenía que trabajar, fui yo sola al instituto. Entré en el despacho del tutor y allí me recibió un joven de poco más de treinta años, delgado, con gafas y ligeramente atractivo. Yo me había vestido elegante, con un traje...

La puta de mi propio hijo (3)

Por fin mi hijo consiguió juntarnos a su tía y a mí en la misma cama.

Al día siguiente fui a casa de la tía. Siempre la llamamos así, es la hermana de mi marido y es sólo dos o tres años menor que yo. Ha tenido ya cuatro hijos, y eso se nota, pero aún así, se conserva estupenda. Es alta, con grandes caderas y unos pechos estupendos, bastante grandes, aunque ya no demasiado firmes; lleva el pelo muy corto y moreno y siempre me ha resultado muy atractiva. Nos llevamos muy bien, y siempre nos hemos juntado para ir de compras o a tomar café, e incluso hemos salido con más a...

La puta de mi propio hijo (2)

Continuo relatando cómo mi hijo me convirtió en su puta particular.

Desde el día en que me metí en la cama de mi hijo y me folló salvajemente, todo cambió. Me dejó claro que había decidido convertirme en su puta particular, y yo me sentía tan subyugada por él que no pude negarme, accedí a todos sus caprichos. Dejé de llevar ropa interior en casa. Y vestía con faldas muy cortas, camisas un poco abiertas o camisetas de tirantes, o batas que pudiera desabrochar rápido. Y él, desde aquel día, disfrutaba metiéndome mano y follándome siempre que le apetecía. Andaba todo el...

La puta de mi propio hijo (1)

Mi hijo se metió una noche en mi cama y me folló; desde entonces nuestra relació cambió totalmente.

Tengo 46 años y estoy casada, aunque no felizmente, pues hace tiempo que mi marido perdió el interés por mí. Y no es porque sea fea o mi cuerpo no sea atractivo, al contrario, pero mi marido sospecho que prefiere chicas jovencitas, estoy segura, hay secretarias muy monas y jóvenes en su empresa. Me considero bastante atractiva para mi edad, soy rubia, alta, tengo piernas largas, y aunque mis caderas empiezan a estar un poco anchas, mis pechos son bastante grandes, aunque ya no tan firmes como los de u...

Violada en la fiesta del pijama

Como una amiga y yo violamos a la prepotente de nuestra amiga.

Nuestros novios se habían ido a una despedida de soltero, y nosotras decidimos hacer una fiesta por nuestra cuenta. Pero al final solo éramos tres las dispuestas a divertirnos, una de mis mejores amigas, y la novia de un amigo de mi novio, una chica con la que no tenemos mucha confianza, y que siempre me ha parecido muy soberbia, de las que suelen mirarnos a las demás chicas por encima del hombro. Les propuse ir a mi casa esa noche, ya que mis padres estaban fuera el fin de semana, y organizar las tre...

La iniciación de mi esclavo

Me fijé cómo me miraba un empleado y decidí convertirlo en mi esclavo.

Soy ejecutiva en una empresa y tengo un cuerpo muy deseable, aunque ya no sea una jovencita; media melena rubia, grandes pechos, culo firme, largas piernas. Me encanta follar, como a cualquier mujer, me encanta comer pollas y tragar semen, me vuelve loca que me enculen, hago cualquier cosa cuando me gusta un macho. Aunque si tuviera que decir cuál es la parte más delicada y sensible de mi cuerpo, sin duda diría que mis pies. Me cuido mucho, todo mi cuerpo, pero especialmente mis pies, los tengo siempr...