La dominación de Isabel. 7

En casa de JM.

Unos días después JM se presentó de nuevo en casa de Isabel sin avisar, aunque igual que la vez anterior, sabía perfectamente que la encontraría sola y que su marido y sus hijos no volverían a casa hasta pasadas varias horas. Como siempre, dominar el miedo y la angustia de su esclava era una de las bazas de JM para subyugar a Isabel.

Pero esta vez fue diferente. Isabel vestía un pantalón de chándal, calcetines y una camiseta, algo que por supuesto no produjo ningún sentimiento erótico en su amo, aunqu...

La dominación de Isabel. 6

La tortura de no poder mear.

Al día siguiente llegó al trabajo con la misma ropa interior, la de su boda, sucia, húmeda, sin duchar, disimulando con perfume y con el pelo recogido el hecho de que llevaba varios días ya sin lavarse, incluidos los restos de semen en su pelo. Y ahora había que añadir las ganas de orinar. Al levantarse esa mañana había estado a punto de incumplir la orden, se acordó en el último momento, cuando ya estaba sentada en la taza, a punto de ponerse a orinar; entonces se acordó. Como pudo se aguantó las ganas y s...

La dominación de Isabel. 5

Dominada a través del ordenador.

Esa noche Isabel se acostó pronto. Esperó a darles un beso de buenas noches a sus hijos y no se quedó a ver la TV con su marido como otras noches. La camiseta que llevaba tapaba los moratones de sus pechos y un poco de ligero maquillaje había disimulado un pequeño moratón en la comisura del labio, consecuencia de una de las bofetadas de su amo.

Se acostó y tardó en dormirse, pero no por los remordimientos, ni el dolor… sino por el placer que sentía…

El día siguiente fue normal y corriente. El co...

La dominación de Isabel. 4

JM se presenta en casa de Isabel...

Dos días más tarde JM se presentó inesperadamente y sin avisar en casa de Isabel. Por supuesto había elegido muy bien el momento, sabiendo perfectamente que ni su marido ni sus hijos estarían en casa, ni lo estarían por bastante rato.

JM llevaba mucho tiempo estudiando a Isabel, sus costumbres, hábitos, rutinas, suyos y de los que la rodeaban. Lo sabía todo de ella. Por supuesto sus horarios, de su marido y de sus hijos. Sabía dónde trabajaba su marido, sabía sus horarios, sus conocidos, familiares. D...

La dominación de Isabel. 3

Reglas y normas de sumisión en el trabajo.

Isabel volvió a casa como en un sueño. Se sentía extraña, como renacida. Era consciente del paso que había dado, y al menos de momento, no se arrepentía en absoluto de nada.

Cuando llegó ya era muy tarde y tanto su marido como sus hijos estaban acostados y durmiendo. No tenía hambre, siempre comía algo antes al llegar, antes de acostarse, pero ese día se sentía demasiado excitada para comer. Se desvistió en el dormitorio, escuchando la respiración regular de su marido y se acostó. Se metió en la cama,...

La dominación de Isabel. 2

Interludio. Los hechos que pasan durante el primer episodio.

Isabel volvió esa noche a casa sintiéndose muy extraña, una serie de emociones y sensaciones se agolpaban en su cabeza. Todavía le dolían los pezones, los notaba duros e irritados rozándose con la blusa. Notaba también humedad en el pantalón, donde sus partes más íntimas tocaban la tela. JM no le había prohibido masturbarse y mucho menos tener orgasmos, y eso es lo que había hecho, en cuanto se quedó sola, cuando su recién estrenado amo había terminado el turno y se había ido a casa.

Se concentró en l...

La dominación de Isabel. 1

Comienza aquí la serie de relatos en la que se narra la iniciación de Isabel en el mundo de la dominación por parte de su amo JM.

Eran las ocho de la tarde cuando Isabel entró en la sala de mando preparada para ocupar su puesto. JM la siguió con la mirada hasta que se sentó en su lugar de trabajo, frente a su ordenador y sus pantallas. Llevaba el uniforme reglamentario, la chaqueta y el pantalón a juego y la gorra, pero con su propio estilo, el uniforme ceñido al cuerpo, marcando las caderas, las piernas, el culo y sobre todo sus fantásticas tetas. JM la observaba con la certeza de que esa noche, durante el turno que ambos compartiría...

La apuesta. Fase 4. Final.

Ninguna de las dos estábamos dispuestas a que el doble o nada terminara así.

Al día siguiente Ana vino a mi casa después de comer e inmediatamente nos encerramos en mi habitación. Me contó que tras encularla, se habían arreglado, y habían vuelto a casa, donde afortunadamente su madre ya estaba dormida, se ducharon, pero cada uno por su lado, se dieron un profundo beso y se fueron a dormir, cada uno a su respectiva cama. Ana estaba encantada, radiante, por haber ganado nuestro doble o nada, pero sobre todo por el polvo que había echado, nada más y nada menos que con su propio p...

La apuesta. Fase 3

Empieza el doble o nada. La apuesta se vuelve más perversa que nunca.

Al día siguiente no me podía creer que hubiera aceptado la apuesta de Ana, era como despertar de una borrachera, sabiendo que has hecho algo mal y ya no tiene remedio. Pero… cuanto más lo pensaba, más me excitaba la idea. El doble o nada ahora consistía… ¡en ver cuál de las dos se follaba antes a un miembro de su familia, Ana a su padre y yo a mi hermano! Y las dos, por descontado, estábamos dispuestas a ganar la apuesta, bueno, el doble o nada.

Esta vez no sería necesario que Ana se trasladara a...

La apuesta. Fase 2

Yo he ganado la apuesta, pero eso no impide que Ana quiera llegar hasta el final, aunque ya no se juegue nada, pero un polvo es un polvo.

Ana, por supuesto, había seducido a mi hermano, el problema para ella fue que yo fui mucho más rápida y gané la apuesta. Cuando volví de la playa y de ganar la apuesta, nos juntamos y nos contamos todos los detalles. El mismo día que yo hacía contacto con su padre, ella iba a casa de mi hermano para hablar con él. Como ya he dicho, mi hermano la conocía perfectamente, y ya que ha sido toda la vida un ligón, en parte por su aspecto y en parte por su carisma, estaba segura de que hacía tiempo que le hab...