Mi joven hijo, mi semental
Mi hijo me hace gozar experiencias incestuosas que jamás habría podido soñar.
Mi nombre es Begoña y vivo en una ciudad del norte de España, cuyo nombre prefiero no decir para mantener el anonimato de mi relato. Tengo 45 años y mi físico entra dentro del standard que puede considerarse normal para una mujer de mi edad: 1,68 m. de altura, pechos más bien voluminosos, anchas caderas, culo apretado, ojos verdes y cabello castaño. Estoy casada con Julián, de 50 años, y tenemos una hija, Cristina, de 22 años, y un hijo, Jorge, de 18 años.
Pertenecemos a la clase media gracias a...