La gruta de los suplicios 3

Leonor 10 . Un giro copernicano de la situación, aunque Leonor siempre sale perdiendo, o ganando, según se mire.

La oscuridad era tan densa que costaba creer que tenía los ojos abiertos. Leonor buscó al tacto a sus compañeras de encierro. Tocó sus pies y se sintió confortada por aquella presencia.

  • Al menos ahora podemos hablar tranquilas - dijo en un tono pretendidamente distendido, aunque no conseguía casi tragar saliva por la angustia.

  • Estaremos aquí al menos un día entero. Si dormimos el tiempo pasará más deprisa - observó Beatriz.

  • Bueno, pero para dormir mejor podemos contarnos nuestras vid...

La gruta de los suplicios 2

Leonor, en su novena peripecia, va a ser sometida bárbaramente por sus captores. Aunque ella como siempre va a gozar con su dolorosa experiencia

Leonor abrió los ojos y fue recuperando poco a poco conciencia de dónde estaba, qué momento del día estaba viviendo y quién era ella misma, ya que el sufrimiento que le habían provocado el sol y, sobre todo, las feroces hormigas mesetarias, la habían hecho desconectar todos sus circuitos.

Estaba desnuda sobre una mesa, mojada y con la piel encendida de calor, aunque había algo que aplicaban en sus senos y su vientre  que aliviaba la comezón y el calor que sentía.

Miró alrededor y vio a Mercedes...

La gruta de los suplicios (Leonor)

8.- Leonor va a caer en manos de una banda de forajidos siniestros y crueles, que tratan a las mujeres con el más refinado sadismo.

Muchas cosas habían cambiado en la vida de Leonor y Rosita y la incorporación de Ricardo a sus juegos resultó ser más fructífera de lo que se podía sospechar. Ricardo, culto, callado, intachable en su conducta, era en realidad un joven severamente reprimido por la disciplina de su madre, la guardesa de los Algarrobos. Aquella santa mujer, había educado a zapatillazos a su retoño. El Ricardo adolescente había desarrollado una lujuria desmedida, que podía mantener bajo control a base de lecturas pías, estudio...

Leonor (7) Culos calientes

Con todo cariño dedicado a Slipper, A.E.C. y Mar, que siempre dan sus ánimos y sus perversas ideas que miro de ir incorporando al relato. Es la hora de los alpargatazos, del pecado y del castigo, que es en sí un nuevo pecado...

Nadie pudo ver a Leonor en su regreso precipitado a casa. Se encontró a su criada y amante dando de cenar al pobre de su marido, que cada vez era más dependiente y echaba de menos al granuja de Damián.

Con una mirada Rosita advirtió que algo grave pasaba, terminó de meter el puré en la boca del enfermo y salió detrás de su patrona sin limpiarle la boca al señor de la casa.

Con cuatro frases Leonor la puso al corriente de lo ocurrido, omitiendo detalles escabrosos, y Rosita se sentó a pensar.

...

Leonor (6) El cura diabólico

Don Santiago se recrea con su nuevo juguete y hace sufrir a Leonor dolor y humillación extremos, más él es también juguete del destino y el destino no le va a ser propicio. Aunque eso sí, acabará feliz.

Leonor estaba durmiendo profundamente. De pronto sintió que soñaba, porque aquello era un sueño, sin duda. Miró hacia abajo y sintió el vértigo de la altura. Estaba colgada sobre un abismo. Unas correas sujetaban sus muñecas y ella pataleaba aterrorizada ante un panorama infernal. Un mar rojo como la lava de un volcán se agitaba a sus pies. Sintió que bajaba hacia el abismo de fuego sin poder evitarlo, movía las piernas inútilmente. Estaba desnuda y sus pies descalzos rozaban ya las llamas; Se iba a quemar...

Leonor (5) En manos del cura sádico.

Don Santiago piensa que no vale la pena poner una penitencia a sus fieles, si no se le pone dura.

Durante dos días, Leonor se devanó los sesos buscando una solución. Damián no había vuelto a trabajar y Rosita y ella tuvieron que redoblar esfuerzos para cuidar del marido impedido.

Leonor pasó dos veces por delante del taller del carpintero y vio al abusador muy tranquilo, serrando listones y clavando clavos. Se había comprado un chaleco muy elegante y se paseaba con él por la plaza. Sin duda eran los beneficios de la orgía que les había organizado a sus amigos montañeses, con ella y su amante de in...

Leonor (4) Enculada y violentada

La historia se pone fea para Leonor y Rosita. Un relato no apto para espíritus sensibles, pero recordadlo: Las cosas no quedarán así...

Dicen que para saber si alguien es bueno sólo hay que darle ocasión y motivo para dejar de serlo. Así que Damián, que hasta ese día no había cruzado la línea del delito, más allá de tener las manos un poco largas con las mozas del pueblo, tomó una decisión. O la tomó por él su polla, que suele sustituir al cerebro masculino en algunos eventos transcendentes.

Al día siguiente se presentó a la hora habitual en la casa de Cosme y Leonor y atendió como de costumbre al enfermo mientras respondía a sus preg...

Las tribulaciones de Leonor (3)

Los juegos de ama y criada son presenciados por un testigo insospechado, que sacará un partido enorme de su descubrimiento, para dolor de las dos descarriadas.

Al día siguiente, Don Cosme hizo a Damián acercarse a su lecho y le habló quedamente, sujetando su brazo para que prestara atención.

  • Me sospecho, Damiancillo,  que mi mujer anda en algún amorío con un gañán de la villa. Anoche la oí berrear como sólo ella lo hace cuando le viene el gusto, más dudo mucho que se procurara a sí misma tan intenso placer. ¡Alguien la follaba, niño! Y quiero saber quién era y romperle todos los huesos. Tú me vas a ayudar.

  • ¿Yo, señor? No sé cómo...

  • Mañana p...

Reacciones perversas

Me he vacunado del Covid. Fue ayer a las 10,00 de la mañana y ha sido todo tan increíble, tan alucinante, que no puedo resistir sin compartirlo con alguien.

Sabía de la posibilidad de que aparecieran efectos secundarios, reacciones adversas, pero no me podía imaginar lo que ha pasado.

Los que seguiis mis relatos sabeis que me llamo en realidad Jose Antonio y soy un señor mayor, un sesentón felizmente casado y padre de dos hijas ya a punto de hacerme abuelo. SIn embargo, mi otra cara, anejo, acecha en la red y se dedica a pergueñar las más bizarras aventuras. Sin embargo, esta vez la realidad ha superado a la fantasía.

Fui al ambulatorio con cierto c...

Las tribulaciones de Leonor. 2 .Mujeres enamoradas

Leonor encuentra el consuelo de Rosita y se entrega al placer desenfrenadamente. No sospecha ninguna de las dos los terribles castigos que les esperan.

Con el marido impedido en la cama y el patrimonio embargado o perdido, la pobre Leonor tuvo que asumir muchas tareas de la casa, la única casa que conservaban, después de ver esfumarse granjas y alquerías.

Sólo pudieron mantener con su corto peculio los servicios de una doncella, una jovencita hija de una viuda del lugar y un forzudo y ardiente negro venido de las Américas con sus amos. La niña salió pues entreverada de piel, con unos firmes rizos en el cabello, como su padre, y unas tonalidades cobri...