Jane I
La noche en que embarcaron rumbo a Suez, Patrick hizo un último intento de disuadirla. Con su ropa de viaje echa a medida, su fino bigote y sus ojos grises muertos de preocupación por ella, estuvo a punto de convencerla de que se quedara...
Al salir del tren ni siquiera el intenso sol ecuatorial que caía de plano sobre la chapa de zinc que cubría el techo de la estación de Kampala, le obligó a cambiar su sonrisa de satisfacción. Lo había conseguido. En el momento en que se enteró de que su padre y su prometido iban de safari a Uganda comenzó una operación de acoso con el objetivo de acompañarles.
Jane era la hija única del Conde de Lansing, pelirroja menuda y de tez pálida, a primera vista parecía la típica damisela frágil y sensible...