Las cinco amigas (30)

Poco a poco me colé frente a ella, dejando el ventanal a mi espalda. No tenía más remedio que mirarme a la cara. No bajó su vista en ningún momento. En la misma situación, yo lo habría hecho, pero ella era más orgullosa, más fuerte que yo.

***Trigésima parte*****

—Dalia —le dije, apretando cariñosamente su hombro—, no quiero molestarte.

—Entonces deberías irte –me interrumpió, sin darse la vuelta.

—...Pero soy tu amiga. Y me necesitas. Los amigos se demuestran en los momentos malos, no en los buenos —expliqué.

Poco a poco me colé frente a ella, dejando el ventanal a mi espalda. No tenía más remedio que mirarme a la cara. No bajó su vista en ningún momento. En la misma situación, yo lo habría hecho,...

De ruta por Europa

Estaba allí plantado a unos metros de la puerta sin saber aún si entraría o no.

La empresa me había seleccionado junto a Manuel para hacer una especie de ruta por Europa en busca de nuevos clientes. Entre los dos dominábamos unos cuantos idiomas, de manera que iban a ser dos semanas de continuas reuniones con potenciales clientes  en Inglaterra, Francia, Holanda y Alemania. Cuando ocurrió lo que voy a contar a continuación estábamos en Ámsterdam, capital de Holanda, una ciudad de la que yo me considero enamorado desde que la conocí en mi juventud, a causa de este gusto mío había...

Las cinco amigas (29)

—¿Qué tengo que hacer para tener relaciones sexuales? Eso fue lo primero que pregunté a Agustín a primera hora de la mañana. Él estaba con su sonrisa encantadora sentado detrás de su funcional mesa de metacrilato...

***Vigésimo novena parte*****

—¿Qué tengo que hacer para tener relaciones sexuales?

Eso fue lo primero que pregunté a Agustín a primera hora de la mañana. Él estaba con su sonrisa encantadora sentado detrás de su funcional mesa de metacrilato. El sol que entraba por el ventanal que tenía detrás le seguía dando esa peculiar aura de magnificencia casi divina que tan bien le sentaba.

—Es fácil, Laura —dijo, sin dejar de sonreír—. No tienes más que encontrar a un hombre y...

Protección a Testigos

Como un trabajo para una agencia de inteligencia internacional cambió totalmente mi vida.

Prefacio.

Hace un tiempo escribí el relato A Genetic Woman. Por este relato he recibido una gran cantidad de comentarios en mi correo tanto buenos como malos; además de relatos que se han inspirado en el mío, hicieron que me decida a escribir de nuevo, por que pienso que muchos de ustedes lo van a disfrutar. Con excepción de la primera línea este relato es totalmente ficticio y basado en mis deseos personales; por lo tanto, si estas buscando una historia 100% real no te recomiendo que lo leas. ...

Conociendo a mi amo

Mi primer historia sado.

Conociendo a mí amo.

Una tarde estando en el hi5, encontré un perfil que decía amo muy severo, me llamó la atención, ya que siempre, en el fondo, me he sentido como una putita muy servicial, pero ese perfil llamó mucho mi atención, envié la invitación y en cuanto la aceptó me envió un mensaje, con una sola pregunta: ¿Eres una puta viciosa, dispuesta a complacer a un amo tan severo como yo? Con solo leer la pregunta, me empecé a excitar de una manera como nunca antes lo había hecho, y decidí cont...

Putita por mail

Como después de publicar un relato un hombre me seduce por mail para que sea su putita viciosa.

Todo empezó cuando terminé de escribir mi relato "El vecino me chantajea", cuando recibí un mail de una persona que llamaré "Xavi", y empezó la historia. Voy a poner la correspondencia por mails tal cual sin adulterar-la, solo cambiaré datos personales, algún que otro error ortográfico y no publicaré las fotos comprometidas (las cuales describiré entre paréntesis) para mantener la intimidad de Xavi, la cual expongo porque según mi punto de vista llegó a ser muy excitante(si al principio no os parece e...

Las cinco amigas (28)

Justo entonces reparé en Natalia. No estaba sentada junto a su amiga, aunque la miraba de hito en hito con una mueca de preocupación en su boca, ya que el resto de su rostro permanecía tan impasible como siempre. Nuestras miradas se cruzaron cuando me acercaba hacia la neumática mujer. Me hizo un significativo gesto de negación con la cabeza, así que me acerqué a mi delicada compañera de infortunio.

***Vigesimo octava parte*****

Lo primero que ví al entrar al comedor fue a Dalia dando cuenta de sus pitanzas. Estaba sentada de espaldas, pero su abundante cabello teñido de rubio era inconfundible a cien kilómetros de distancia. Contenta por verla, y antes de saludarla, fui a la barra a recoger mi como siempre menguada bandeja que, al menos, aplacaría los rugidos de mi estómago.

Justo entonces reparé en Natalia. No estaba sentada junto a su amiga, aunque la miraba de hit...

Las cinco amigas (27)

—Laura —dijo Agustín, con su sonrisa irresistible—, sé que tienes un enorme deseo sexual. Lo sé porque es parte de tu diseño. ¿No quieres contarme nada sobre eso?

***Vigesimoséptima parte*****

—Laura —dijo Agustín, con su sonrisa irresistible—, sé que tienes un enorme deseo sexual. Lo sé porque es parte de tu diseño. ¿No quieres contarme nada sobre eso?

Al principio logré mantenerme callada. Movía la vista a un lado y a otro, incapaz de fijarla en sus ojos. Me mordía el labio inferior, ya que las palabras se amontonaban en mi garganta, pugnando por salir.

—Sé perfectamente que deseas aplacar ese fuego que arde en tu interior —...

Por querer experimentar un embarazo (5)

Sentí, entonces, cómo Santiago se acercaba; luego, fue evidente su peso sobre el colchón... Oí los clics de la cámara...Y, al fin, noté la mano de mi macho haciéndome a un lado la tanguita y dejando mi ano al descubierto.

–¿Cuánta leche tienes? –me preguntó Santiago, acercándose cada vez más.

–Lo ignoro –confesé–. Me ha salido el equivalente de un vaso o de una taza entre las dos tetas, pero ahora siento como si el bebé me estuviera exprimiendo al máximo...

Pronto, el tibio aliento de Santiago me hizo estremecer: ¡su boca estaba tan cerca de mi pezón libre!

–¿A qué sabe…?

Quise responderle "prueba", pero el timbre de un celular me sobresaltó. Era idéntico al del mío.

–Tienes una llamada, Nin...

Las cinco amigas (26)

—Exactamente, ¿qué es lo que soy? —le pregunté en cuanto me ofreció asiento delante de su mesa de metacrilato.

***Vigésimosexta parte*****

La consulta de Agustín era luminosa y algo espartana. El sol de la mañana se colaba a raudales por la ventana de tal manera que el psicólogo se encontraba casi rodeado de un aura de santidad, lo que reforzaba su indudable atractivo.

Por el camino me había concienciado para no dejar ninguna pregunta en el tintero, por lo que intentaba llevar un listado mental de todos y cada uno de los asuntos que tenía que plantear. Mi mente ya no funcionaba con...