Las cinco amigas. Libro Segundo (2)
Me sentía incómoda, muy incómoda caminando por la ciudad. Era consciente de cómo iba moviendo mi enorme culo de lado a lado con cada paso que daba. No sabía ya caminar de otra manera. Además, con los altísimos tacones que tenía que llevar sería difícil incluso intentarlo
2. Me sentía incómoda, muy incómoda caminando por la ciudad. Era consciente de cómo iba moviendo mi enorme culo de lado a lado con cada paso que daba. No sabía ya caminar de otra manera. Además, con los altísimos tacones que tenía que llevar sería difícil incluso intentarlo. El vestidito morado que me habían dado y que no había cambiado tampoco hacía nada por disimular mis curvas.
Enrojecía cada vez que un hombre me miraba. Algunos eran discretos, pero otros me comían con los ojos. Sobre todo, l...