El Penal de los Lamentos (08)

Rebeca es testigo de la brutal sesión de tortura de Yulia a manos de Sánchez. Entre tanto el alcaide descubre gracias al juez quiénes son las dos gringas.

Rebeca fue conducida hacia las cámaras de tortura del penal por el señor alcaide en persona. La muchacha cruzó el patio de la prisión a paso rápido siguiendo sumisamente a R.E. que la arrastraba gracias a un dogal. En ese momento iba completamente desnuda menos un arnés de cintas de cuero y la asfixiante capucha de cuero con hocico y orejas de cerdo con la que el alcaide pretendía hacerla pasar de incógnito.

  • ¿A dónde lleva a la cerda señor alcaide?, ja, ja, ja, se burlaron unos guardias.

  • ¿Dó...

La mami guay

Una brida blanca estrangula tus muñecas por encima de tu cabeza y mi puño izquierdo acaba de desaparecer engullido por tu coño que mas que un coño parece las cataratas del niagara....

Miercoles 3

Una brida blanca estrangula tus muñecas por encima de tu cabeza y mi puño izquierdo acaba de desaparecer engullido por tu coño que mas que un coño parece las cataratas del niagara. Tus piernas patalean revoltosas y mi mirada vagabundea deslizandose desde el plastico rojo desgastado de esa silla pseudo art-deco, por llamarla de algún modo, hasta la percha setentera que hay en la puerta. La cama cruje con tus movimientos extraños y el cabezal de fórmica golpea en el mismo sitio que ha golpea...

Configuración de castigo 1

Lo que me merecería, variante 1. Sensibles, abstenerse MUCHO.

Enviaría al Tribunal una confesión escrita, una solicitud de castigo y un descargo de responsabilidad asumiendo todas las consecuencias. El Tribunal se reuniría para decidir mi castigo, con una sentencia mínima obligatoria de sesenta azotes sin límite máximo. No me notificarían la condena. Sólo me ordenarían presentarme para el castigo; un sábado a primera hora de la tarde, por ejemplo.

Desde el primer momento, no se andarían con miramientos. Me ladrarían breves órdenes y preguntas directas. Únicament...

El Penal de los Lamentos (07)

El alcaide inicia a Rebeca en los rigores de la esclavitud

Persuadido por el alcaide y por la propia Rebeca, el juez aceptó dejar a su sobrina en la prisión durante una semana.

  • ¿Me promete que nadie le tocará un pelo en ese tiempo?

  • Se lo prometo.

  • Bueno, y ¿cómo, cómo lo hacemos?.

  • No se preocupe por eso, yo me encargo de todo, váyase tranquilamente a su casa, la deja en buenas manos.

  • Está bien, bueno, pues, adiós Rebeca, sé buena.

  • Adios tío,  tranquilo.

  • Venga le acompañaré a la puerta, y tú Rebeca espérame aquí...

El Penal de los Lamentos (06)

Yulia es puesta en el cepo a disposición de los soldados. Mientras tanto el alcaide se lleva una agradable sorpresa en su despacho

Sánchez  decidió que Yulia sería la primera en el cepo y que él la encularía por primera vez en su vida delante de todos. Sólo entonces podrían los demás disponer de ella y de su orificio trasero.

El verdugo levantó la tabla superior del cepo y sumisamente la bella joven  se inclinó  y puso el cuello en el rebaje semicircular del centro mientras colocaba las muñecas en los rebajes laterales. Sánchez  le recolocó  la melena rubia por un lado de la cara y cerró el madero superior asegurándolo con un gan...

Hotel (reserva2)

El descubrir que disfruto siendo torturada, y que, hasta el momento, aún no he llegado a mi límite, hizo que una parte de mi se desmoronase, pero otra, más intrépida buscase aún más. Durante varias semanas me sentí perdida incluso...

Me dediqué a averiguar la manera más rápida de realizar la reserva para mi estancia en el Hotel " La Residencia ", curiosamente antes de introducir las fechas de entrada y salida, apareció un cuestionario sobre mis inclinaciones sexuales y los límites, en su caso, a los correctivos que pudiese recibir.

Las primeras preguntas tardé un poco en contestar, ya que trataban de ver si era Ama o Esclava, y qué me gustaría someter, o ante quién me sometería. Las siguientes las contesté bastante más ráp...

El Penal de los Lamentos (05)

Sánchez el verdugo muestra a Yulia y Alina las diferentes dependencias del penal para que vean lo que hacen con las presas.

Antes de marcharse a ver al juez, el alcaide le quitó los dragones a Alina entre gritos de dolor y le prometió que una hora iría a buscarla al cepo. Cuando el alcaide desapareció Sánchez permitió  que Yulia le aliviara el dolor de pezones y clítoris a su compañera lamiéndola como un gatito.

Tras esto las dos fueron conducidas a la recepción de la prisión para que se formalizara  correctamente su ingreso. Allí les hicieron las fotografías de identificación de rigor con un cartel en  el que figuraban su...

El Penal de los Lamentos (04)

Las presas forman en el patio para asistir a una cruel flagelación

El alcaide y su prisionera tardaron en llegar al patio una barbaridad pero las normas no escritas de la prisión impedían que comenzara el castigo antes de que el alcaide diera su visto bueno, por eso Sánchez tuvo la idea de subir a Yulia al patíbulo para que todos pudieran ver bien su bello cuerpo.

El verdugo la hizo mostrarse por detrás y por delante a todo el mundo atada y amordazada como estaba. Además mientras la enseñaba le tocó y sobó todo lo que quiso haciendo comentarios obscenos sobre la firm...

HOTEL (reserva)

Encontrar una página web en los servicios de una discoteca es normal, lo que no es tan normal que esa página en concreto la que me reveló lo que soy: UNA PUTA PERRA que disfruta siendo torturada y usada como saco de boxeo

Ya era la enésima vez que miraba y disfrutaba de esos vídeos, en dónde hombres y mujeres, como yo, eran sometidos a las torturas más aberrantes. Nunca creí que fuese de esas pervertidas capaz de disfrutar con el sufrimiento ajeno, ver a mujeres como yo ser objeto de esas aberraciones, solamente porque a alguien, normalmente un hombre aunque también he visto en los vídeos a mujeres, le apetece degradarlas y denigrarlas para su disfrute.

Quiero pensar en cómo me sentiría si fuese yo quien abusaba de otr...

El Penal de los Lamentos (03)

Las dos gringas aceptan la proposición del alcaide para visitar la prisión como dos presas comunes, pero antes acuden los verdugos para desnudarlas y atarlas convenientemente.

Cuando oyó la proposición del alcalde, Alina se sintió tan humillada y ofendida que se cubrió maquinalmente los pechos con las manos tras limpiarse el semen de la cara.

  • ¿Qué?, ¿desnudas y maniatadas en público como si fuéramos vulgares prisioneras?. ¡ni lo sueñe!, eso no era lo acordado, nuestro pago era esto, sólo esto.

  • ¡Que estúpida eres zorra!. Si quiero una buena mamada tengo ahí abajo decenas de esclavas para que me lo hagan y la mayoría de ellas la chupan mejor que vosotras. Os diré qu...