No sé quien fue

Siempre he fantaseado con follar con un desconocido. Conocí un chico en una aplicación y sin saber nada de él quedamos en un hotel.

Quedaron en un hotel. Ella tenía que esperarlo en la habitación y follarían.

Habían conectado, él era un hombre muy interesante y con una visión del sexo que lograba encenderla cada vez que hablaban. Cuando miraba la foto de perfil de la aplicación en que se habían conocido, ella pensaba que ese hombre prometía.

Sin saber cómo, le había contado que su fantasía seria follar con un desconocido y sin pensarlo dos veces él planeo este encuentro. Desde entonces, sólo había mandado mensajes muy escuet...

En el metro

Relato corto y excitante

En el metro.

Relato de Annie

Me dirigía a casa de mi amiga Lucía, cuando pasó esto yo tenía 18 años, aquella mañana iba vestida con una falda corta, una camisa blanca abotonada hasta el cuello, con un lazo rosa y unas sandalias de verano.

Fui a coger el metro, al subir estaba casi vacío, apenas había gente, preferí quedarme de pie, estaba al lado de la ventana, pero a medida que iban subiendo personas, comenzamos a ir más apretados, con el movimiento constante de gente quede en el me...

El Sitio de Mi Recreo

Cada uno tenemos un lugar donde nos encontramos con nosotros mismos, el mio está entre tus piernas. Mi particular homenaje a Antonio Vega.

"Donde nos llevó la imaginación,

donde con los ojos cerrados

se divisan infinitos campos."

Tumbada sobre la cama, con una pierna flexionada, completamente desnuda. Me deslizo desde tu rodilla, por la ladera que forma tu muslo, hasta desembocar en el precioso valle que hay entre tus piernas.

"Donde se creó la primera luz

germinó la semilla de cielo azul

volveré a ese lugar

donde nací."

Tu monte de Venus es la puerta que lleva al cielo, cielo de labios carnosos,...

La leche del butanero.

Una joven universitaria deja entrar al hombre del gas en casa.

LA LECHE DEL BUTANERO.

¿A quién se le ocurre abrirle la puerta al hombre de la bombona de gas, al butanero, vestida con un escueto camisón de dormir rojo? Las prisas por que no pasara de largo el camión por la mañana temprano y te quedaras sin gas todo el fin de semana te han llevado a ello. La prenda te cubre justo tus intimidades: tus jóvenes y firmes senos de chica de 19 añitos, tu entrepierna y los macizos glúteos. Ahí termina la tela roja, coincidiendo con el final de tu culito, un par de cen...

¿Y que pasa?... Creo que encontré la respuesta.

Es extraño, pensé que nunca pasaría. Pero el hecho de que no me intereses como mujer no quiere decir que no te quiera como amiga

¿Y que pasa? Creo que encontré la respuesta.

Pasa que debes ser fuerte. No puedes dejarte derrumbar por toda la tristeza que te provoca el hecho de que no sienta lo mismo que tu. Nadie elige en quien fijarse, simplemente sucede. Así como me pasó contigo.

Luché contra este sentimiento mucho tiempo y allí estaba mi error, no debía luchar, debía aceptarlo, debía vivirlo conmigo, debía dejarlo fluir. Pero eso sí, no tenía porque abrumarme. Tenía fe de que podía lograrlo, dios no me dejaría sola con...

Semáforo en rojo.

Lo que le provocó a una voyeur mirar mi bulto en un semáforo.

SEMÁFORO EN ROJO.

Viernes Santo. Mañana soleada y calurosa. Después de las procesiones de madrugada media ciudad duerme; la otra regresa, somnolienta, a casa.

Quiero aprovechar mis escasos días de vacaciones y yo, que no me encuentro entre aquellos que han estado en el bullicio religioso, decido salir a hacer ejercicio. Me pongo mi camiseta azul, unas mallas cortas de “running” del mismo color con ribetes blancos en el lateral de los muslos, calcetines deportivos y mis zapatillas para correr...

Mis manos me dan los buenos días

En los días de frío le gustaba dormir con poca ropa, pero arropado. El contraste de temperaturas le hacía acurrucarse para aguardar el calor de su cuerpo. Este sábado se despertó pensando en ella.

Hoy es sábado. Su día favorito. Después de una semana de trabajo intensa y estresante le encantaba saborear esos segundos en los que abría los ojos y tomaba conciencia de que no le tocaba ir a la oficina.

En los días de frío le gustaba dormir con poca ropa, pero arropado. El contraste de temperaturas le hacía acurrucarse para aguardar el calor de su cuerpo.  Este sábado se despertó pensando en ella. Sin darse cuenta, empezó a recordar sus fotos. Las empezó a unir formando una única imagen de ella desn...

Sentados y calientes

Se sentaron en la cama. Él, tras ella, la rodeaba con sus brazos.

Se sentaron en la cama. Él, tras ella, la rodeaba con sus brazos. Jugaba con los dedos con su sexo. Introducía muy suavemente el índice en su vagina. Lo movía en círculos, muy poco a poco, mientras con el pulgar rodeaba el clítoris siguiendo las agujas del reloj.

Ella no podía evitar gemir, y giraba la cabeza para besarle. Mientras, con su mano libre, él le acariciaba los pechos mezclando suavidad y brusquedad, pero de ambas formas resultaba muy agradable y sexy.

Los besos que se dedicaban e...

Ana, mi vecinita (II)

Con su particular carita de zorra, me mira y me dice que ella está abierta a cualquier propuesta que yo le haga, mientras se pone de pie invitando a mi mano a acariciar su sexo.

Con un gesto enfadado por no haber satisfecho su tan anhelado deseo de ser empalada, la invité a que esperara en la puerta de mi sala de estudios a recibir instrucciones para nuestro próximo juego. Debo decir que mi vecina es una chica delgada, esto es debido a que practica bastante deporte, de hecho, la primera vez que la vi, fue en las escaleras, y vestía unos leggings grises (calzas) que dejaban muy poco  a la imaginación, aunque bueno, esto es otra historia. Debo decir que sin duda su punto fuerte es su...

Las prisas del hombre moderno y otros micros

¿Por qué corre tanto ese viejecito? ¡Oh, la-lá! que diría una francesita. Este hombre acaba mal.

El viejecito se enjugó una lágrima furtiva y salió corriendo del cementerio, en una de cuyas tumbas acababa de enterrar a su amada esposa. Jadeando llegó hasta el coche y arrancó como si lo persiguieran los demonios. Apretó el acelerador con tantas ganas que el coche derrapó y a punto estuvo de chocar contra el furgón funerario. Entró en la ciudad como una exhalación entre pitidos y maldiciones de los tranquilos domingueros que abandonaban la urbe. Le faltaban apenas un par de kilómetros para llegar a la me...