El Roast de Adolf Hitler 8

8.Sobrinita.

8. Sobrinita

La mujer se levanta y camina con decisión hacia el atril. No es guapa ni es elegante y al verla todo el público se convence que es lo contrario a la sofisticada Eva. Viste una sencilla falda y un jersey de color claro donde destaca una gran mancha de sangre en la parte izquierda del torso.

Se acerca al estrado y mira con curiosidad a su alrededor sin querer evitar una mirada de desprecio. Se fija especialmente en los invitados y escupe en el suelo.

—¡Pandilla de cerdos! Me...

Cayendo en mi propio juego.

...quiero cogerla en ese instante, pero no podía, me había metido yo mismo en mi propio juego...

Sucedía a veces que el morbo era mucho más de lo que creía... trataba de complacerme a como dé lugar con mi pareja, haciendo hasta lo imposible para llegar a esas situaciones.

Ese día lo único que le pedí a mi novia es que no llevase nada de ropa interior, me gustaba que pudieran verla, que pudieran notar como sus pezones se marcaban en esas escotadas y apretadas remeras, sin contar lo hermoso que era ver cómo se marcaba esa vagina cuando usaba unas calzas claras que tanto deleitan la vista de cualq...

El Roast de Adolf Hitler 7

7. Muerte

7. Muerte

El aludido se levanta sin prisa, como si la cosa no fuese con él y tras quitarse el abrigo  de cuero la dobla cuidadosamente y la deja reposando en el asiento mientras se acerca al estrado. Su mirada es de disgusto y hastío.

Tras colocar meticulosamente sobre el atril los papeles que contienen su discurso, carraspear ligeramente y beber un trago de un vaso de agua comienza a hablar.

—La verdad es que como público no sois gran cosa. Me esperaba una gran plaza abarrotada de hom...

Dos vampiras mexicanas

Sangre sexo y venganza.

DOS VAMPIRAS MEXICANAS

Pancho tenía 40 años, era un narcotraficante, de estatura mediana, ricachón, cuarentón, apodado el Panzón, casado e infiel. Desafiando a la ley había llevado en una lancha motora a la Isla de los Sacrificios a Lupe, una jovencita de 18 años, morena, de pelo largo y negro, con grandes ojos marrones, con enormes tetas... Con todo muy bien puesto.

Bajo la luz de la luna, sintiendo el murmullo de las olas al llegar a la orilla, y los graznidos de las gaviotas sobre las rocas,...

Mis Microrelatos 10

Asier, en un hotel tras una jornada de trabajo como modelo...

Asier estaba tumbado en la cama esperando. En breve llamarían a la puerta de su habitación y él sabía quién venía y a qué.

Hacía tan sólo unos instantes, había recibido un WhatsApp preguntándole si estaba en el hotel:

, había respondido.

¿Vas a salir?

No, estoy aquí desnudo. Descansando en la cama… contestó provocador.

Pues no te vistas que vamos para allá , le respondieron ellas.

No era del todo exacto, no se encontraba desnudo sino en pijama, pe...

Sórdida Monotonía

Advertencia, es macabro. Si creen que no van a poder leerlo hasta el final, no lo lean.La monotonía puede empujar a cualquiera a la locura.

-Escúcheme, estaba llegando yo a mi casa de mi trabajo de 6 a 6, en estas fechas sabe usted de antemano que el cielo adopta un lúgubre color ocre. Abrí mi puerta y anuncio mi llegada: "¡Cariño, estoy en casa!". Estaba ansioso por comerme un emparedado preparado por mi mujer, pero,¡vea pues usted!... Mi esposa no daba señales de vida, así que enojado fui a la cocina a ver si estaba llorando otra vez o que. No se va a creer usted la sorpresa que me llevo cuando veo a mi mujer recostada en la mesa de la cocina...

Esta perrita quiere leche

Nos habíamos enviado fotos y videos recordandonos la anatomia genital, y como satisfascerla. Yo le muestro amablemente como introducir mis dedos uno a uno hasta 4. Y el no pierde tiempo en bajarse los pantalones en el baño para enviarme su rico guevo parado y como se da mano hasta escupir toda la leche que me tiene guardada. Al fin pude quedar verme en mi trabajo a primera hora del día, con mi ex.

Soy nueva escribiendo en este portal, espero que les guste mi primer relato corto. Varias razones me motivaron a escribir sobre sexo, erotismo y amor. Una de esas razones es que siempre pienso en sexo, expresar y que lean mis fantasias, pertenecer al lector desnuda en mis verdades más intimas. A veces paso todo el día  mojada, excitada... todos mis pensamientos se relacionan con sexo, cuando estoy en casa me masturbo hasta 3 veces en el día. También lo hago en el trabajo antes de comenzar o al terminar. Y e...

El Roast de Adolf Hitler 6

6. Bufón

6. Bufón

—Gracias, gracias. Salve, querido público. —dice Benito acercándose al atril con  el brazo en alto imitando a sus adorados césares.

Sin poder resistirse, deja los papeles sobre el atril y se acerca al público confundiendo los silbidos y abucheos con el fervor de una multitud entregada. Saluda con los brazos en alto coloca las manos sobre sus caderas intentando adoptar una pose marcial con la vista perdida en un imaginario horizonte. En ese momento se arrodilla e inclinándose intenta...

Recorriendo las calles de mi colonia.

Casi estando frente a él... con medio cuerpo fuera de su portón, le vi desnudo...Entonces no había internet. Pero sí florecían en mí las ganas de explorar, aprender y disfrutarlo.

Todos tenemos un amor imposible e irresistible. El mío, el de ese entonces, vivía a no más de dos cuadras largas del trabajo de mi madre. Era un chico del salón contiguo en la escuela al que descubrí caminando al regresar con mi madre, y tenía para mí, la mirada y los labios más perfectos.

No hacía mucho que experimentaba los primeros besos, fajes, los primeros flechazos de pasión que comparaba con los turbios amores de las telenovelas que miraban mi abuela y mis tías: fugaces, desatinados, ridículos,...

El Roast de Adolf Hitler 5

Capítulo 5. Perro obediente.

5. Perro Obediente

Keitel se levanta, se estira el uniforme e intenta colocarse el dogal que cuelga de su cuello como si se tratase de una corbata un tanto rústica. Hitler observa divertido el lastimoso aspecto que ofrece el mariscal con su uniforme lleno de sietes allí de donde los oficiales aliados le arrancaron las múltiples insignias y condecoraciones típicas de su rango.

Keitel se acerca al atril y se repasa con las manos su cabello brillante de gomina... ¿O es de la sangre de millones...