El Roast de Adolf Hitler 12
Capítulo final. Adolf.
12. Adolf
Por fin podía levantarse. Con un gesto miles de veces ensayado se yergue y se coloca el flequillo con un movimiento enérgico de su mano derecha, la que no tiembla constantemente. Con paso envarado se acerca al atril y lo agarra hasta que los nudillos se le ponen blancos. Lanza una larga mirada al público asistente. El silencio se extiende sobre el plató como en el campo de batalla justo antes de un duelo de artillería.
—¡Traidores! ¡Perezosos! ¡Estúpidos! ¡Toda Alemania me falló! ¡...