Sensación agridulce

Algo fuerte ha de pasar para que yo deje de disfrutar del sexo. Y pueden suceder cosas muy desagradables e imprevistas.

No es agradable para nada que en una sesión de buen sexo con tu cuñada, venga tu esposa, que es su hermana, y te sorprenda en plena faena. Eso me pasó a mí; por lo que de una sensación dulce, pasé a una agria.

Fui a casa de mi cuñada a recoger unas compras que mí esposa había dejado allí. Cuando me recibió estaba sola porque su marido no volvía hasta la noche; y sucedió lo que hacía tiempo teníamos previsto ambos que sucediese. Ni un refresco antes de irnos a la cama porque había muchas ganas de...

Remembranzas

Añoranzas eróticas de la infancia en la casa campestre de la familia.

Remembranzas

Hoy se ha hecho carne tu recuerdo, infancia querida. ¿Cómo no rememorar aquella casa campestre en la que tú, mamá, me amamantabas como se hacía antaño, hasta bien grande, con tus enormes y tibios pechos en los jardines de nuestra morada de descanso? ¿Cómo no recordar el amor con que María y Mercedes, mis queridas nodrizas, prestaban sus mamas para lactarme cuando a ti, mamá, se te acababa la leche? ¿Y cómo impedir no traer a la memoria los ojos de deseo de Ramón y Teobaldo al ve...

La rutina de Juan

La rutina de Juan.

Café de por medio conversaban Juan y José de autos, futbol y mujeres. El amor no existe, dijo Juan, lo único que vale es el deseo, que te deseen es lo mejor.

Es verdad dijo José.

Por supuesto agregó Juan. Yo sueño con que mi mujer sea una verdadera puta que arda de deseo. Y que se comporte como tal: quisiera que se vista como una puta, que hable como una puta, que se caliente como una puta, que me desee como una verdadera puta. Eso es mucho más valioso que el amor.

Tienes razón afirmó...

Mujer de un poli

Ser esposa de un policía te hace formar casi parte de su labor como agente de la ley.

Estaba sola en casa, tumbada en la cama. Mi marido tenía guardia esa noche; patrullaba las calles. Estaba recién casada con un policía y muy caliente en la noche solitaria. En varias ocasiones llegué a masturbarme, pero estaba tan excitada que esa vez concretamente lo consideraba ridículo: lo que necesitaba era un hombre.

Entonces oí la puerta de la calle y me asusté. Podría ser un atracador, o quizá un violador. ¡Claro, un violador! Las ganas que yo tenía. En realidad era mi marido, que pasaba...

Solo palabras

Lo que no pude decir a la nujer que quise.

A la pequeña emperatriz.

Una vez más somos dos extraños que paradójicamente se conocen los nombres, y aun así, nos conocemos en parte. En aquel año donde solamente existe en agendas y anotaciones pasadas que hoy en día yacen sepultadas en la cripta de mi ático veo las carcomidas fotos testigos de tu innato esplendor. Entre teoremas, ecuaciones binónicas y logaritmos diferenciales debatíamos diariamente por el solo propósito de hallar la excelencia, solo las miradas se transmitían en la estancia...

Sueños húmedos

Tengo un sueño recurrente en el que estás tu, pero no te encuentro. ¿Quién eres?

Sueños húmedos.

Dormir, soñar, amar; placeres del ser humano que no debemos olvidar.

No sé quién empezó, fuiste tú o fui yo, quien entró primero al sueño del otro; tu estás siempre en mi sueño, yo estoy siempre en el tuyo, estamos conectados íntimamente; existes, lo sé porque te he visto en mi sueño y sé que tu sueñas conmigo, todos las noches se repite el sueño y sé que al despertar tu te preguntas como yo cuando nos veremos en verdad para hacer nuestros sueños realidad.

No lo s...

Mujer libre

Un homenaje a alguien a quien adoro.

MUJER LIBRE.

Había un país donde los hombres eran buenos y las mujeres sumisas. Un día llegó una mujer libre que buscaba su placer y lo daba sin someterse. No la entendían, era una molestia en su vida organizada. La lapidaron.

Pero en aquel pueblo eran buenos y se arrepintieron, de modo que pintaron un gran cuadro dedicado a aquella persona diferente.

Desde entonces, lapidan a las mujeres libres para que no se pierda la afición a la pintura.

Como se habrá fácilmente captado este...

Los rayos del sol

Los primeros rayos de Sol de la mañana, esos mismos rayos que tantas veces me acompañan de regreso, esta vez me estaban recordando que algo estaba diferente. Un ligero ruido, apenas perceptible, me había desvelado, me había hecho volver del mundo de Morfeo, donde estaba contigo, donde me mecías, donde me comías.

Los primeros rayos de Sol de la mañana, esos mismos rayos que tantas veces me acompañan de regreso, esta vez me estaban recordando que algo estaba diferente. Un ligero ruido, apenas perceptible, me había desvelado, me había hecho volver del mundo de Morfeo, donde estaba contigo, donde me mecías, donde me comías.

De forma inconsciente, intenté volver contigo, intenté volver a tenerte entre mis brazos, pero la tensión, la excitación, la pasión me impedían dejarme ir, no lo conseguía.

F...

Invitación

Tuviste la osadía, tal vez la insensatez, de pensar que si me lo decías, iba a quedarme sin intentar, NO ya retenerte, eso SI que no, pero por lo menos ser capaz de ofrecerte algo un poquito mejor, algo apenitas más excitante, algo que hiciera despertar esa Jiribilla que desde chiquita te acompaña, que en ocasiones te precede, y mira tu por donde, en esta ocasión, casi sin querer, creo que te ha delatado.

Me Invitaste TU, y no vale decir ahora que fue sin querer, o como acostumbrábamos decir, cuando jugábamos al boliche y tirabas esperando acertar, pero querías una penúltima oportunidad y decíamos "Era por ver".

Habías pensado en estar algunos días, semanas tal vez, algo alejad@, pensando, dejándote llevar.

Tuviste la osadía, tal vez la insensatez, de pensar que si me lo decías, iba a quedarme sin intentar, NO ya retenerte, eso SI que no, pero por lo menos ser capaz de ofrecerte algo...

La Taza de Té

Te pillé. No lo esperabas, verdad? Mientras intentabas saborear ese poquito de té, todavía tibio, voy retirando la taza de té, y si, ha funcionado, te has concentrado tanto que no te diste cuenta de que me estaba acercando, de que mis labios estaban poco a poco reemplazando a la taza de té. Cuando fue que notaste que lo que estabas besando aunque igual de calido, casi tan húmedo como la taza de té, eran mis labios, que desde que llegaste te estaban buscando.

No se si fue por casualidad, o acaso fue simplemente porque sí, pero cuando me quise dar cuenta, estaba sentado frente a ti, atento al sonido de la tetera, esperando para tomar té en vez de beber café.

Si bien es cierto, que el té, lo mismo que el café siempre que puedo prefiero tomarlo a temperatura ambiente, por que no es café o té frío lo que yo tomo, es solo natural, sin añadirle hielo, sin ponerlo en la nevera, solo dejarlo atemperar, que se tome su tiempo, que se deje querer, que se...