18 Añitos

Microrelato.

18 añitos. Sólo 18 rompedores años.

Habíamos quedado los chicos y yo para cenar y luego salir a divertirnos un rato. La ciudad estaba desierta, al día siguiente era fiesta, estábamos por abandonar, cuando a uno de nosotros se le ocurrió la idea de probar en la última disco. Toda la ciudad estaba allí. Un ambiente ensordecedor y los cuerpos moviéndose al ritmo de la música.

La novia de mi amigo apareció entre la gente. Sus prietos pantalones y su prieta camisa, resaltaba su turgente cuerpo....

Me estaba llamando

Microrelatos.

Me estaba llamando, mi mano estaba loca por tocarlo, y los litros de alcohol que tenia en la sangre ayudaban. El culo de aquella desconocida, embutido en aquel pantalón blanco, con su tanga absolutamente marcado y sobresaliendo por encima, me estaba llamando. Los empujones para entrar al pub, se hacían cada vez mas violentos y yo no podía esperar más. Aquel paraíso en medio del desierto tenia que ser mío. Mi mano comenzó a sobar aquella tela blanca, no me importaba que me rompiera la cara, no me impor...

Labios

Microrelato.

Te sentaste en la mesa de la cocina, casi te arranco las bragas. Tu no tenías postre y yo tenía hambre.

Apoyando los pies en la misma madera te abres, con mi cara oliendo tu sexo. Me acerco y te abro los labios, aparece el húmedo y duro clítoris, lo lamo, no hay ternura, solo hambre.

Comienzo a oler a sexo, me gusta y uso mi mano libre para introducir dos dedos en el torrente de placer que sale de tu coño. Mi otra mano esta abriendo los labios, mi lengua continua lamiendo sin parar ese prec...

Despertar

...Recién amanece. Después de un buen rato, los abro de nuevo: la luz del sol me da de lleno en la cara. La cabeza me da vueltas, me duele,… pero no solo es la cabeza lo único que me duele: me duele todo el cuerpo,...

Abro los ojos con demasiada dificultad: apenas me quedan fuerzas,… pero los cierro de nuevo; parece que recién amanece. Después de un buen rato, los abro de nuevo: la luz del sol me da de lleno en la cara. La cabeza me da vueltas, me duele,… pero no solo es la cabeza lo único que me duele: me duele todo el cuerpo. La boca la siento con un horrendo sabor a licor,… giro la cabeza y siento cómo todo me duele de nuevo,.. no quiero mover ni los brazos ni los pies: todo me duele, y prefiero quedarme así boc...

Amaneciendo

Ya es hora de que te vayas –me dice-,… se te va a hacer tarde,

Amanece; que flojera tener que vestirse. La cama está calentita,… mmm,… ¡no quiero levantarme!, no solo es flojera: es cansancio. Una vez más, yo y mi hombre nos hemos amanecido en su depa, desnudos, entrelazados nuestros cuerpos, sudorosos como si hubiésemos estado en un sauna, pegoteados, apestando mutuamente a hembra y a macho.

Mis pechos suben y bajan debajo de la sabana; me limpio su esperma de la boca, tras habérsela mamado hasta que casi me ahogó con su lechada: me cuesta aún acostumbrarm...

Con el portero en el elevador

Para que yo tuviera el uso exclusivo del elevador, tuve que hacer lo que el portero del edificio me pidió.

Con el portero en el elevador.

Hola de nuevo, soy Mirna, tu relatora preferida. Esta vez te voy a contar como lo hice con el portero del edificio donde vivo y los motivos que me llevaron a hacerlo.

Vivo en un edificio con una prima, estamos en el sexto piso, pero como no es un lugar caro, continuamente se descompone el elevador y hay que subir o bajar por las escaleras, lo cual me fastidia porque uso tacones y cuando voy al mercado o traigo cosas cargando es muy pesado, además de que es...

Mi ama mexicana

Obligado a cumplir.

Mi ama mexicana:

Aquél día llegué de trabajar muy cansado. Todo el día de pie hicieron que mis piernas se sintieran fatigadas, y que al llegar a casa me hicieran sentarme en el sillón para descansar.

Entre y saludé a Linda, una preciosa chica mexicana con la que vivo una preciosa aventura, que salió a recibirme muy cariñosa, como siempre. Me besó en la cara y en la boca, yo no pude más que responderle con la misma pasión con la que lo hacía ella. Después cenamos y nos dispusimos a ver la t...

Argumentos incontestables

Ella no habla... no lo necesita.

No. Desde lejos te veo venir, pero NO. No sé a qué estarás acostumbrada, pero a mí no vas a ganarme con zalamerías. He dicho que no. Quita. No vas a lograrlo, déjame… No, no, yo no me río… no podrás conmigo. No te pienso dejar que… no vas a conseguir tentarme, no, no me tentarás… y aunque lo intentes, no lo lograrás… Estate quieta… quieta, quieta he dicho… quieta… apártate… no…. No me tientes, ¿me oyes? No me…. No te acerques tanto… hueles a romero, ¡quita, he dicho! ¿Quieres parar? ¡Aléjate! No, no,...

Abre las piernas

...una vocecilla dentro de mí que me dice: “hazlo, hazlo, hazlo,….”; parte de mí está completamente aterrada,… y la otra parte, muere de ganas de seguir adelante,...

No paro de temblar ni un instante; no sé por qué no me pongo de pie y salgo del cuarto. Es como una vocecilla dentro de mí que me dice: "hazlo, hazlo, hazlo,…."; parte de mí está completamente aterrada,… y la otra parte, muere de ganas de seguir adelante. Sus dedos se prenden de mis braguitas y las deslizan lentamente por mis piernas a medias recogidas. Él no dice nada; solo suelta una exclamación de placer,… como cuando uno se le da una probada a un delicioso postre: ahora ya estoy completamente desn...

No en el trabajo

Pequeño relato de algo que no se debe hacer en el trabajo.

Esos pantalones de algodón verde militar alcanzan la perfección al llegar a su culo: dos cúpulas de proporciones perfectas que sobresalen suaves y turgentes de una forma que sólo el contacto directo de la piel puede conseguir. A contraluz se intuye la tela más fina y apetitosa que un hombre puede imaginar entre dos nalgas. Un diminuto trozo de ropa interior

triangular e

impregnado de un aroma que me vuelve loco. Me encantaría ver cómo se las quita: sus manos tirando de los costados, la raya de s...