La mujer del kioskero
Su marido prefería emborracharse a cojerla. Yo pensaba diferente. No es una belleza pero me gustan las mujeres muy calientes.
EVA, LA MUJER DEL KIOSKERO
Generalmente compro los cigarrillos en un kiosco que está a una cuadra de la clínica, casi siempre me atiende el propietario, un gordo bajito que rondará los cincuenta años. Pero en ocasiones la que despacha es una señora de unos cuarenta y cinco. Con el tiempo supe que son marido y mujer, tienen dos hijos varones adolescentes, que a veces se hacen cargo de atender al público.
La señora es muy simpática y a veces cruzamos bromas inocentes; en cambio el marido es...