Intercambio de madres (Parte 1 de 2)

Sabía desde hacía tiempo que Sergio, el mejor amigo de mi hijo, me encontraba atractiva. Me sentía halagada por ello, pero nunca se me ocurrió que fuese a pasar nada entre nosotros. Hasta el día que tuve que llevarle en coche a casa, solos los dos...

INTERCAMBIO DE MADRES (Parte 1/2):

Hace un par de meses, leí una noticia en el periódico que me causó un profundo malestar. En ella se contaba la historia de una mujer, estadounidense, de unos 40 años y relativamente famosa por haber sido animadora en la NBA, que se había declarado culpable del delito por el que estaba siendo juzgada para obtener una reducción de pena. Dos años le cayeron.

¿Su crimen? Haber mantenido relaciones íntimas con un amigo de su hijo, un chaval de 17 años y, por tan...

Lola.

Vecinita provocadora y promiscua que esconde el oficio del que vive.

El silencio se hizo más fuerte cuando Lola entró en el ascensor, abierto en la séptima planta. Aquel viernes, la chica iba subida a unas botas negras de tacón ancho. Sus piernas eran abrazadas por la tela azul de unos vaqueros a la cadera, y tras los escasos centímetros de piel bronceada comenzaba la cazadora abierta. Sobre el cuello escotado de la camiseta clara, asomaban sus pechos apretados y redondos, emulando la silueta de un corazón que latía al ritmo de su respiración. La melena castaña tenía el ondu...

Paula María (Parte número 1).

Nueva historia que publico para que mis lectores puedan juzgarla y enviarme sus comentarios.

Comencé muy joven a mantener mis primeros escarceos sexuales con Montserrat ( Montse ), una espigada y guapa vecina de mi edad, de poblado cabello moreno, bellos ojos y sugerente físico, con la que solía pasar parte de mi tiempo libre. Al irla la “marcha” y ser una chica bastante dócil, no me resultó costoso convencerla para que, en cuanto se nos presentaba la ocasión tanto en su domicilio como en el mío, se encerrara conmigo en el cuarto de baño con intención de enseñarnos mutuamente el culo. Me res...

Ninfómana y obediente (Parte número 34).

Parte treinta y cuatro y penúltimo de esta larga historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado, la sigan con interés y para bien o para mal, me hagan llegar sus comentarios.

El furor inicial sólo duró unos meses. De otra forma creo que hubieran acabado conmigo puesto a cuenta de toda la tralla que me daban a diario sufría una incontinencia urinaria crónica, una continua cistitis, todo tipo de escozores y de molestias y aunque soy de constitución muy delgada, perdí varios kilos de peso a cuenta del desgaste que sufría por lo que me estaba quedando en los huesos, demacrada y desmejorada. Bjorn aprovechó aquel bajón en la frecuencia e intensidad de nuestra relación para aceptar un...

Cerdas y cachondas (Parte número 15).

Parte número quince de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero guste a mis lectores a los que agradeceré que, para bien o para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Entre Agata, Jacqueline, Nuria y Olga logré sentirse sexualmente servido pero, por desgracia, Olga no era un ejemplo de discreción y una noche, en una cena con sus amigas y ligeramente bebida, realizó ciertos comentarios no demasiado afortunados sobre su actual vida sexual que una de las asistentes no tardó en poner en conocimiento de Jacqueline que no me dijo nada al respecto hasta que, al tenerlo todo apalabrado y firmado, aceptó un ascenso en la empresa en la que trabajábamos con el propósito de ocupar u...

El Último Vuelo del Electra

Un viaje maldito, un misterio y un avión de medio siglo harán que el mundo de Dana se ponga patas arriba

I

El lugar era un edificio achaparrado con grandes ventanales, en medio de una zona pantanosa, en lo más profundo de los Everglades. Seguramente  el tríptico informativo mostraría un gran sol y la fina arena de los cayos y no se incluirían ni los mosquitos, ni los caimanes, ni los cuidadores escasos y superocupados.

La atmósfera dentro del geriátrico era todavía más opresiva y húmeda que en el exterior. Dana sintió como su cuerpo empezaba a sudar casi inmediatamente y no pudo evitar fruncir...

La Albaceteña en la playa

Trata de la relación de Alberto con una albaceteña que se llama Ana Belén, y transcurre en un pueblo de la costa y en una ciudad del centro de España. Este es el primer relato que escribo y espero que guste a la gente.

La albaceteña en la playa.

Este relato es el primero de cuatro relatos relacionados entre si.

Empezare a contaros, que el chico se llamaba Alberto, y era moreno de ojos castaños, de estatura media, sin kilos de más y con la tableta de chocolate en sus abdominales, y de unos 23 años. Su cara era un compendio, de entre su nariz mediana redondita y no afilada de aguilucho. Las cejas eran morenas y finitas sin pelos en el entre cejo, de cuidárselas. Sus ojos no eran muy grandes y sin ojeras, los lab...

Carolina y su familia.

Como había prometido publico entera esta historia para todos aquellos que quieran conservarla íntegra.

Durante mi etapa colegial logré encandilar con mis atributos sexuales a varias de mis compañeras de estudios y especialmente a Irene y a Sonia, dos atractivas, exuberantes y viciosas jóvenes, que no dudaron en acceder a pajearme a diario, con y sin hurgamientos anales, a cambio de que las mamara las tetas; las realizara unas exhaustivas comidas de “almeja” con lo que me fui habituando a recibir en mi boca y a ingerir su “baba” vaginal y su lluvia dorada; las lamiera el ojete antes de introducirlas lo más pr...

Cerdas y cachondas (Parte número 14).

Parte número catorce de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero guste a mis lectores a los que agradeceré que, para bien o para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Durante los dos primeros años de convivencia nuestra actividad sexual siguió siendo de lo más frenética. Ajustándome a los deseos de Jacqueline me acostumbré a echarla dos lechadas en cada una de las tres sesiones que, al despertarnos por la mañana, después de comer y al acostarnos por la noche, manteníamos los días laborables y a llevar a cabo una cuarta los fines de semana en que, al irnos a la cama más tarde, nos podíamos dar otro revolcón antes de cenar. Decidimos realizar el acto sexual, unas veces con...

Ninfómana y obediente (Parte número 33).

Parte treinta y tres de esta larga historia que se está acercando a su final y que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado, la sigan con interés y para bien o para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Nuestra relación debió de ajustarse plenamente a sus expectativas puesto que, mes y medio más tarde, acordamos seguir así indefinidamente después de obtener mi compromiso de convertirme en la “chacha” y en la fulana de los dos. Aquella misma semana Bjorn, Nicole, mi hija París y yo comenzamos a vivir juntos en mi domicilio prodigándonos en hacer tríos aunque siempre convertida en la obediente “sierva” de mis dos amos. Pero el verme obligada a atender la vivienda de Bjorn y la mía ocupándome de todas las lab...