Charlie el Metamórfico

No soy un el tampoco ella, soy un ser que puede ser cualquiera

Datos sobre metamórficos:

Un metamórfico puede cambiar a cualquier forma humana que desee, y es capaz de leer los recuerdos de la persona que imita, un metamórfico normal deja una muda de piel en cada cambio a diferencia de los de sangre pura, son prácticamente irreconocibles solo por las siguientes cuestiones; 1 un metamórfico ordinario tiene la piel con cierta consistencia a cera, con un golpe fuerte es bastante para deformar un poco al metamórfico y reconocerlo. 2.- un metamórfico tanto como ordina...

De plebeyo a noble 4 - La madre y las hijas

Les toca el turno a la madre y las hijas. La madre es la primera

Procuraba acariciar despacio pero manteniendo su excitación, lamí y chupé sus pezones, que crecieron hasta duplicar su tamaño.

-MMMMMMM

Megustaaaa.

-Pues aún te va a gustar más. –Me atreví a decir a tenor de lo que me había contado, que me indicaba una falta total de experiencia.

Y fui bajando hasta su pubis besando y lamiendo. En ese punto, me giré para situarme entre sus piernas ya abiertas y me puse a rodear su clítoris con la lengua y lamer su coño.

-OOOOOOOOOHHHHH...

De plebeyo a noble 3 - La isla

Peter sale en busca de ayuda, yo me quedo con las mujeres. La convivencia empieza mal, pero poco a poco consigo que mejore. (A mi favor)

Gracias a la tensa relación, pudimos dedicar más tiempo a terminar nuestro proyecto de salida de la isla.

Sobre la barca original, construimos una plataforma de cañas fuertemente atadas con troncos ligeros pero fuertes para darle consistencia. A ambos lados colocamos troncos ligeros y cañas para que actuasen de flotadores y estabilizadores, tal como nos había comentado y dibujado Robert tiempo atrás, según modelos que había visto en sus viajes. En el centro, un mástil que sujetaba una vela de hojas...

Paula María (Parte número 6).

Sexta parte de esta nueva historia que publico para que mis lectores puedan juzgarla y enviarme sus comentarios.

Asistí como invitado a su boda sabiendo que la había dado mucha más “mandanga” en los últimos meses que el varón que se acababa de convertir en su esposo y que, gracias a ella, había aprendido a disfrutar más del sexo sabiendo dar y recibir un mayor placer. Pensaba que nuestra relación sexual había finalizado con su enlace matrimonial pero Margarita, al regresar de su luna de miel, continuó chupándome el cipote y abriéndose de piernas para ofrecerme su “arco del triunfo” y además de la intensa actividad sex...

Cerdas y cachondas (Parte número 20).

Parte número veinte de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero guste a mis lectores a los que agradeceré que, para bien o para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Después de comer Marisol decidió entretenerse dedicando miradas lascivas a mi entrepierna al mismo tiempo que, con Germán indiferente, se pasaba sexualmente la lengua por los labios y tapándose con el bolso, se acariciaba la raja vaginal a través de su ceñido pantalón. Con bastante frecuencia se levantó de su asiento para dirigirse al cuarto de baño lo que me hizo pensar que pudiera encontrarse bajo los efectos de una cistitis o que se estuviera poniendo tan sumamente “burra” a cuenta mía que, de puro gusto...

Ainhoa (Parte número 4).

Cuarta parte de esta nueva historia que estreno en exclusiva y que espero que sea del agrado de mis lectores a los que agradeceré sus comentarios.

Me alojé en un hotel en donde me pasé la noche en vela y casi deseando que un varón oriental bien “armado” entrara por la puerta con intención de, como en el autobús, darme “mandanga”, con más o menos oposición por mi parte, mientras iba sacando provecho de todos mis agujeros pero nada sucedió y tras dormir muy mal, a la mañana siguiente me dirigí en taxi hasta el centro escolar en donde pude firmar el contrato que me ligaba laboralmente con él, me informaron de que debía de iniciar cuanto antes los trámite...

De plebeyo a noble-2. El naufragio

Nuestro viaje interrumpido por las inclemencias del tiempo. La supervivencia facilitada por la amistad

El barco tenía dos camarotes de pasajeros, con seis literas cada uno, como solamente éramos cuatro y dos de ellos eran matrimonio, el capitán los puso en uno y a nosotros en el otro.

Tuvimos buen viento y buena mar casi todo el camino, sin grandes cosas que comentar, salvo las vistas maravillosas de las costas francesas, españolas, portuguesas, toda la costa africana, la bulliciosa ciudad de Port Elizabeth, donde recalamos para cargar provisiones y agua, la costa de Madagascar, que vimos algo aleja...

De plebeyo a noble. La aventura de mi vida.

Al terminar la lectura completa, espero que le haya gustado, y comprendan que si son valientes y arriesgan, y sobre todo, si tienen un amigo que les ayude, pueden triunfar en la vida y llegar a donde quieran.

Quiero que esta historia sea un homenaje a mi amigo Peter.

Sin él no habría conseguido nada de lo que tengo y, lo que es peor, probablemente estaría muerto.

Desde que tengo uso de razón y guardo recuerdos, el nombre por el que todos me conocen y por el que me han llamado es John.

Sin embargo, mi apellido, Smit, no es el mío original. Nunca conocí a mis padres. Fui criado por una prostituta del barrio más pobre de Nottingham, mejor dicho, por las tres únicas putas que había, aunque la que m...

Una historia porno

Despues de una juventud llena de amorios

UNA HISTORIA PORNO

Después de una juventud llena de amoríos y escarceos sexuales con diferentes chicas, en busca de un amor que pensé que no encontraría, porque la última muchacha que de verdad me enamoró perdidamente, me engañó, repartía su deseo de sexo con otro, a mi me soportaba porque sus padres le decían que yo era un buen partido, que le convenía tenerme como novio con vistas a un matrimonio conveniente para ella.

Hasta que un día los sorprendí en el portal de su casa, en una posición que...

El juego del parchís

Unos amigos quedan para jugar al parchís, y la situación se transforma en muy caliente.

Lo que puede dar de sí una inocente reunión de amigos

Un viernes por la noche nos encontrábamos mi novia Mónica y yo en casa de Andreu y Laura, otra pareja de novios amigos nuestros. La velada se iba animando a medida que tomábamos copas. La botella de escocés que habíamos abierto tenía ya más aire que whisky; poco antes, durante la cena, habíamos vaciado otra de Rioja, así que estábamos ya los cuatro bastante alegres, como otras veces había ocurrido cuando nos reuníamos en casa de ellos o en la nue...