Dos perras

Tras meses de búsqueda encontró a aquella esa otra perra que entregaría a su propio Amo, compartiendo con ella las mieles y las hieles de su sumisión...

Dos perras

Sucedió el año pasado, cuando regresaba a Cádiz tras haber interrumpido un par de días mis vacaciones de verano para acudir en Madrid a la presentación del último libro de un buen amigo. Hacía calor y me acomodé en el asiento del tren que mi billete señalaba, vagón 8, 4C. A decir verdad, mi asiento era de pasillo, pero me senté junto a la ventanilla intentando sentir el fresco que escasamente salía por las rendijas del aire acondicionado. Saqué mi bloc de notas para anotar ideas que m...

Tía Ethel

Tía Ethel me pone de espaldas y me quita violentamente la toalla, dejándome completamente desnudo. - ¡ Qué vergüenza ¡ - exclamo, bajando la vista, humillado. - Soy una señora de setenta años. Podría ser tu abuela, muchachito. No debería darte vergüenza estar con la cola al aire delante de mí - exclama tía Ethel, mientras va en busca del temible cepillo de madera – Lo que debería avergonzarte es lo que has hecho, chico malo.

Tía Ethel.

Después de darme una ducha, Tía Ethel irrumpe en el baño, me toma de una oreja y me conduce hacia el living, regañándome como a un niño. Con veintiocho años, no soy ningún niño, pero me fascina ser tratado de ese modo.

Un no había terminado de secar mi cuerpo, y apenas una pequeña toalla atada a la cintura cubría mi desnudez.

Me ha faltado dinero de la billetera, Manuel – grita Tía Ethel, indignada. Será mejor que me digas donde está.

Era verdad. Yo le había rob...

La sumisión de Lara (Prólogo)

Lara ha suspendido la última asignatura de la carrera. Desesperada, acude al despacho de su profesor...

Dedicado a mi esclava Lara

Lara se acercó al tablón de notas temblando. Sólo le había quedado esa asignatura para Septiembre y se había pasado buena parte del verano estudiando; aún así el examen no le había salido nada bien. Sabía que no podía permitirse suspender. Era la única asignatura que le quedaba para terminar la carrera de enfermería. Un suspenso significaba tener que esperar hasta febrero para volverse a presentar. Pero lo peor con diferencia era que no podría ponerse aún a buscar trab...

Don Goyo (3)

De como Don Goyo cambió la vida de mi mujer y la mía.

Don Goyo (Tercera Parte)

Pero la sorpresa fue mía cuando entré a casa me encontré a Don Goyo cogiendo con mi mujer y sin saber que hacer fui dominado yo también… y a los pocos días Don Goyo Volvió.

La situación era la siguiente: Mi esposa me estaba llevando del baño al living donde nos habíamos acicalado después de la primera parte de la sección, Yo caminaba con las tres bolas chinas incrustada en mi culo y sin saber como seguía esta historia pero gozando de la sensación de llevar todo eso...

La casona

Nuestro personaje en un dia de lluvia entra en una casa que sera su perdicion.

LA CASONA

Era un fría y triste tarde de invierno, yo estaba paseando por el campo, cuando de golpe empezó a llover, no llevaba paraguas así que al fondo divise una casa tipo rural, vi que avía luz en una de las ventanas, viendo que estaba empapado, decidí resguardarme en esa casa, me dirigí a ella y llame a la puerta. oí pasos y después una voz femenina

¿Quién hay?

por favor señora déjeme pasar que estoy chorreando y necesito un poco de cobijo

Se abrió la puerta y de ella sal...

Susana (3)

Me quede sin saber que decir, tan solo resbalaron por las mejillas unas lagrimas que llegaron a mi boca en forma de saladas gotas.

Bien llevaba media semana y tenia ganas de volver a ver a Pedro. Aunque había algo en Javier que me atraía, seria el haber sido expuesta a aquellos 5 hombres, el haber sido obligada a estar con Ana. No se, todo aquello era nuevo para mi y aunque me apetecía volver a ver a Pedro también quería disfrutar de aquello.

A la mañana siguiente me levante como cansada pero eso no me importo, me duche y salí a desayunar a cuatro patas con la correa que no me quite la noche anterior y me acerque a la terra...

Cambio de roles

Llegaba tarde, con una barba de dos días y oliendo a sudor, mi ama se iba a enfadar y me iba a castigar.

Llegaba tarde, con una barba de dos días y oliendo a sudor, mi ama se iba a enfadar y me iba a castigar.

Al entrar estaba látigo en mano y dispuesta a darme un escarmiento por mí retraso.

Llevaba un traje de cuero negro con cremallera en toda su parte frontal, dejando al descubierto sus piernas en las que llevaba unas medias de rejilla. En los pies lucía unos zapatos de tacón de aguja y en sus manos unos guantes de látex también en color negro, en los que sujetaba un látigo de nuevo puntas...

Lucy, la gorda lujuriosa (03)

Estoy enamorado. Y feliz de darle el gusto a mi Lucy, aunque me corra cuando lo hago... Claro que Lucy es un poco exigente... ¿pero qué me cuesta?...

Lucy, la gorda lujuriosa. (03) Por Mujer Dominante 4.

Mujerdominante4@yahoo.com.ar

Cuando bajó para abrirme, Lucy despidió a una amiga, con un beso en la boca. "Venite mañana, que la seguimos. ¡Hola pichoncito! ¿Listo para seguir jugando?" A juzgar por las ojeras de la amiga que se iba, ella no estaba como para seguir jugando más por ese día. "Es una amiga casada" me contó Lucy mientras subíamos a su departamento. "Pero hay ciertas cosas que el ma...

Sometida a sus caprichos de nuevo

Despues de un tiempo una sumisa decide seguir explicandonos sus sesiones de sumisión a Ciberdom su Amo virtual.

Sometida a sus caprichos de nuevo

Durante un tiempo no me apetecía volver a escribir sobre las relaciones que mantengo con mi Amo a través de IRC, me parecía que me prostituía al airearlas.

Pero releyendo los antiguos relatos, me he animado para continuar explicando mis sesiones de humillación y sumisión para capricho de mi Dueño y Señor.

La noche anterior había dejado pendiente un castigo, no había cumplido con el ritual de excitar y ofrecer mis pechos a mi Señor y eso suponía que e...

De ranas y príncipes

La princesa había besado a algunas ranas pero no había conseguido mas que desencantar a algún granjero con mas ambiciones que capacidades, finalmente había vuelto a palacio con la cara enrojecida.

DE RANAS Y PRINCIPES

La princesa llevaba varios años en busca de su príncipe, quizás no fueran años, quizás fuesen tan solo semanas, pero su impaciencia la hacían creer que eran años, quizás siglos. Había besado a algunas ranas pero no había conseguido mas que desencantar a algún granjero con mas ambiciones que capacidades Y finalmente había vuelto a palacio con la cara enrojecida y un permanente cabreo instalado en su particular reinado. ¿Donde están los príncipes? Se preguntaba a todas horas....