Luna de miel

Tengo que ver sin protestar como seducen a mi novia, que pasa de ser una mujer fiel a una zorrita.

Habíamos ido a pasar nuestra luna de miel a un complejo hotelero del Caribe. Un paraíso en el que se desarrolló una de las experiencias más excitantes de nuestra vida. Eva, mi mujer, tenía entonces 24 años. Morena y bajita, tenía un cuerpo de curvas rotundas, un culito respingón y unos pechos grandes, coronados por unos pezones sonrosaditos... y muy sensibles.

La segunda noche fuimos a la disco del hotel. Ella llevaba un vestido verde, largo, pero con una insinuante raja en el costado, que dejaba...

Un viaje al trabajo

Una experiencia que tuve cuando viajaba al trabajo.

Me llamo Janeth, y aunque crecí en un hogar altamente moralista, soy una mujer que le gusta desinhibirse en algunos aspectos. En cuanto al sexo se refiere me gusta dar todo de mí, pero también me gusta que me den lo que pido. Pero sobre todo me he dado cuenta que me gusta que me dominen.

Me considero de buen cuerpo así como de bonita cara, tengo el cabello hasta los hombros, de ojos negros, tez clara, labios pequeños y de facciones algo estilizadas. No tengo mucho busto, 85 mide, pero mi cintura...

Sexo y más sexo

Un relato de dominación y sexo salvaje.

Rocío le gustaba por tres razones. Primera, porque era muy guapa y estaba muy buena. Segunda, porque era perfecta en la cama. Tercera, porque no causaba problemas. José Manuel detestaba a las mujeres que le complicaban la vida, odiaba a esas tías que siempre sufren jaquecas, o se ven gordas, o se creen delgadas, o están buscando trabajo, o quieren dejar de fumar, o tienen dolores menstruales, o están enamoradas… Le desagradaban profundamente todas esas cosas. Por eso le fascinaba Rocío. Era divina. Be...

A los pies de mi Ama Miriam

Míriam llegó un día enfadada del trabajo y se desahoga en la complaciente Sandra, su fiel sumisa.

Las ganas que tenía Miriam ese día de hacerme sufrir eran verdaderamente grandes. Hacía ya un mes que prácticamente vivía con ella, siendo su esclava y sumisa las 24 horas del día. La historia de cómo llegué a esto es larga y será contada a su debido tiempo, pero lo que ahora importa es que servirla era para mí un placer.

Ella era una chica no excesivamente guapa, no destacaría entre un grupo medio de chicas. No muy alta, buen cuerpo, pelo rubio, piel blanca... lo mejor de ella eran sus tetas,...

Paula y Alfredo (6)

Continúa el adiestramiento de Paula. Espero que os guste

Aquella mañana Paula se levantó temprano, como siempre. Se dio una ducha y dudó si debía ponerse el delantal que le había dado su amo días anteriores o si debía quedarse desnuda, optó por lo segundo pensando que así agradaría más a su amo.

Cuando Alfredo se levantó, la casa estaba impecable y un suculento desayuno encima de la mesa de la cocina.

-Veo que prefieres estar desnuda luciendo tu cuerpo de perra.- dijo Alfredo dirigiéndose a Paula.- Pues bien, de ahora en adelante estarás siempre...

Mis vivencias como sumisa

Mery, cuenta como conocio a su Amo y la relación que tiene con el.

Mis Vivencias Como Sumisa

Mi nombre es Mery, tengo 30 años estoy soltera y vivo con mis padres, se que ya va siendo hora de independizarme, un día de estos lo are se esta muy a gusto en casa de los papis. Soy propietaria de una tienda de ropa, es la razón que tengo para ir siempre a la ultima y bien arreglada.

Mi aspecto físico es bastante agradable la naturaleza, y mis padres, también tienen que ver, se a portado bien conmigo. Soy, morena, ojos grandes y marrones, de mi boca, dicen mis...

El diminuto problema de Ubaldo

Ubaldo era un simple mucamo, completamente sometido por sus patrones. Pero su mayor problema podía resumirse en una palabra: micropene.

EL DIMINUTO PROBLEMA DE UBALDO

Ubaldo no tenía grandes razones para estar contento consigo mismo, ni con su situación.

Era un hombrecillo semicalvo, de apariencia insignificante, largamente acostumbrado a que las mujeres miraran a través de él, como si no estuviera. Tal la historia de su vida...

A sus 45 años, era un simple mucamo en la residencia de una acomodada familia, en el municipio de San Isidro, a 15 kilómetros de Buenos Aires.

Ni siquiera se llamaba Ubaldo, aunque é...

Ariadna una asistenta de armas tomar (2)

Como Susana acabó por voluntad propia de empleada de su propia asistenta Ariadna teniendo que acatar todas sus órdenes.

Habían pasado ya dos semanas desde que Susana se tuvo que vestir de asistenta para ayudar a la que era su doncella habitual, a cambio de que esta le ayudase con el vestuario y el maquillaje para su fiesta de cumpleaños. (Recomiendo leer la primera parte de este relato).

Susana había pensado mucho en ese día. Con la perspectiva ya no lo recordaba tanto como un momento desagradable o humillante, sino como una evasión de su rutina entre tiendas, reuniones con falsas amistades y actos sociales.

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Sumisas del deseo (1: Inesperado encuentro)

Lo que vais a leer a continuación son una serie de cortos relatos que me narraron algunas personas a través de sus e-mails. Quiero dejar bien claro que yo ni afirmo ni niego la veracidad de tales historias. Cada cual saque sus propias conclusiones. Tan solo me he dedicado a novelar con mayor o menor acierto tales narraciones con el fin de divertirme y haceros pasar un rato caliente y agradable.

Viajo mucho a causa de mi trabajo.

Esa noche en particular estaba festejando el cierre de un negocio muy ventajoso y como de costumbre lo hacia como mas me gusta, en solitario.

Después de visitar una media docena de locales de la ciudad ya estaba moderadamente pasado de vueltas cuando no se como, acabé en un tugurio ínfima categoría.

El antro en cuestión estaba situado en un angosto sótano y a pesar de la poca visibilidad era evidente la mugre y el olor a derrota que allí se respirab...

Sumisas del deseo (2: Secretaria en cadenas)

Lo que vais a leer a continuación son una serie de cortos relatos que me narraron algunas personas a través de sus e-mails. Quiero dejar bien claro que yo ni afirmo ni niego la veracidad de tales historias. Cada cual saque sus propias conclusiones. Tan solo me he dedicado a novelar con mayor o menor acierto tales narraciones con el fin de divertirme y haceros pasar un rato caliente y agradable.

Podéis llamarme Nerea. Soy una chica de 27 años y trabajo de secretaria en una empresa familiar en un prospero pueblo del centro de España.

Mi jefe tiene 46 años y me paga un plus para que sea su putita particular.

Cuando cierra algún negocio con éxito yo suelo ser el postre de tales negociaciones.

A mi no me importa demasiado, es mas, para ser sincera suelo disfrutar de tales celebraciones y de ser el centro de atención, pero lo que mas me humilla es cerrar negocios con gerentes feme...