Niña Lucía (Sixteen Candles)

De rodillas en el suelo, las manos atadas a la espalda, la cabeza gacha, un collar en el cuello, y desnudo y erecto, Joan la esperaba. Él era su regalo de cumpleaños.

Continuación de: http://www.todorelatos.com/relato/54884/

La vida continuaba, Niña Lucía pasaba los días entre los brazos de Joan y las clases. Ella, Ángela, Joan, y a menudo también Nacho… se había hecho muy habitual verlos juntos por el patio y por las clases, antes de que llegara el profesor de turno.

Sin embargo, había algo que Niña Lucía no podía sacarse de la cabeza. De vez en cuando, cuando creían que ella no les observaba, Ángela y Joan se miraban entre sí y sonreían con complicid...

Una sutil dominación (5)

De como Marta rompe sus tabúes acepta finalmente su esclavitud.

Debido a un viaje laboral ni la siguiente semana ni la otra pudimos vernos. Eso nos hizo bastante bien a los dos ya que por un lado Marta tuvo una punta de trabajo que la obligó a aislarse del resto del mundo y yo pude poner distancia entre los dos para poder ver desde otra perspectiva la relación.

A estas alturas yo ya sabía que este juego no iba a durar más allá del verano. No creía que sobreviviera a las vacaciones estivales donde cada uno iría por separado a destinos distintos. Como quien dic...

El oasis de Jufrah (7)

El malvado señor Valentini empieza a enviciar a Julia. La convierte en una muñequita para diversión de los hombres. Y la hace debutar como strip-teaser.

EL OASIS DE JUFRAH (VII)

  1. Julia en el escenario

En pleno desierto de An Nafud, Anuska e Isabel, dos bellas esclavas del Sheik Abdul Nassim Rahman, gran jeque del oasis de Jufrah, continuaban amenizando las horas en el serrallo confiándose sus recuerdos.

—Así fue como mi madre quedó a merced de ese señor Valentini, un sujeto de lo peor —contaba la morocha Isabel, con el rostro demudado—. Ahora que la tenía en sus manos, tenía planeado hacer de ella una muñequita, un juguete para...

Una sutil dominación (6)

De como enseño a Marta a comportarse correctamente en público.

El tiempo pasó rápido. Marta y yo no teníamos una cadencia fija para quedar y vernos. A veces salíamos por separado, a veces juntos con sus amigos y otras los dos solos. Laura y Rafa, al igual que su hermana se enteraron al final de que nos habíamos liado, pero no sabían nada de que siguiéramos haciéndolo ni del tipo de relación que ambos compartíamos.

Yo sabía que Marta sentía una devoción absoluta hacia mí, pero tampoco quería que se quedar colgada de mí por siempre, así que de vez en cuando l...

La historia de Claudia (13)

Claudia, vestida de sirvienta, debió ocuparse esa noche de preparar la cena de la señora y después la atendió durante la comida mientras Laura permanecía echada en el piso a los pies de su dueña como se echan los perros, de costado y con las piernas y los brazos extendidos hacia delante.

La historia de Claudia (13)

Claudia, vestida de sirvienta, debió ocuparse esa noche de preparar la cena de la señora y después la atendió durante la comida mientras Laura permanecía echada en el piso a los pies de su dueña como se echan los perros, de costado y con las piernas y los brazos extendidos hacia delante.

Más tarde, una vez que Claudia levantó la mesa y terminó de lavar la vajilla, ella y la cachorra comieron en cuatro patas sus alimentos para perros.

Estaban haciéndolo cuan...

Soy tu puta, tu perra y tu zorra Amo

viciosa, lasciva e insasiable asi soy yo la perra puta de mi Amo.

Tu perra, tu puta, tu zorra

Desperté y te vi sentado frente a mí, de traje muy elegante.

Buenos días sole,

Buenos días Amo, disculpa la noche fue intensa me dormí, ahora me levanto a

Antes de terminar la frase me interrumpió diciendo, tranquila relájate me gusta contemplarte, quédate así quieta para mi,

Si Amo

Te gustó nuestra noche sole?

Si mi señor , fue excelente

Estas satisfecha?

Mi mente dio miles de vueltas en una fracción de segundo, qu...

Cómo hacer que un Amo te acepte (4 de 4)

Final de la sesión en la que Amo y sumisa se miden así mismos para saber, si realmente están hechos el uno para el otro.

IV

Habían pasado un par de horas cuando por fin me desperté. Me estiré en la cama, notándome francamente bien. Todo se estaba desarrollando como había planificado, sin incidentes, de forma ordenada y meticulosa. Justo como a mí me gustan.

Descalzo, fui hasta el cuarto de baño donde ella aun reposaba en el suelo frío de mármol. Al verte atada al radiador de la calefacción, no pude más que sentir un estremecimiento de placer, viendo como te habías quedado dormida esperando mi regreso.

...

Ama Verónica

De mi primera vez como sumiso, la dignidad por el piso.

La domina entró en la habitación haciendo resonar sus tacones. Levanté la cabeza y por primera vez la vi en persona, era imponente, alta, de por lo menos un metro ochenta, delgada, su piel blanca, su andar firme y decidido. Llevaba una máscara que ocultaba sus ojos pero que dejaba ver unos carnosos labios pintados de un rojo intenso, su cabello lacio y oscuro caía más abajo de los hombros desnudos. Sus enormes pechos intentaban escapar del corsé de encaje que se ceñía a su cintura.

Caminó por la...

Club de socios (3: Reunión con el Director)

Sara termina de relatar a su amo lo ocurrido durante la mañana en clases.

Desde muy joven, Sara se había sentido acomplejada por sus pezones. Al desarrollarse y crecer de la rápida y notoria manera que lo hicieron sus tetas, sus pezones acompañaron la expansión y la acentuaron. Grandes y oscuros, Sara gastó siempre tiempo y recursos intentando ocultarlos o aminorarlos en blusas blancas y bikinis. Ahora, un curso de más de 30 chicos de entre 15 y 16 años, tenía para su asombro y regocijo el espectáculo de los legendarios pezones de Sara, danzando notoriamente tras la traslúc...

En el trabajo

Llega una chica nueva y bueno ya vereis...

Sumisa en el trabajo

Hoy en la oficina se nos ha presentado una chica nueva, de pueblo con veinticinco años pero con un cuerpazo de escándalo y de cara no muy fea, pero con una cara de viciosilla que la verdad me ponía.

Yo tengo la costumbre de no mezclar placer con obligación de forma que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, pero uno de los días a última hora estaba leyendo los correos de mi seudónimo cuando ella, sin poder evitarlo miro el de una de las sumisas que tengo en l...