La holandesa (5)

no solo era fuerte, era astuta.

Don Cornelio y la bella Dorita fueron encontrados ese mismo día, cerca del río, por una pareja de la guardia civil. Estaban durmiendo juntos, en un colchón hinchable, semidesnudos bajo un par de mantas, con la ropa que en aquel momento no llevaban puesta limpia, colocada a la cabecera, envuelta en un plástico para que no se mojara; estaban durmiendo abrazados en una actitud inequívoca: sin ninguna duda habían estado haciendo el amor.

Yo no quise enterarme de los detalles, pero fueron la comidill...

Mi venta (11: Justo castigo por ser lasciva)

Mi prestigio como prostituta políglota, culta y elegante y mi caché y demanda ha subido tanto que El Amo decidió prescindir de mi presencia para explotarme comercialmente de una manera más eficiente, cosa que me llena de orgullo ya que cualquier actividad mía que le beneficie o complazca colma mis pretensiones. Pero he llegado a ello con mucho amor al amo, empeño y merecidamente disciplinada de la forma que cuento hoy.

Much@s lector@s me solicitan que siga la serie de relatos con más agilidad. Sin embargo me encuentro en un círculo vicioso. Por un lado Mi Amo está satisfecho con la valoración que l@s amables lector@s ha otorgado a los episodios publicados hasta ahora y me ha ordenado que, si el éxito sigue, deberé seguir escribiendo mis experiencias más allá del primer mes de mi venta por el anterior Amo. Eso me obliga a tomar notas y pergeñar guiones de las anécdotas relevantes que en mi actividad como prostituta o...

De compras

Llevo a la perra a un cambio de su vestuario.

Te he ordenado que nos encontremos en la plaza comercial iremos de compras voy a ponerte un nuevo vestuario para tu uso y para ir variando tu guardarropa, asì que a la hora convenida nos encontramos tù vienes como usualmente te gusta vestir las faldas largas, tus blusas cubriéndote los brazos y siempre acompañada de un saco que combina con la falda, tu clásica imagen de una profesionista, bien hoy he decidido que vas a cambiar de esa imagen para mi.

Entramos a una tienda y tù me ves con ojos inte...

La verdad

PRÓLOGO En primer lugar, quiero matizar que cualquier parecido de este relato con la realidad ocurrida en la 2º Guerra Mundial, sólo tiene el fin de situar la acción en ese punto determinado de nuestra historia, para dar con ello algo más de credibilidad a su contenido. Pido de antemano sinceras disculpas, si con ello puedo herir la sensibilidad de cualquier persona que se tome la molestia de leerlo.

PRÓLOGO

En primer lugar, quiero matizar que cualquier parecido de este relato con la realidad ocurrida en la 2º Guerra Mundial, sólo tiene el fin de situar la acción en ese punto determinado de nuestra historia, para dar con ello algo más de credibilidad a su contenido. Pido de antemano sinceras disculpas, si con ello puedo herir la sensibilidad de cualquier persona que se tome la molestia de leerlo.

AGRADECIMIENTO

Quiero dedicarte esta pequeña obra, porque siempre has sido un...

Aprendiendo a ser una buena esposa

María siente que su deber es servir a su esposo. Introducción.

Vivo para servir a mi esposo, y estoy orgullosa de ello. Hoy en día, con tanta liberación femenina y revolución sexual las mujeres han olvidado lo esencial: su lugar en el hogar. Porque nadie puede negar a la institución más grande de todos los siglos, la familia. Pero no "familias" modernas de madres solteras, divorcios, hijos sin padres; familias con f mayúscula, familias patriarcales, familias como se las conoció siempre en la historia.

Para mi, la vida es mucho más simple y feliz que para la...

El precio de un amor (2)

Pasó un año, un duro año para Sarahi quién se dedicó a trabajar muy duro y a guardar su dinero y con lo que ahorró volvió a ingresar a la escuela.

EL PRECIO DE UN AMOR 2

Pasó un año, un duro año para Sarahi quién se dedicó a trabajar muy duro y a guardar su dinero y con lo que ahorró volvió a ingresar a la escuela. Un buen día se presentó y se inscribió observando las miradas burlonas de algunas excompañeras, pero Sarahi nunca mostró una mirada de derrota ni mucho menos humilde o de pena, al contrario se mostraba muy segura de sí misma y muy orgullosa.

Y se incorporó de nuevo a la escuela solo que evidentemente había perdido un a...

Rocio, la esclava de María (2)

La continuación...

ROCÍO, LA ESCLAVA DE MARÍA (2ª PARTE) Pasamos toda la noche juntas, y ahora, al recordarlo, aún tiemblo de pensar todas las cosas que hicimos. Ella quería ser dominada totalmente y yo acepté hacerlo para ayudarla, aunque no supiera cómo, ya que no tenía ninguna experiencia. En cierto modo fue muy extraño, pues era ella la que me enseñaba y guiaba, y yo, la supuesta ama, la que aprendía de ella; yo seguía sus pasos e indicaciones, y si en algún momento algo me parecía demasiado fuerte o violento, su a...

La perra del AMO (3)

sigo usando a la perra que cada vez se entrega màs y màs

Lo deseo tanto AMO, tómeme AMO, como usted quiera

Voy usar tu boca llenándotela con mi verga, hundiéndola en tu hocico

si, lléneme de usted ahógueme en su sabor sirviendo para su placer

mientras uso tu boca jalo tus pezones los jalo entre mis dedos, cada vez mas fuerte, si así con firmeza retorciéndolos a mi antojo hasta que gimas y yo los sienta duros entre mis dedos

saco mi verga de tu hocico y azoto tu cara con ella

Amo le gusta hacerme eso embarrarme de mis baba...

Historia de Sebas 3

Una primera humillación pública...castigo terrible sin motivo alguno...¿Pero qué puede hacer el pupilo?...obedecer al Tutor...

La Historia de Sebas 3

Con este nuevo mensaje continúo contándote mi historia. Sigo esperando tus consejos o los de quien pueda ayudarme a entender mi situación y salir de ella. De verdad que estoy desesperado.

Bueno, sigo con la narración: aquel lunes, luego de verme obligado a besarle los zapatos al cabrón para agradecerle, el muy hijo de puta me ordenó que me retirara. Sin dilación me vestí y salí de allí con el mismo entusiasmo de quien es liberado de una cruel prisión luego de años de...

La holandesa (4)

Donde llego a pasarlo mal y decido que así no puedo seguir.

Soltar a su marido le llevó más tiempo que a la mujer, estaba atado de una forma bastante más compleja, que le impedía cualquier movimiento. Comprobé, al observar lo que veía, la frialdad con que la holandesa era capaz de actuar y lo mal que llevaba sus cuernos. Sacó a su marido, como a Dorita, arrastrando por los pelos; se permitió alguna ironía cruel: "Tu eres un hombre, tendré que tener cuidado, creo que no te desataré las manos no vayas a dominarme tu a mí"; la verdad es que el pobre don Cornelio...