La holandesa (5)
no solo era fuerte, era astuta.
Don Cornelio y la bella Dorita fueron encontrados ese mismo día, cerca del río, por una pareja de la guardia civil. Estaban durmiendo juntos, en un colchón hinchable, semidesnudos bajo un par de mantas, con la ropa que en aquel momento no llevaban puesta limpia, colocada a la cabecera, envuelta en un plástico para que no se mojara; estaban durmiendo abrazados en una actitud inequívoca: sin ninguna duda habían estado haciendo el amor.
Yo no quise enterarme de los detalles, pero fueron la comidill...