2 parejas, casa rural, confinamiento 7
La humillación aumenta
Mis días en esa casa seguian igual, desnudo, con mi culo siempre ocupado por bolas chinas o consoladores, haciendo de perrito con el cinturón ancho de Elena o convertido de WC de toda la casa.
Lo de ser el WC al principo a Raúl no le hacía mucha gracia pero según iba pasando el tiempo cada vez le gustaba más humillarme.
Uno de los días en los que el desayuno ya estaba preparado ellos sentados y yo como un perro debajo de la mesa desayunando, me volvieron a mandar a hacer la casa. En ese momento...