Descubriendo a Monique
Con la feminización del marido, una pareja descubre nuevas posibilidades
DESCUBRIENDO A MONIQUE
T odo comenzó siendo un inocente juego.
Nos encontrábamos de vacaciones y salíamos de comer de un conocido restaurante. Para bajar el exceso de comida decidimos volver al apartamento caminando, por el paseo marítimo, que estaba repleto de tiendas de ropa, bañadores, toallas, etc. Entre risas comentábamos lo exagerado y hortera de algunas camisetas y vestidos que parecían estar hechos para vendérselos a los “guiris”. En uno de los expositores, al lado de algunas pr...