Yo, su mejor regalo
A la excitación que tenía, se le sumaba la incertidumbre sobre cuándo iba a intentar penetrarme del todo otra vez. Metí de nuevo el pie en su boca, y se puso a lamer mis dedos a través de las medias. En mi paroxismo le agarré la polla, moviéndola mientras me masturbaba.
Llegó el cumpleaños de Pedrito. En casa hicimos una mini fiesta, con su tarta y la vela, pero la fiesta de verdad la tendría él con sus amigos. En nuestra reunión, recibió con alegría nuestro regalo sorpresa, la videoconsola que quería, pero había cierta tristeza en él. Cuando el chico volvió bien tarde, mi marido y yo estábamos en la cama, acostados y leyendo. Era tarde para nosotros, pero demasiado temprano para él. Pensé en si sería adecuado darle el regalo de cumpleaños que él hubiese querido realmente....