Mi opinión

Mi hermano me preguntó sus dudas sobre el tamaño de su polla. Fui todo lo sincera que pude con él.

Mi hermano me pidió su opinión sincera y yo se la di. Pero tengo que explicarlo mejor. Sucedió en el mes antes de irnos de vacaciones, cuando pasábamos las calurosas tardes de verano en casa. Nuestros padres se iban a trabajar después de comer, si es que venían a almorzar, y nosotros intentábamos dormitar una siesta evitando que las horas de calor extremo nos hiciesen sudar más de la cuenta, y en general nos quedábamos traspuestos viendo la tele en el sofá.

Un día que estábamos tirados viendo una anod...

El capricho de mi hijo

Un pequeño desliz cambió mi vida para siempre.

Se casaba la hermana de mi exmarido y nos invitaron a la boda a los tres: mi hijo, yo y mi actual marido. No teníamos muchas ganas de ir, pero insistieron tanto que hubiese estado peor no ir que ir. Mi hijo estaba encantado, pues se lo pasaba muy bien con sus primos, pero mi marido y yo estábamos desubicados al principio, con la sensación y la seguridad de ser el blanco de miradas y cuchicheos. No obstante la familia de mi ex siempre se había caracterizado por ser muy extrovertida y acogedora, de manera que...

Cara a cara

Ambos sólo oyen el húmedo ruido de la verga entrando y saliendo de la boca de la invitada. Mercedes siente su propia respiración profunda, aprisionándola.

Lola golpea suavemente la puerta de cristal del bar, haciendo que el anillo añada una nota metálica al sonido apagado de los nudillos. Tiene detrás el rumor de las olas batientes, pero delante suyo no distingue algún movimiento. El olor que desprende la madera húmeda a sus pies y lo que puede ver alrededor le indica que el chiringuito es de los que cierran tarde, temiendo haber llegado demasiado temprano. Pega las manos al cristal para poder escudriñar el interior. Sigue sin ver ningún movimiento, así que v...

Mi cuñada, amada por todos

Me encontré a mi cuñada a cuatro mientras su padre la penetraba con su hermano meneándose el pene tras ellos. Mi suegro se sorprendió un poco al verme, pero me hizo pasar amablemente. El sonido de los húmedos chasquidos de sus cuerpos chocando me repelía y me excitaba.

Me desperté de la ligera siesta y poco a poco me fui ubicando en medio del jardín. Alrededor mío seguían revoloteando mi mujer, mi suegra, mi sobrinos y las mujeres de mis cuñados. El sopor no se me iba y entré en la casa en busca de un aire más fresco, haciendo un alto en la cocina para tomar un poco de agua. En cuanto dejé el vaso vacío sobre la encimera, oí un ruido sordo que provenía del piso de arriba y, algo aburrido, decidí subir a ver qué hacían los hermanos de mi mujer. Seguramente estarían viendo...

Mi hermano, detrás

El siguió jodiéndome aumentando la rapidez, y me di cuenta de que con mi orgasmo me había empapado las piernas y su polla entraba y salía con demasiada facilidad.

Antes de irse, mi prima me contó una cosa que casi me hizo vomitar. Yo había creído que ella y mi hermano habían practicado sexo completo. Cuando me explicó que sólo habían tenido juegos de insinuación extrema o un poco de exhibición genital, todo me dio vueltas. Lo que yo había estado haciendo ese último mes con Tomás no tenía nombre ni perdón. ¿Y en qué pensaba él? Primero me sentí engañada, pero comprendí en seguida que fui yo la que empezó, por una envidia estúpida. Me sentí aún peor cuando fui conscien...

Mi hermano, el primero

Nandi pidió a Tomás que continuase. El retiró la toalla y vi su pene empalmado. Los nervios hicieron que se me escapara una risa que me avergonzó al momento. Era una polla hermosa, como me había dicho Nandi. Mi prima me hablaba de ella al oído y me volvió a erizar la piel y los pezones.

A primeros de ese año mis amigas me descubrieron cómo jugar con el coño. No es que me enseñaran nada que no hiciese ya intuitivamente o que no supiese que se podía hacer, es que gráficamente explicado por las más avispadas de nosotras, el conocimiento de las distintas posibilidades y tomar consciencia de que nada me impedía hacer lo podía hacer, hizo que fuese imposible dejar de tocarme en todo el invierno. Pero llegó la primavera y tras ella el verano... y la autosatisfacción desenfrenada se había instalad...

Nandi invita a Mónica

Antes de contestar se abalanzó sobre mí, repitiendo el movimiento que me había visto hacer. Sus pequeñas manos eran ágiles y muy viciosas en su torpeza, pues me masturbaba usándolas a la par o bien acariciándome los testículos con una, mientras la otra le daba al badajo.

Muy frecuentemente, al menos dos veces al año, solíamos pasar algunas temporadas con mis tíos y mis primas, bien recibiéndolos en casa o bien yendo a la suya, alternando la Semana Santa allí y el verano aquí. Entre mis hermanos y mis primas éramos dos varones y cuatro hembras repartidos en cinco años de diferencia, así que los jóvenes formábamos un grupo compacto y con muy buen rollo entre nosotros. Mi prima mayor tenía mi edad, y éramos uña y carne en nuestras correrías vacacionales. Nandi era divertida, b...

Maniquí

El parecido entre nosotras era tal, que era como si nos estuviésemos masturbando en otro cuerpo, como si fuésemos cuatro cuerpos en uno. La única diferencia era que ella aún llevaba las medias puestas. No me resistí a llevar una mano a su sexo, al fin y al cabo ya lo había probado.

"No te voy a tocar". Las palabras de Miguel se repetían en mi cabeza mientras subía en el ascensor. Había una verdad velada tras esa sentencia que él había recalcado insistentemente con media sonrisa. Y es que él no me tocaría, porque para eso estaba Arancha, su mujer. Todo empezó varios meses atrás, cuando le pedí dinero a Miguel por un descubierto y él accedió bajo la condición de devolverle buena parte en la primera nómina. Como me temía, me fui retrasando en los pagos y sin querer le puse en un pequeño...

Mermelada

Is labios se estremecían al contacto con su piel aterciopelada. Seguía sin oírla respirar y fui consciente de que la estaba besando casi en el interior del muslo, muy cerca del sexo. En ese momento me acarició el pelo a la altura de la nuca e interpuso el dorso de la mano entre mi boca y su piel, de la forma en la que el amo se la ofrece al perro, y la besé, sacando mucho la lengua.

Al acercarse el final del trimestre Clara y yo quedábamos en su casa para poder terminar el trabajo que teníamos que hacer en común. Un día, cansadas y hambrientas, hicimos un alto para merendar. Clara me hizo esperar en el salón y me entretuve viendo las fotos de familia. Entró con una bandeja repleta de tostadas, mantequilla y varios tipos de mermelada que traían los padres del pueblo.

Una vez que lo probé no podía dejar de comer aquel néctar dulce y Clara tampoco se quedaba atrás, de hecho ni siqui...

Nota media

Me hizo un gesto como preguntándome sobre qué debíamos hacer ahora. Me acerqué y le desabroché la correa, luego le quité el botón del pantalón y le bajé la bragueta. Miré a mi hija y ella siguió absorta con el móvil. Saqué el pene.

Estaba apunto de salir de casa para ir al trabajo cuando llamaron por teléfono, así que volví sobre mis pasos y contesté irritada y con prisas. Era una llamada del instituto en el que estudiaba mi hija la mayor y a esas horas no podía ser nada bueno. Tenía que ir a hablar con su tutor de forma urgente, que me esperaba ahí con ella. Cuando colgué me hice jurar que cuando los peques entrasen en el nuevo colegio el siguiente curso, daría solamente el número de teléfono de mi marido. Anulé todos los compromisos...