Quiero que me preñes

Ya no éramos tan jóvenes y se acababan las oportunidades igual que las excusas para posponer mi embarazo. Quería preparar la habitación para mi futuro bebé y llamé al carpintero...

Acaricié su cabeza y le di un beso ardiente -rectifico-, más que beso fue un mordisco en el labio inferior seguido de un lengüetazo baboso. No quería que se fuera. Deseaba pasarme toda la mañana con mis pezones entre sus dientes mientras entraba con furia en mi cuerpo para llenarme de semen.

-Suéltame, viciosona... -susurró cariñoso Pablo, mi marido, con esa ronquera matinal que tanto me excitaba-. Tengo que largarme, cuando vuelva seguimos... ,¿OK? Un beso, cielo...

Fue un casto beso de despedi...

Matrioska. Es sólo un juego

Es tan intenso que un escalofrío oscuro le recorre y gime: «Matrioska..., matrioska...», porque así es como él se siente, como si fuera esa muñeca rusa y albergara en su interior a todos esos hombres que le poseyeron, en los baños, en los cines, en habitaciones siniestras...

Moscú

Serghey golpea el suelo de tarima con los pies, está temblando pero aguantará hasta que... Cierra los ojos. Nada ni nadie va a robarle su sueño, ni la magia del paisaje que imagina, una cala de aguas azules, espejo de un acantilado sobre el que asoman pinos achaparrados como setas. La llanura rusa surcada de ríos fangosos es lo más parecido al mar que él conoce; y la verticalidad de los bloques de viviendas, lo que más se asemeja a un acantilado en su entorno.

Ceñido por un mínimo baña...

Soy feliz, a pesar de la incordiante Navidad

Confesiones y consejos de una mujer soltera y sin amarres para ser feliz y huir de la desdicha compartida de estos días.

Confieso que soy feliz y no porque llegue la Navidad, precisamente. Lo cierto es que no tengo muy buenos recuerdos de ella. Pronto se convirtió en un ritual frío y despojado de adornos cuando desaparecieron las figuritas masculinas del Belén. Mamá retiró a los pastores, empezando por aquel que, con el brazo en alto, le pareció una mala influencia por sus aparentes tendencias comunistas. No quiso entrar en razón cuando, con mi vocecilla infantil rota por la tristeza, le dije que el pobre pastor sólo buscaba...

Recibiendo mi merecido (8) Del sexólogo vicioso

Ese doctor era el más reputado especialista en desarreglos sexuales. Yo acudí a él con la esperanza de quitarme de los maduros, ese vicio que no daba tregua a mi cuerpo.

-Mamá, ¿tan difícil resulta entender que eso fue un accidente y que le puede pasar a cualquiera? Le pasó a él, no por tener sesenta tacos, sino por echarme dos polvos seguidos sin hacer la digestión previa.

Hablábamos de Fermín que con dos platos de fabada metidos entre pecho y espalda, hipotensó fatalmente, fibrilando entre mis tetas. Al final todo acabó en un susto, pero mis padres tomaron cartas en el asunto después del lamentable suceso. Follábamos a diario en una pensión cuando volvía de clase y...

Recibiendo mi merecido(7)Un vendedor sinvergüenza

Me gustaba el ambiente de los mercados callejeros. La mayoría de las veces no compraba nada; otras, me comía unos churros con crema; y otras veces -corrijo- la única, me comí los churros y eché un polvo de muerte con un vendedor sinvergüenza.

Este relato forma parte de una serie. Podéis encontrar los anteriores en

Sexo con maduros

o

No Consentido

; sin embargo, no es imprescindible porque cada historia tiene hilo propio.

Poco a poco, recuperaba un mínimo de sensatez y ya no me exponía a peligrosas situaciones de abuso, pero no podía dejar de pensar en maduros. Aparte del provecho carnal, el beneficio que me daban era mínimo; por no decir, negativo. Sacaba notas pésimas y la amenaza de mi padre se cumplió. Me retiró la...

Recibiendo mi merecido (6) Vejación de sor Amelia

Mi tía se llamaba Amelia y era monja. Pero no descubrí su verdadera realidad hasta que encontré esa carta tan clarificadora para mí. Ya no era la única oveja negra de la familia.

Estaba confusa. De nuevo en casa de mis padres y de vuelta del trabajo de verano, pensaba en como podía haber gozado con tanto abuso por parte de los viejos; Remigio, el bobo; y Paco, el dueño del caballo semental. No había parte de mí que no agradeciera ese trato desconsiderado y fantaseaba todo el tiempo con las perrerías de las que había sido objeto, masturbándome una y otra vez, sin sosiego.

En mi adolescencia, la idea de haber sido adoptada me torturaba en los momentos más bajos. Pensaba que era...

Amor chacinero

¿Sois de los que pensáis que Halloween es una puñetera horterada, incompatible con nuestro erótico carnaval? No seáis antiguos; la sensualidad gore es un exquisito manjar. Quizá esa historia pueda daros alguna idea para la fiesta.

Relato de ficción histórica con toques de humor negro. Una carnicera imponente y de aspecto lujurioso desaparece en plena posguerra y los clientes especulan con las más extrañas teorías.

Valencia, 1941. Las cartillas de racionamiento apenas mitigan la hambruna. El estraperlo está a la orden del día, y si alguien lanzara una molleja desde un sexto piso no llegaría al suelo; probablemente ni al tercero; pero no sería por toparse con la boca de un perro o con la zarpa de un gato, sino por cruzarse co...

Recibiendo mi merecido (5) ¿Ofrecida o violada?

No hubo piedad para mí. Suplicaba, gemía y aullaba para defenderme de los depredadores; pero la intensidad del deseo traicionaba siempre mis ruegos.

**Intentaba resistirme, pero no podía. Sólo me excitaban los hombres inconvenientes y no los chicos de mi edad, capaces aún de enamorarse. Era carne para veteranos curtidos, expresidiarios o locos que sólo buscaban mi cuerpo para su desahogo inmediato. A veces, pateaba y chillaba pidiendo auxilio expuesta a su brutalidad, pero el brillo lascivo de mis ojos delataba mis verdaderos sentimientos como si les susurrara al oído: «usadme..., usadme..., usadme hasta hartaros...». El peligro no estaba fuera de mí, s...

Recibiendo mi merecido (4) Por puta y ladrona

Como castigo, mi padre me mandó a un pueblo a recoger fruta. Me aburría mucho trajinándola, pero lo que nunca llegué a imaginar es que yo acabaría siendo el sujeto pasivo del violento trajín, más por mi conducta viciosa, que por ser una pieza interesante para el mundo hortofrutícola.

Empecé contando mis experiencias con maduros en la categoría correspondiente, pero pensé que ese relato encajaría mejor aquí por tener componentes de abuso. Doy las gracias a mi fallecida perra Purita y a su recuerdo, al pueblo de Fuentelaperla donde sucedieron los hechos, al bobo pero viril Remigio, al viejo calvo y al viejo cano, personajes que sin sus crueles intenciones, eso no se habría escrito.

Acababa el año lectivo en la Facultad sin centrarme en los estudios, pensando en esos maduros que...

Recibiendo mi merecido (3) Ex presidiario maduro

Él quería reinsertarse en la sociedad y hacer lo mismo conmigo, insertándome una y otra vez sin compasión, tras no haber catado mujer en mucho tiempo

Estaba en mi habitación a oscuras, con la espalda apoyada en el cabezal. Un hilo de saliva colgaba de la comisura de mi boca y saqué la lengua para capturarla. Saboreé su tibieza espesa, quizá no fuera saliva sino restos de mi regalo de Navidad. Mis piernas se abrían en un ángulo obsceno y, en el vértice de ese ángulo, un delicioso hormigueo daba fe de la sabrosa follada de la que había gozado.

Llevé mi mano a la zona escocida y la hundí entre los labios pegajosos de la vulva que se cedió como manteca...