El socio (2)

Nuevas aventuras de Juanito, el listo.

El socio (Parte 2)

Al día siguiente después de haber descansado tras la exhaustiva inspección erótico-poética del nuevo patrón, una vez bebido de golpe una taza de chocolate, el bueno de Juanito dio unas vueltecitas por el chalet admirando su nueva casa. Mientras, el griego dormía ahito de sexo duro, soñando con los toros de Guisando quizás, o en alguna nueva prueba para testear la notable inteligencia de su valet.

Juanito buscó en un fino mueblecito-escritorio una hoja de papel y un sobre...

El socio

Juanito tiene un sosías o casi; él le llama su "socio". Cualquier parecido con la realidad es meramente accidental... o casi.

"El socio"

Sus padres, don Juan y doña Angustias, eran primos. Por eso una de las hijas presentaba problemas y nuestro héroe a quien todos llamaban Juanito era un poco lerdo para algunas cosas. En el pueblo nadie, ni siquiera las cotillas más empedernidas llegaron a saber de qué curro vivía don Juan, aunque a sus espaldas se decía que de sablazos.

-Mentira como que hay Dió- decía la Soleá- ¿que cuándo se vio a don Juan batirse a duelo con alguien?

Lo cierto es que de algún modo paraba...

El reencuentro (5)

El destino tantas veces conjurado se hace presente y decide el fin de esta historia de amor filial...

El reencuentro (Parte 5)

Seis meses después, el hotel estaba funcionando con normalidad.

Una cuadrilla de operarios había realizado las reformas proyectadas, se había renovado en parte el personal, y habíamos reinaugurado con bombos y platillos cambiándole el nombre anterior por "La posada de los horneros".

Cabe acotar que el hornero es un ave común en la cuenca del Plata y el sur de Brasil donde se le llama Joao-do-barro. Un ave discretamente marrón, trabajadora ...y monógama. Se de...

Clara

Dificultades de un terapeuta para permanecer impasible y neutral ante las confidencias de una paciente.

Clara

Soy psicólogo y como es lógico, dentro de la ética de mi profesión, estoy acostumbrado a guardar silencio ante las confesiones de mis pacientes. Sólo al cabo de un tiempo, cuando es hora de una devolución, emito mi parecer, pero sólo para poder encaminar la terapia por los carriles más adecuados. Sin embargo y pese a que siempre he creído que a mis treinta y cinco años no había nada que pudiese causarme asombro, las confidencias de una joven mujer a la que llamaré Clara me perturbaron sobr...

El reencuentro (4)

Nuevas revelaciones vinculadas a un número que ya resulta un leit-motiv en la vida de los Martínez. La confianza se va afianzando y el desenlace de la historia se acerca.

El reencuentro (Parte 4 Más sorpresas)

Llegamos a la habitación 23, nuestra "cámara de la suerte" casi corriendo. Habíamos decidido no salir a almorzar fuera y dada la cantidad de sandwiches que la abuela había preparado y la escasa oportunidad de comer que tuvimos la pasada noche, todavía unos cuantos quedaban en el tupperware. La mención "a tomarnos una cola" nos había despertado el morbo y se hacía evidente nuestro apuro y por qué no decirlo, nuestro apetito...Pero para mi asombro aunque ya...

El reencuentro (2)

Los Martínez, padre e hijo, se entregan a su destino después de veinte años de distancia. Y parece que éste no cesa de darles sorpresas...

El reencuentro (Parte 2 La compra)

Dormir después de aquella increíble experiencia resultó para ambos un esfuerzo titánico. En efecto, tanto mi padre como yo habíamos encontrado un nuevo tipo de comunicación y el resto de la noche seguimos explorando todas las rutas posibles, entusiasmados, felices y lo que es más, sin sentimientos de culpa o desaprobación. Yo sentía que mi vida de ahora en adelante tenía que ser diferente. Recuperar a mi padre era mi única prioridad, y ahora que habíamos traspa...

El reencuentro (3)

Los Martínez hacen buenos negocios, para facilitar su placer. Se entregan a manos del destino, y parece que verdaderamente el destino mete mano en ellos...

El reencuentro

( Parte 3

Un buen negocio

)

Por el camino central entre las mesas del salón comedor del hotel se acercó hasta la nuestra un señor mayor, acompañado del botones. En ningún momento dudamos que se tratase del escribano Bosetti, ya que el reloj en la pared frente al ventanal marcaba las diez en punto. Y efectivamente lo era, ya que el botones lo condujo hasta nuestra mesa, acercándose con una amplia sonrisa. Nos pusimos de pie para saludarle y esto me demostró una vez más la ...

El reencuentro

Andrés Martinez se reencuentra con su padre que vive en el extranjero y debe replantear su vida ante la perturbación que este desconocido le produce.

El reencuentro

-¡Pero cómo has crecido!- dijo mi padre ni bien traspasó los controles del Aeropuerto mientras me abrazaba. Mis abuelos y yo éramos los únicos a esperarle, ya que desde su divorcio cuando yo tenía tres años y poco, la relación con mi madre no era nada cordial. Sin embargo, al saber que mi padre regresaba de Australia para una quincena de vacaciones, muy a su pesar mi madre me permitió que junto a mis abuelos fuese a esperar a aquel hombre que si bien era mi padre, era un com...