A mi cuidado

Cuando por motivos familiares la vecina tuvo que viajar al interior, me pidió que vigilara a su hijo veintiañero... El joven me dio una gran sorpresa.

-Buenos días, don Pablo. Necesito conversar con usted, ¿me permite pasar?

Era mi vecina de tantos años, Ester, amiga de mi difunta mujer. Una persona estupenda, luchadora, abandonada por su marido con un chico de seis años hace ya quince o dieciséis.

La invité a tomar asiento en mi sala, y apenas ubicada me puso al tanto de la situación.

-Voy a tener que viajar a despedirme de mi madre, que se ha puesto muy mala. Hoy mismo me acisó mi hermana que de no partir de inmediato no podría despedi...

El alemán

Tardé mucho en acabar esta vez, lo suficiente como para que él acabara con mi pija metida hasta los huevos, y yo me quedé quieto mientras él acababa con espasmos y contracciones que podía sentir en su dilatado ojete.

Todos tenemos un amigo con el que nos conocemos desde la infancia, y yo tenía ese amigo que era un año menor que yo con el que pasábamos mucho tiempo juntos, y esa amistad siguió hasta después de la adolescencia.

Yo tenía 19 años, él 18 recién cumplidos. Mi amigo era rubio, de ojos claros y ascendencia alemana. Teníamos mucha confianza, y como varones yo no tenía problema en ponerme a mear delante de él cuando andábamos por ahí de noche, igual que él, que muchas veces bromeaba acerca de mi pija dicién...

Con discreción y con el señor cura no hay pecado

La devoción de Pelayo abrió las puertas del cielo para el padre Amancio

Apenas entró en la habitación de su hijo Borja percibió el inconfundible olor a semen, y esto lo puso furioso: Borja estaba acompañado por su preceptor, don Carlos, un fraile dominico que le habían recomendado precisamente por su castidad y modestia.

El caballero recorrió el cuarto a grandes zancadas en busca de pruebas que confirmaran su presunción, pero la escena ante sus ojos era la de una normalidad total: a ambos lados de un escritorio de roble exquisitamente labrado se hallaban Borja y don Carlo...

Uber da buenos servicios

Encontrar un taxi a las siete de la tarde en la entrada del mall es una tarea titánica. Menos mal que días atrás se me había ocurrido bajar en mi celular la aplicación de Uber, de modo que la abrí por primera vez y pedí un automóvil que me llevara hasta la casa de mi hermana, a donde había quedado de cenar hoy.

Encontrar un taxi a las siete de la tarde en la entrada del mall es una tarea titánica. Menos mal que días atrás se me había ocurrido bajar en mi celular la aplicación de Uber, de modo que la abrí por primera vez y pedí un automóvil que me llevara hasta la casa de mi hermana, a donde había quedado de cenar hoy. Son unos dieciocho kilómetros más o menos, saliendo de la ciudad hacia el este por la costa. La cena sería a las ocho treinta, por lo que si me demoraba en llegar realmente no pasaría nada.

Per...

Higiene bucal

Una sorpresa en el consultorio dental

Después de treinta años de trabajo y sesenta y tantos de edad, la doctora Loisi, mi dentista, ha decidido jubilarse. Durante este año último, previendo su retiro, ha acostumbrado a sus pacientes a la presencia de su hijo Rodrigo en el consultorio.

El muchacho tornea y empasta, extrae piezas irrecuperables con gran destreza, y hace unos magníficos postizos de acrílico a los que su madre suele alabar con entusiasmo aunque no sea para nada necesario.

Pero lo mejor de Rodrigo es que con su metro nov...

Escándalo 5ta parte

Las visitas al campo suelen ser muy saludables, sobre todo cuando el anfitrión tiene muy buena disposición...

La noche se había tragado los últimos rayos solares cuando traspusimos la puerta trasera de la casa, que accedía a ella por la cocina. No hacía nada de frío, pero nuestro anfitrión había encendido un fuego en el hogar donde sobre una parrilla de hierro se doraban chorizos caseros, pimientos rellenos de queso y cebolla y una espléndida pierna de cordero adobada que daba al ambiente un aroma apetitoso y particular.

Descubrí que tenía mucha hambre y algo de cansancio, porque el agua del arroyo es más pes...

Escándalo 4ta parte

Hizo que me sintiese el tipo más feliz del universo...

Regresé a casa caminando, para poder poner en orden mis ideas. Eran ya las 19 y había estado en el departamento de Daniel y su padre desde la mañana, en una experiencia muy satisfactoria. Si bien mis sentimientos hacia mi amante no habían variado, la intervención del progenitor no había sido para nada desagradable. Más aún, ahora que la reveía desde cierta distancia, la presencia de don Bocha era bienvenida.

Y seguramente sería importante para Daniel por cuanto le ayudaría a afianzar el vínculo con su...

Escándalo 3ra parte

Con el padre y el hijo, Ernesto terminó haciendo de espíritu santo...

No había otro remedio: debía salir del cuarto de baño para tomar mi ropa que había quedado desperdigada en la sala. Y allí debía enfrentar de una buena vez al padre de Daniel y tomar una decisión. Como dije, tuve una ráfaga de sospecha de que hubiera una combinación previa entre padre e hijo, pero suele ser más fuerte el deseo que la prudencia…

No negaré que me sentí bastante molesto porque estas situaciones no me agradan en absoluto; si entre Daniel y su padre había una especie de pacto y yo estaba e...

Escándalo 2da parte

Luego del vergonzoso suceso con el padre de Daniel, en una nueva cita pudimos concretar.

Cuando llegué a casa tenía un mensaje en el contestador.

  • “Lo siento mucho. El programa que tenía mi viejo se frustró y por eso llegó de improviso. Ahora está más calmado, aunque sigue bastante enojado conmigo. Cuando escuches este mensaje, por favor, llámame. Beso.”

Era Daniel, por supuesto. Menudo lío se nos hizo cuando su padre entró en el dormitorio y vio a su hijo dándomela por culo… No pude reprimir una carcajada recordando la cara del pobre hombre ante la situación, y lo frustrado que me...

El quesero de mi barrio

A los doce años y por pura casualidad, un comerciante de quesos que habitaba en mi barrio me convirtió en gourmet...

Es indudable que los recuerdos de la infancia son necesarios para poder explicarse uno mismo sus acciones y reacciones, cuando no un profesional de la Psicología.

Nací, crecí y viví hasta los veinte años en un barrio tranquilo como solían ser los barrios. A la vuelta de la esquina de mi casa, había una casa bastante opulenta para el lugar, con zaguán de piso de mármol en damero y paredes cubiertas hasta la mitad de su altura con finos azulejos vidriados de color café. Era la casa de los Silva, un matr...