Perversión
Por más que trataba de concentrarse no podía dejar de mirar los brazos del joven e imaginar que suave debía ser la piel de esa mezcla de hombre y niño.
Perversión
Marcos verificó la dirección y tocó el timbre de la casa. Pasaron unos instantes hasta que sintió un ruido de pasos acercándose, y luego una joven señora abrió la puerta. El muchacho se presentó como el técnico del equipo de aire acondicionado, y entonces la dueña de casa sonrió y le franqueó la entrada.
Mientras entraban a la casa, la mujer le repitió lo que le había explicado por teléfono esa mañana: el equipo instalado en la sala hacía un ruido extraño, y ante el temor de dañ...