Prisionera en marruecos

Mabel nunca supo quién o quienes metieron la droga en su mochila. Había oido hablar de historias parecidas, de inocententes condenados a varios años de prisión por que alguién había introducido sustancias prohibidas en su equipaje y lo habían detenido en el control aeroportuario.

PRISIONERA EN MARRUECOS

Primera parte

Mabel nunca supo quién o quienes metieron la droga en su mochila. Había oido hablar de historias parecidas, de inocententes condenados a varios años de prisión por  que alguién había introducido sustancias prohibidas en su equipaje y lo habían detenido en el control aeroportuario. Había viajado a Marruecos de turismo junto a Cris, su amiga de la infancia, pero a ella no pudieron retenerla porque estaba limpia. Cuando se despidieron le prometió que mov...

Crónica de secuestro (y 3)

Sorpresivo final: Dedicado a Laura y a su hermana Raquel y a la espera de que algun escritor "zumbado", como yo, las resucite un día rescatándolas del club de los "personajes no editados"

Al volver a la habitación todos están en sus puestos, Laura y Raquel vagan por ella cogidas de la mano y desnudas, como si nadie las estuviera observando. Se arrodillan sobre la cama frente a frente, sostienen sus miradas un instante y ambas pasan sus brazos sobre los hombros de la otra, acercan sus rostros y se besan con desatada pasión. Todos permanecen callados mientras filman la escena desde ángulos variados.

Raquel insta a su hermana a recostarse sobre el lecho y esta vez no se acuesta sobre ella...

Crónica de un secuestro (2)

Segunda parte de la trilogia. Silencio... se rueda. La coacción empieza a dar sus frutos.

Rubén se corrió copiosamente y Raquel retiró la mano de su pene evitando pringarse con aquello, tenía la mirada perdida en el infinito y parecía carecer de emoción alguna. Lo ignoró acurrucándose sobre sí mientras se concentraba de nuevo en las escenas para no contrariar a su raptor.

—Espero que pongas algo más de tu parte querida, pareces una autómata.

Ella no dijo nada. En la escena una de las mujeres colocaba su cabeza entre las piernas entreabiertas de la otra y la imagen centraba el ángulo...

Crónica de un secuestro

Relato de tres partes. Dos hermanas obligadas a realizar una película bajo el chantaje y la coacción.

PRIMERA PARTE

Laura estaba atada a una silla de metal y el hombre fue hasta ella. Sostenía un vaso rebosante de vodka, el líquido se derramaba por sus bordes. Un hombre sujetó su cabeza de la chica hacía atrás y Marco derramó el líquido en su boca. Entre ambos la forzaron a cerrar la mandíbula tapó su nariz a fin de obligarla a ingerir aquel líquido.

Cuándo lo hizo, Laura sintió náuseas y tosió copiosamente. Repitieron aquello varias veces. Era menor de edad y sin  embargo sus formas apuntaban a...

Historia de un depravado 2ª Entrega

El sultán doblega a su prisionera obligándola a realizar el acto más abyecto y lascivo que jamás hubiese imaginado.

Maite observaba al perro de frente y recorría con su mirada el cuerpo del animal. Su pecho se contraía al ritmo de su respiración. Entre sus colmillos se desprendía un flujo de espesa y blanquecina saliva. El perro se sentaba sobre sus patas traseras y Maite distinguía  entre ellas su rojizo miembro en erección, asomando el gigantesco prepucio surcado por varices y salpicado por la saliva que se desprendía de sus fauces.

Sentía una profunda repulsión, lo observaba en la distancia, consciente de la mir...

Historia de un depravado

Tucán es un país remoto gobernado por alguien sin escrúpulos capaz de las peores ignominias. Maite caerá en sus redes.

1ª PARTE:

El paraíso de la lujuria.

Cuando Maite aterrizó en Tucán con su hijo adolescente jamás imagino el calvario que le esperaba entre sus paradisíacos paisajes. Ni siquiera llegó a su hotel. Un falso taxi los condujo por un desfiladero que atravesaba la selva y tan solo unos kilómetros después pudo observar como una especie de gas se desprendía a través de lo que parecía la rejilla de la calefacción del vehículo.

Despertó horas después con un insoportable malestar. La cabeza le estall...

Una experiencia inolvidable

Cuando dos hermanas se convierten en confidentes puede ocurrír que la situación derive en acciones inconfesables y sobretodo placenteras.

Marina intentó recordar a que edad alcanzó su primer orgasmo, por su mente pasaron fugaces escenas de su pasado, cuando aún era una niña, acariciando furtivamente su sexo con la delicadeza mas extrema en la intimidad que le otorgaba su cuarto. Comprendió que lo que realmente la movía ha hacerlo era la curiosidad de experimentar aquellas sensaciones que sus amigas describían en el colegio y recordó vagamente como aquellos, para ella entonces, pecaminosos gestos, le confinaban destellos de un placer desconoci...

Claveles para la eternidad (5)

Fiebre de sábado noche.

Eran las cinco de la tarde del sábado y Jennifer y Laura habían dispuesto todo para la cena, a ratos sentían que sus recuerdos divagaban pero ignoraban que Lorena dominaba cada reacción o impulso que pudieran sentir e incluso que era capaz de provocarlos, por eso, ajenas a aquella manipulación percibían que esta nueva atracción que las embargaba nacía en su propia consciencia. Lo cierto es que había nacido entre ellas un deseo infernal de amarse a cada instante, de acariciarse, de besarse. Cuando Jennifer h...

Claveles para la eternidad (4)

Modelando a Luís.

Luís tenía dieciocho años y siempre había ansiado en secreto a Laura. Como ella, procedía de una familia pudiente y se podría considerar un muchacho consentido. Por su cumpleaños recibió como obsequio un flamante Porsche Cayenne, aunque el hubiese preferido un 911 o un Boxer, su progenitor consideró que la seguridad que brindaba este, para un joven, le daba más garantías. Era un chico influenciable y tímido, y esa era la razón por las que jamás osó entrar a Laura o a su amiga Jennifer. Para el eran ninfas p...

Claveles para la eternidad 3

Modelando a Jennifer

—Tengo a Jennifer.

—Estás segura.

—Después del beso que le dio Laura sentí que era mía, esta en tu poder.

—Que grande eres Lory, ahora veamos hasta que punto se acoplan.

Subieron cogidas de la mano, sin hablar y sin siquiera mirarse. Jennifer se preguntaba porqué iba ha hacer aquello, a permitir que su mejor amiga la amase, y sin embargo, desde aquel escurridizo beso, al que después correspondió, había sucedido algo en su interior que mutaba la aversión inicial que sentía entonces po...