Nocturno a la charo
Nos dedicamos a satisfacer nuestros más lúbricos deseos, sin imaginar que algo inesperado pondría punto final a lo que parecía una fiesta de amor interminable.
NOCTURNO A LA CHARO
Pues bien, yo necesito
clavarte todo entero,
mugiendo como toro,
mi rígido lanzón,
y mientras tanto, chupo
tus tetas, las que adoro,
pues son todo un encanto,
y ese coñito de oro,
parece, no te asombre,
volcán en erupción.
Yo quiero, entre tus tetas,
que siempre han sido mías,
poner mi pito cálido,
para vaciarlo ahí,
pero si lo acomodas
entre tus nalgas tibias,
verás lo que te alegras, ...