El fantasista (2).

El chantajista continúa cumpliendo su lujuriosa fantasía sexual con una protagonista que cada vez encarna mejor el papel que le ha impuesto.

El fantasista (2) .

Recorrí la casa de playa filmando con mi cámara, desde la amplia piscina hasta el segundo piso, recorriendo el pasillo que me llevaba al dormitorio matrimonial. El cuerpo sensual de Bebé reposaba en la vasta cama y la manta que la cubría estaba echada a un lado, mostrando las curvas femeninas en la remerita y el pantaloncito corto que eran su pijama.

“El chantajista dejó dormir a la pelirroja como un domador deja dormir a su bestia antes del espectáculo”, pensé, como si...

El fantasista.

Un chantajista a elegido a la víctima perfecta para cumplir su lujuriosa fantasía sexual.

El Fantasista.

Sin dudarlo más, envié el mensaje desde mi teléfono.

- Tenemos que hablar. Encontrémonos el martes. Bar “Dos Copas”. 19.00 horas. Gonzi.

Cuando envié el mensaje, supe que no había marcha atrás. Una extraña sensación de miedo y excitación se adueño de mi bajo vientre.

Sabía que no tendría que esperar demasiado para recibir la respuesta.

- Está bien. Estaré ahí. Por favor, sólo habla conmigo. ABB.

Sonreí. Todo iba de acuerdo a lo planeado.

El marte...

Con el diablo en el cuerpo (3)

El capítulo final del encuentro de estos tres personajes y su particular forma de expiar los pecados ¿Conseguirá la hermosa y voluptuosa abogada salvar su alma?

Con el diablo en el cuerpo (3)

Los dos relatos anteriores, corregidos, en este link, por favor: http://www.todorelatos.com/relato/101780/

Ana arregló su ropa y sudorosa volvió al sillón, sin dejar de observar al padre Patrick. El cura estaba hecho una estatua, incapaz de moverse ante la confesión de aquella infidelidad. Ana, la hermosa y sensual abogada, tenía toda la atención del cura, que la miraba con ojos oscuros y febriles.

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Con el diablo en el cuerpo (1 y 2). Corregida.

En busca de confesar sus pecados, una sensual pecadora termina en el lugar correcto para superar sus aflicciones. Versión completa y corregida.

Con el diablo en el cuerpo (1 y 2). Corregidos.

Con el diablo en el cuerpo (1).

Ana se sentía cansada, observaba la celebración desde la barra, con la copa de campaña aún sin probar. Estaba harta de todo, de su trabajo, de sus compañeros, de la gente que conocía y de la “fama” que últimamente le acompañaba.

Había logrado el contrato más importante del último año y todos la miraban con nuevos ojos. Incluso, uno de los socios principales del estudio de abogados al que conocía la in...

Con el diablo en el cuerpo (2).

En busca de confesar sus pecados, una sensual pecadora termina en el lugar correcto para superar sus aflicciones.

Con el Diablo en el cuerpo (2).

Ana miró a los ojos negros del hombre y a la mujer que estaba a su lado. Aquella situación era extraña. Ella confesándose a dos desconocidos, a un cura cincuentón y a su rubia y leal feligrés. Había algo extraño en aquella reunión que preocupó a la abogada, pero desechó aquellos pensamientos. Estaba más preocupada de que ellos no notaran su estado de excitación.

  • Me parece que debes continuar con la confesión, Ana –repitió el padre Patrick-. Necesito saber más pa...

Con el diablo en el cuerpo.

En busca de confesar sus pecados, una sensual pecadora termina en el lugar correcto para superar sus aflicciones.

Con el diablo en el cuerpo.

Ana se sentía cansada, observaba la celebración desde la barra, con la copa de campaña aún sin probar. Estaba harta de todo, de su trabajo, de sus compañeros, de la gente que conocía y de la “fama” que últimamente le acompañaba.

Había logrado el contrato más importante del último año y todos la miraban con nuevos ojos. Incluso, uno de los socios principales del estudio de abogados al que conocía la invitó a una cena con otros socios y directivos. Sin embargo, Ana sólo...

La primera noche (P.V.eI.).

Cuando dos amantes se encuentran en la medio noche, a veces también nace el amor.

La primera noche.

Tomás ordenó las hojas en tres rumas sobre la mesa, las observó indeciso antes de tomar una y comenzar a leer los apuntes de gestión que entraban en el test de finalización del curso. Sentado en una mesa de su hotel, mirando al mar y bebiendo una tasa de café trataba de abstraerse de los problemas en su matrimonio. Observó salir el sol en el horizonte, su reflejo se extendía por el océano, aves sobrevolaban las olas y un par de deportistas corrían por la playa de arenas blancas.

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Las Sorpresas de tía Ana (2) (P.V.e.I.)

Un joven e inexperto muchacho empieza a descubrir las sorpresas que tiene la hermosa y viciosa esposa de su tío.

Las Sorpresas de tía Ana (2): La recompensa de un héroe.

Era un sueño. En él, Julieta, mi novia, le daba una mamada a un desconocido y yo la observaba atado a la pared. Yo le suplicaba que no lo hiciera, pero ella me decía que era la única manera de conseguir un departamento donde pudiéramos vivir juntos. Desperté agitado, cubierto de sudor.

Alguien tocó la puerta, era mi madre. Tenía que levantarme rápido, iríamos con tía Ana a la playa. Me levanté aún con el cuerpo cansado, me había despertado...

Las sorpresas de tía Ana (P.V.e.I.)

Un joven e inexperto muchacho empieza a descubrir las sorpresas que tiene la hermosa y sensual esposa de su tío.

Las Sorpresas de tía Ana.

Mi nombre es Germán y con casi dieciocho años me toca contar una historia que no imaginé vivir ni en mi más morbosa fantasía. Uno de los protagonistas de esta historia soy yo, un muchacho de provincia como toda mi familia, deportista de constitución recia y metro ochenta de altura, pero bastante normal, un chico como la mayoría. Mis cabellos son castaños oscuros y mis ojos color miel. Tengo una novia un año menor que yo, su nombre es Julieta. Ella es una chica preciosa con la...

Una calurosa noche de verano (P.V.e.I.)

Muchas cosas pueden suceder a una hermosa mujer infiel durante una calurosa noche de verano.

Una calurosa noche de verano (P.V.e.I.).

Ana estacionó el nuevo Lexus hibrido de su esposo en la exclusiva zona de discotecas y restaurantes de la capital. Se sacó su calzado y con cuidado pasó al amplio asiento trasero. Ahí, en medio de las sombras, se sacó el leggins tipo pitillo y se quedó con el minivestido turquesa que combinaba con sus grandes ojos y el collar de piedras semipreciosas que colgaba entre los finos tirantes, justo sobre su atractivo escote.

  • Que bonita polera –había dicho Ma...