Monjas calientes
Me puse otra vez a mil. Me penetró el culo con un dedo, me lamió el clítoris de abajo a arriba y le di lo que buscaba, mi esencia calentita.
Galicia, año 1950, cuando el cura mandaba más que el alcalde.
Sor Remedios, veinteañera y guapa a rabiar, arrodillada delante del confesionario, le decía al cura:
-... He tenido un encuentro pecaminoso, padre.
-Cuente, sor Remedios, cuente.
-Ayer a la tarde, aprovechando que estábamos solas en el convento pequé con sor Caridad.
-¿Dónde pecó, hermana?
-En mi celda.
-¿Se corrió, hermana?
-Sí, padre, me corrí varias veces.
El viejo cura (70 años) levantó la...