Crucificada por el viejo noruego y su amigo.

Metió el noruego la cabeza del gordo pollon de Alejandro, esperando una embestida colosal de este y suponiendo una que a la vez iba a recibir una estocad por atrás de él, me adelante con sutileza y escabulléndome como una serpiente entre aquellos dos sementales, pase a agacharme entre ellos con rapidez a la vez que con sendas manos agarraba aquellos dos colosos y palpitantes rabos.

De regreso a casa del viejo noruego, me pregunto si me había gustado  la monta y paseo a caballo, esbozando al mismo tiempo una picarona sonrisa, que me hizo sospechar estos dos se conocían y habían tramado ese encuentro.

Pasaron unos días y se presentó a comer en casa Alejandro, invitado por el viejo vikingo,  y por la soltura y amistad que se veía entre ellos, intuí, pues una no es tonta je, que esos dos picarones tenían una larga amistad y tramaban algo juntos.

Y ya en la tertulia del café tr...

Cabalgada y domada por un rico maduro

Además el vaivén por el trote de la yegua hacia el roce más intenso sobre aquel impresionante bulto que parecía se había endurecido por el apoyo de mi trasero.

La primera semana en la cama de mi viejo noruego a penas salíamos de casa pues me tenía rendida y no parábamos de hacer el amor , cuando no  me cogía en la ducha, me lo hacía en la cocina e incluso en el gran salón que tenía la casa sobre uno de los enormes sofás que lo decoraban.

Un día me dijo si me gustaban los caballos, le dije que no era muy aficionada, pero en España había mucha afición, por lo que me llevo a una cuadra donde un sevillano afincado allí desde hacía muchos años había montado un pe...

Al otro lado de la valla 3

Final de la serie

Los siguientes días pasaron volando, entre comidas, cenas, piscina, playa y sexo con Rafael. Ninguno de los dos quería hablar de lo que sucedería cuando todo volviera a la normalidad, conscientes de la dificultad que supondría que ellos lo entendieran.

Sin darnos cuenta llegó el día y después de haber retozado toda la noche como posesos, le dejé dormido en su cama, para irme a la casa en la que suponía que debía haber estado todos los días

Todos llegaron y mi madre me arrastró con ella s...

Guardia de seguridad de la biblioteca

Todo empezó como un chantaje para convertirse en una experienza exitante

Antes que nada quería agradecerle por todos los comentarios y fotos que me han enviado

Estaba en la biblioteca en una esquina donde nadie pudiera ver la pantalla de mi ordenador o eso pensaba yo, estaba tan concentrada viendo unas fotos un poco subidas de tono que unos amigos me habían envía que no me di cuenta de que alguien se me acerco por la espalda, agachándose hasta la altura de mi oreja

+las niñas buenas no deberían estar viendo esas cosas

En un acto reflejo baje la pantalla de mi o...

El viejo noruego me da por delante y por detras.

Acelero a los pocos minutos e intuyendo una se iba a correr, provoco en mi otro orgasmo, que hizo estremecer los muros de aquella casa, pues los alaridos de placer que dimos juntos al corrernos a la vez eran para asustar a más de un vecino.

La primera noche  que pasaba en la cama del viejo vikingo, tuve que ser precavida y rauda en las artes de los bajos fondos, pues no podía resistir esa noche otra sesión de sexo como la que había recibido  ese día, pues andaba aun con molestias en gazapo por las acometidas de aquel coloso, que me había dejado casi para el arrastre.

Después de la cena y ordenar mi ropa, salió del baño como dios lo trajo al mundo dispuesto a meterse en la cama, por lo que me tuve que adelantar a sus insinuaciones, indicá...

Entre el ímpetu y la prudencia: Don Claudio.

Continuación de "Entre el amor y el deseo: Don Claudio".

"Entre el ímpetu y la prudencia: Don Claudio".

DMonyAK.

Ahí estaba el teléfono. Me bastaba girar un poco el cuerpo, estirar mi brazo y tomarlo para marcar el número que revoloteaba en algún oscuro rincón de mi mente, porque a estas alturas no me atrevía a pronunciarlo en voz alta, ni siquiera me sentía capaz poder escribirlo si surgiera la necesidad de hacerlo. Era como si una parte de mí quisiera olvidarlo... bloquearlo... ¡prohibírmelo!

Pero, como ya dije, el número estaba tan presen...

Cosplay

Disfrutando el reencuentro luego de un viaje a Japón

Días largos, días pesados, días de espera, días de soledad… La semana transcurre con suma lentitud, es porque no estas a mi lado. Una sensación de vacío me invade al no sentirte cerca. La empresa te mando a Japón. Es la primera vez que nos separamos desde que estamos juntos. Exámenes, la espera de las notas me estresa de sobremanera. Buenos resultados, era de esperarse nos esforzamos mucho para ello. Esa sensación de vacío por el desfase horario y la conexión no hemos hablado mucho así que las ganas se acum...

Fornicada por un viejo vikingo

Aquellas fuertes y rugosas manos eran tan expertas en las caricias que no pude contener mi placer abriendo aún más mis piernas para que esta jugara con mi conejito sin problema.

Tras nuestro fructífero viaje por Cádiz con Diego, este me propuso hacer un crucero por los Fiordos Noruegos, oferta que una no pudo rechazar pues los placeres de la vida hay que aprovecharlos cuando surgen y no dejarlos para otras ocasiones.

Ya en el crucero andábamos disfrutando de lo lindo, pues tuvimos la suerte de conocer a un oficial del barco que había vivido en nuestra isla y  nos cambió el camarote por uno más amplio y con mejores vistas que no dudamos en aprovechar, pues recibir las atencion...

Martha y su padrastro

A Martha le encanta la verga de su padrastro.

Soy Mariana. Hoy "papi" llega de trabajar temprano y se como le gusta encontrame. Él y yo no tenemos lazos sanguineos, pero compartimos algo que considero mas fuerte: atracción sexual pura, él tiene 38 años y yo 19, mamá se divorcio de él hace dos años, pero yo paso algunas vacaciones en su compañia; tiene una polla como nunca la había visto, es profesor de historia en una universidad  mide 1;86 y tiene un cuerpo mejor que algunos veinteañeros, su cabello es negro y sus ojos grises.

Yo apenas alcanzo...

Al otro lado de la valla 2

Entre los dos me movían, mi cuerpo resbalaba entre ambos, los tres jadeábamos y Carmen con los ojos vidriosos nos miraba.

Desperté de nuevo en el paraíso, me estiré y comprobé que estaba sola, desnuda y entumecida en el colchón. Estiré la sabana que cubría la mitad de mi cuerpo y recordé con una sonrisa la noche anterior… los azotes, la tremenda y rotunda manera en la que me hizo vibrar como nunca y los múltiples orgasmos que me dejaron exhausta hasta tal punto que ni recordaba cómo había llegado al colchón.

Sobre la mesa había una cubitera con hielo y un bote con zumo natural de naranja recién exprimido junto a una...