Dos casadas, maduras libertinas.
Eran familia entre ellas, vivían en un lugar aburrido y ellas necesitaban un desahogo, nunca lo habían tenido, hasta el día que se dieron las circunstancias necesarias.
Una semana antes del bautizo, hice una escapada a Valencia, quería pillar a mi amigo a solas y sin que se lo esperara, quería tener una conversación seria con él. Fui en el primer tren de la mañana, para volverme luego por la tarde. Le pille por sorpresa no me esperaba. Después de un momento de incertidumbre se acercó y me dio un intenso abrazo. Trato de organizarme el fin de semana y le dije que no, que me iba esa misma tarde, que solo había ido para tener una conversación tranquila con el solo. Frunció el...