Viaje de trabajo con mi Jefa II
Continuo mis peripecias por Barcelona moviéndome entre la rutina planificada y el desborde de sensaciones junto a mi madura jefa.
A las 8 de la mañana sonó el despertador. Estaba poniéndome las zapatillas cuando llamaron a la puerta. Era Elvira. Abrí y allí estaba sonriendo, con el bolso enorme donde lleva sus papeles colgado del brazo. Con la chaqueta de cuero puesta, y con unos pantalones de traje que ya le había visto más veces.
-"Si bajas así a desayunar, no habrá nadie que se concentre" -me suelta, al estar yo sin camiseta.
-"Si enseguida acabo y bajo a desayunar. Guárdame sitio" -le contesto-, ya otra vez turbado y n...